Capítulo 10

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La noche llegó y con ella la maldita fiesta. Terminé de vestirme en un costoso traje que me había traído mi padre de Paris.
Parado frente al espejo me arreglé bien la corbata.

—¿Ves? Así es como se hace mi amor —ella tomó la corbata y comenzó a colocármela bien.
—¿Así mami? —le pregunté.
—Uno para arriba, luego lo doblas por aquí y un tirón para abajo.
—¿Cómo me veo?
—Perfecto, te ves hermoso.

Sacudí mi cabeza mientras dejaba que aquel recuerdo me atormentara. Volví mi vista al espejo y ya estaba listo. Tomé el peine y terminé de tirar todo mi cabello hacia atrás.

De verdad no podía hacerme cargo de que todas estuvieran muertas por mí. La verdad de todo está a la vista. Yo no soy el problema. El problema son todas ellas...

El timbre de mi casa sonó, de seguro ese era papá. Salí del cuarto y me dirigí a atender. Abrí y el me miró bien.

—¿Estás listo? —preguntó.
—Sí —contesté y le dediqué una media sonrisa.

Salimos de allí, nos subimos a uno de sus costosos coches y partimos hacia otro de mis calvarios. Pronto llegamos, en todo el viaje no habíamos cruzado palabra. Mi relación con mi padre era así, sólo hablábamos lo necesario.
Nos bajamos y entramos al gran salón. Miré a mi alrededor y toda la clase alta de la cuidad estaba allí. Empresarios, contadores, abogados, políticos y demás. Era hora de sacar mi faceta profesional y moralista. Nos acercamos a un grupo y mi padre comenzó a presentarme.

—Él es Izzy, mi único hijo y mi futuro heredero —habló sobre mí.
—Buenas noches, señores —saludé cordial.

Pronto comenzó la charla de negocios, puse mi mejor cara de atención e intenté hacerlo, pero mi mirada se distrajo por la silueta de una pequeña mujer. Estaba de espaldas con un elegante vestido rojo que dejaba a la vista la piel de su espalda. Tenía el cabello recogido pero algunas mechas caían por los costados de su rostro, y cuando giró, de verdad no pensé que fuera ella. Comenzó a caminar del brazo de un hombre bien vestido de unos 50 años. Estoy seguro que ese era su padre.

—Con permiso señores, enseguida regreso —me disculpé y comencé a caminar.

La seguí con cuidado, observándola de cerca. De alguna forma, que no sea presentándome yo mismo, tenía que hacer que ella me viera. Divisé como sonreía cordialmente a las personas que, el hombre con el que estaba, le presentaba.

Se veía condenadamente hermosa en ese vestido rojo pasión; largo hasta el suelo y quemarcaba con claridad las bellas curvas de su cuerpo. Ver su espalda al descubierto era una tentación en vivo y en directo.
Gracias a mis tontas compañeras de Universidad ya había logrado verla en ropa interior. Pero la idea de desnudes que me provocaba su vestido era aun mayor de lo que yo había visto. La vi alejarse de aquel hombre y entonces me acerqué a él.

—Perdón, ¿usted es el señor Wells? —le pregunté y acto seguido se giró a verme.
—Sí, soy yo. Saul Wells, mucho gusto, ¿usted es...?
—Mi nombre es Izzy Stradlin —me presenté.
—¿Puede ser que tu padre sea Frank Stradlin? —preguntó frunciendo el ceño.
—El mismo —sonrió y estiró su mano para que la tomara.
—Es un gusto conocerte, hijo. He escuchado muchas cosas sobre tu padre, sé que es un muy buen abogado.
—Lo es, y es mi gran ejemplo a seguir. Espero algún día poder llegar a ser tan grande como él —respondí mintiendo descaradamente.
—Si tienes potencial y carisma, estoy seguro de que lo lograras —aseguró divertido.
—Eso espero señor, ya que en algún futuro me tocará tomar el mando del bufete de mi padre.
—¿Tú padre está aquí?
—Sí señor, se encuentra por allí —le indiqué señalándolo, él se giró, lo miró y volvió a verme.
—Oh, espera un segundo que voy a llamar a mi hija para que la conozcas —dijo amable.

Dangerous Obsession - [𝐈𝐳𝐳𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐝𝐥𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora