Capítulo 13

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—Bueno, vamos a comenzar —dijo Gina. Beth giró la cabeza para mirarla.
—¿Tú vas a sacar las fotos? —preguntó algo nerviosa.
—Sí, ¿cuál es el problema?
—No, nada —dijo y volvió su vista al frente. Soltó un leve gruñido.
—¿Qué sucede? —le pregunté.
—Esperaba que mi madre no fuera la fotógrafa.
—¿Por qué?
—Porque a veces... pide demasiado...
—Ahora Izzy, pon tu brazo izquierdo alrededor de la cintura de Beth y acércala a ti cuando yo te diga —pidió.

Hice lo que me dijo y cuando dijo "ya", la acerqué a mí haciendo que chocara levemente contra mi pecho.

—Perfecto —habló Gina—. Ahora mírense a los ojos. Beth, pon tus manos sobre sus hombros y acércate más a su rostro.

La morena giró la cabeza para mirarla.

—Gina... —la llamó en tono de advertencia.
—Haz lo que te digo —dijo ella. La morena obedeció y se acercó más a mí—. Beth, quiero que dirijas tu mirada a la cámara. Tú Izzy, sólo mírala a ella.

Otro flash iluminó todo.

—¿Cuántas fotos más vas a sacar? —preguntó Beth fastidiada.
—Varias, varias —contestó Gina moviendo su mano en el aire—. Ahora quiero ver deseo, mucho deseo.
—Tus peticiones son ordenes para mí, Gina —le hablé.
—¡No! —chilló ella.
—¡Elizabeth! Actúa como si desearas a Izzy o te reduzco el sueldo —la amenazó.
—Vamos tempanito de hielo, haz caso. Las mamás siempre tienen la razón, ¡deséame!
—Como los odio —musitó ella.
—Ahora Izzy, levanta a Beth sobre ti y coloca una de tus manos justo cerca del parche en donde está la marca y la otra en su espalda.
—Mamá, ¿desde cuándo las fotografías se volvieron tan... pornográficas?
—Ay Beth, eres tan... quisquillosa. Haz lo que te digo, así terminamos con todo esto rápido.

Ella murmuró algo que no logré entender.

—Vamos cariño, arriba —le dije y la alcé sobre mí.

Sus piernas se cerraron alrededor de mi cintura y sentí que iba a volverme loco ante el adictivo aroma de su perfume.

—Beth, peina su cabello hacia atrás con tu mano. Y mírense las bocas.

Parecía que ella ya no iba a protestar. Su mano se enterró en mis cabellos peinándome hacia atrás y sus ojos se clavaron en mis labios, al igual que los míos en los de ella...

Así pasó media hora, en donde seguimos posando cerca, muy cerca y en donde ella posó sola, y es que de verdad parecía una modelo profesional, haciendo caras y gestos. Hasta yo tuve mis poses solo y debo decir que soy más bueno de lo que pensaba.

—¡Excelente, hemos terminado! —dijo Gina contenta. Todos aplaudieron—. Muchachos, las fotos son increíbles, simplemente hermosas.
—Voy a cambiarme —sentenció Beth sin prestar atención a su madre. Gina se giró a verme.
—Ahora está irritada, pero ya se le va a pasar —me aseguró.

Asentí y me fui a cambiar. Cuando volví, ella ya estaba guardando unas cosas dentro de su cartera.
Me acerqué a ella.

—Comentas algo sobre esto y te juro que iré a buscarte y te arrancaré uña por uña, ¿escuchaste?
—¡Gente, éstas fotos van a la portada! —gritó Gina desde su despacho.
—¡¿Qué?! —preguntó Beth dándose la vuelta para mirar a la oficina de su madre. Sonreí levemente y me acerqué hasta su oido a sus espaldas.
—Por mí, nadie se enterará —le dije y se giró a verme rápidamente.
—Por favor, por lo que más quieras, renuncia —rogó. Reí por lo bajo.
—¿Y perderme la oportunidad de poder apreciarte los fines de semana?
—¿No te parece que ya son suficientes los días que tengo que soportarte en la Universidad?

Sonreí con los labios apretados y respiré profundamente.

—No, ¿algo más?

Me miró con ojos venenosos. Y si las miradas mataran, hace rato que a mí ya me estarían velando.

Dangerous Obsession - [𝐈𝐳𝐳𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐝𝐥𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora