Capítulo 35

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¿Para siempre? Para siempre es una palabra demasiado grande; pero entonces me puse a pensar un poco en aquello.

«¿Cómo sería perder algo que nunca tuve? ¿Cómo sería perder a alguien que no sé si amo?» Entonces, miré la hora en la pared de la cocina y ya eran las 7 de la tarde. Maldición, iba a llegar tarde y no podía permitirme eso.

—Muchachos debo irme, llegaré tarde al partido. Son unos pésimos psicólogos pero igual se los agradezco. Prometo que iremos los tres juntos al próximo juego
—"Eres una rata." —me acusó Steven.
—"Mal agradecido.... cuando te des cuenta de lo que hablamos va a ser demasiado tarde y no estaremos aquí para escucharte." —reprochó Axl.
—Adiós —dije revoleando los ojos y colgué el teléfono.

Tomé mi abrigo, las entradas y salí de mi departamento. Esta vez no dejaría a Betty en casa, ella era la única que merecía todo mi amor y respeto.
Prendí marcha hacia el estadio y llegué más rápido de lo que esperaba. Dejé a Betty y vi como el auto de Elizabeth llegaba al lugar. Estacionó justo frente a mí. Vincent se bajó y del otro lado lo siguió la morena. Ambos me miraron.

—Apúrense que llegamos tarde —dije y le dediqué una rápida mirada a Beth. Ella sólo atinó a mirar hacia otro lado.

Vincent se acercó a mí y me saludó amable. Tomando el brazo a su acompañante, Beth miró a su alrededor como inspeccionando el lugar. Les indiqué por donde teníamos que ir. Nos acercamos al hombre y les entregué las entradas. Asintió con la cabeza y nos dijo que lo siguiéramos. Estábamos en la fila 2 de la parte VIP, miré a mí alrededor y vi varias personas conocidas. Un viejo amigo se giró a verme cuando nos sentamos detrás de él.

—¡Izzy! ¿Cómo estás, tanto tiempo? —me tendió la mano, la tomé y le sonreí.
—¿Qué tal Leo? ¿Cómo te trata la vida? —pregunté y él rio levemente.
—Bien, bien, aquí relajándome un poco mirando al equipo. No pude comunicarme contigo pero... tu donación para las causas ecológicas fue muuuuy buena. Era lo que nos faltaba para completar.
—Me alegro por ello —dije y miré a Beth que lo veía perpleja. Sonreí por lo bajo—. Lo siento, no los presenté. Ella es Beth, una "amiga".
—Es un placer Beth —le sonrió—. Tienes un excelente amigo...
—Sí, ya lo creo —susurró ella por lo bajo.

Le presenté a Vincent y luego hablamos un poco más hasta que Leo se concentró en otra conversación.
Me senté bien en mi asiento.

—¿Cómo conoces a Leonardo Di caprio? —me preguntó ella sin poder creerlo.
—Conozco a mucha gente cariño, y no soy tan insensible y egoísta como dices que soy. Te podrías sorprender.

Una voz grave avisó que el partido estaba por comenzar. Estiré mi cabeza para mirar a Vincent ya que Beth se encontraba en medio de ambos.

—¿Cómo va todo Vince?
—Bien, bien —respondió divertido—. No sabía que conocías a gente del espectáculo.
—Conozco a gente de todos lados.
—Principalmente, de la noche —aseguró Beth.
—Si tú lo dices —dije y volví mi vista al frente.

El partido comenzó, los Lakers salieron a la cancha y todos nos pusimos de pie para aplaudirlos y gritar. El equipo contrario también salió y al minuto el partido comenzó. Los minutos comenzaban a pasar y el partido se ponía cada vez más interesante hasta que mis ojos se posaron en las manos de Beth y Vincent. Estaban entrelazadas y apoyadas sobre el apoya brazos del asiento. Sentí una pequeña presión en el pecho y unas ganas tremendas de separarlos. Beth se puso de pie y soltó la mano de Vince cuando nuestro equipo perdió un excelente punto.

—Son unos muertos —aseguró mientras volvía a sentarse. Vincent rio divertido.
—Oye, ¿quieren que vaya por algo de tomar? —preguntó.
—Sí, por favor —respondí.
—Yo quiero una botella de agua —pidió ella dulcemente.
—Está bien, ahora vuelvo —acto seguido se puso de pie y se marchó.

Dangerous Obsession - [𝐈𝐳𝐳𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐝𝐥𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora