Capítulo 39

398 33 0
                                    

Se alejó un poco y yo quedé colgando en el aire. Abrí mis ojos para enfrentar los suyos. Despacio acarició mi nariz con la suya y luego se puso de pie. Caminó hasta la cocina y se puso a revolver algo.

—¿Te quedas a comer? —preguntó, me puse de pie y caminé hasta donde estaba ella.
—Creo que va a ser mejor que me vaya —me miró a los ojos.
—Está lloviendo y ya es tarde, ¿por qué no te quedas?
—No... no lo sé Beth —respondí con duda.

Puso su mejor cara de perro mojado y me miró fijo sacando un poco de puchero. «¡Maldita sea! No puedo creer que tenga esa facilidad de hacerme ceder así.»

—¿Si? —preguntó sin dejar de mirarme y hacerme ojitos. Respiré profundamente.
—Está bien —me rendí mientras soltaba el aire que tenía en mi cuerpo. Sonrió y se estaba por acercar a mí pero se detuvo y me miró.
—No, no. No lo tengo que hacer. No lo voy a hacer, quédate tranquilo. Mantendré distancia entre nosotros —la miré divertido. Me acerqué a la mesa y me senté frente a ella mientras observaba cómo cocinaba.
—¿Qué estás haciendo?
—¿Recuerdas aquel día en la oficina de mi madre que me desmayé y me dijeron que estaba anémica? Bueno, fui al medico el otro día y lo confirmó. Me dijo que debo comer carne, así que estoy haciendo algo con un poco de carne —explicó y la miré divertido.
—Aquí tienes carne para comer, cariño – dije refiriéndome a mí y ella me sonrió divertida.
—No, esa carne tiene miedo de mí así que mejor no la como y trato de no mirarla para que no salga corriendo.

Volvió su vista a la comida y una pregunta se trabó en mi garganta.
Mi mirada estaba clavada en ella pero la morena parecía no notarlo. El imborrable recuerdo de su cuerpo contra el mío llegó a mi cabeza para agitarme. Tenía que preguntárselo, tenía que hacerlo...

—¿Me pasas ese plato? —me pidió haciendo que saliera de mis pensamientos. Asentí y le alcancé lo que me pedía—. Tengo helado de postre, ¿te gusta el helado?
—Algo frío para entrar en calor, sí.

Ella rio divertida y vi como sus mejillas tomaban un poco de color. Como me encantaba que sus mejillas tomaran color. Se veía tan inocente así...

—Vas a quedarte, ¿verdad? —preguntó mientras me alcanzaba un plato con comida.
—Por ahora no tengo ninguna intención de irme —contesté y ella suspiró levemente.

Se sirvió comida para ella y se sentó frente a mí. Vi como miraba con cierto asco la carne frente a su plato. Con el tenedor corrió un pedazo y se dedicó a pinchar la verdura. Reí por lo bajo y me miró.

—¿Qué pasa? —preguntó. Pinché un pedazo de carne y estiré mi mano para acercarlo a su boca. Arrugó la nariz y me miró implorando que no lo hiciera.
—Debes comerlo o me veo en la obligación de que comas otro tipo de carne.
—Dispuesta, estaría a hacerlo... —susurró, y clavó sus ojos en los míos—. No me hagas comer eso, voy a ensuciar todo mi organismo, hasta tal vez me agarre una patada al hígado por comer esto después de tanto tiempo.
—¿Qué te dijo el medico? —le recordé.
—Puedo sustituir eso por alimentos con fibra —dijo sin dejar de mirar asqueada la carne en mi tenedor—. No me hagas comer eso...
—Beth, los humanos estamos para comer carne.
—¿Si como un pedacito ya no me harás comer más? —preguntó como una niña pequeña poniendo condiciones para comer sus verduras, en este caso... carne.
—Lo prometo.

Respiró profundamente y abrió apenas su boca para acercar la carne. Cuando estuvo dentro se quitó el tenedor. Dio un pequeño mordisco y frunciendo aun más el ceño quitó la carne de su boca. La miré bien.

—No puedo, no puedo —dijo apunto de chillar como si de verdad tuviera 5 años—. Está viscoso y... diaj que asco. El sólo hecho de pensar que un pobre animalito fue asesinado brutalmente para terminar en mi plato me repugna. No sabes lo mal que me sentí cuando tuve que cortar la carne en pequeños pedacitos... —reí divertido y me miró entrecerrando los ojos.
—Oh eres increíble —solté sin dejar de reír.
—Lo siento señor "como carne porque soy un humano", pero no puedo hacerlo. Simplemente no puedo.
—Está bien, está bien. Por lo menos come tus verduras.
—Sonaste como mi padre —me miró algo asustada.

Dangerous Obsession - [𝐈𝐳𝐳𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐝𝐥𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora