Dangerous Obsession - [𝐈𝐳𝐳𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐝𝐥𝐢𝐧]

Capítulo 22

Comenzó a revisarme mientras que el otro policía atendía a Evans.

—Casi lo matas —me dijo el otro hombre.
—Él se lo buscó.
—Tendrás que venir con nosotros, Stradlin —dijo el que me estaba revisando.
—No hay problema.

Comenzamos a caminar hacia la patrulla. Me pusieron unas esposas, y me metieron adentro. Vi como una chica corría hacia el auto.

—¿A dónde lo llevan? —preguntó nerviosa mi prima.
—El señor acaba de atacar brutalmente al chico que está tirado por allí —le contestó el oficial. Ashley me miró a mí y luego miró hacia donde estaba Evans.
—¿Qué hiciste Izzy? —preguntó sin poder creerlo.
—Tranquila Ashley, ve a casa tranquila —le dije y el auto arrancó.

Llegamos a la comisaría. El oficial que me llevaba me quitó las esposas y me acercó hasta donde estaba el sargento. Éste levantó la cabeza y me miró fijo.

—Stradlin, ¿qué has hecho esta vez?
—Lo encontramos golpeando a otro muchacho —le contó el oficial.
—Muchacho, muchacho... creo que sabías que estabas condicionado, ¿verdad?
—Sí sargento, pero le juro que valió la pena —sonreí.
—Tienes derecho a una llamada.

Me alcanzó el teléfono y lo tomé. No me iba a quedar otro remedio que llamarlo a él. A mi padre. Marqué. Sonó una, sonó otra...

—"Hola."
—Frank.
—"¿Qué pasó?" —preguntó como si ya supiera de ante mano que era algo malo.
—Tuve un pequeño problema. Estoy arrestado —le conté.
—"¡Diablos, Izzy!" —rugió enojado—. "¡Estoy cansado de tus problemas! ¡Ya no daré la cara por ti! ¡Fíjate cómo sales o púdrete ahí si quieres!"
—Está bien, gracias —colgué. El sargento me miró y esperó a que le dijera algo—. Creo que vamos a ser muy buenos amigos sargento —le sonreí. Él negó divertido con la cabeza.
—Llévenselo a una celda individual, está demasiado joven como para meterlo con los grandes.
—Gracias sargento, es usted muy considerado.
—No me subestimes jovencito —me aclaró—. Ahora llévenselo.

Me empujaron un poco hasta tirarme dentro de una celda que contenía una cama y un baño al costado.

Miré a mi alrededor y maldije por lo bajo. Otra vez caí en este agujero, y esta vez necesitaba de un milagro para poder salir de aquí. Me senté en la cama y traté de calmarme, poniéndome como loco no voy a lograr nada.

Las horas comenzaron a pasar y se me hacían interminables. Me puse a pensar cuántos años eran lo que podía llegar a pasar en un lugar como éste y juro que llegué a desesperarme.

—Stradlin, tienes vistas —me dijeron. Levanté la cabeza y vi como mis dos amigos se acercaban.
—¿Qué hiciste Izzy? —preguntó Axl.
—Tenía que hacerlo.
—Pero, ¿acaso no te pusiste a pensar en las consecuencias? —habló ahora Steven. Los miré.
—¡No, maldita sea! —rugí, y me puse de pie—. ¡Ese maldito infeliz me buscó y me encontró!
—Ese no es el problema ahora Izzy —Axl aclaró su garganta—. El problema ahora es que tendrás un juicio y una sentencia. Evans, puede hundirte.
—Pues que lo haga, no me interesa...
—Ambos sabemos que sí te importa Izzy.
—Sí, tienes razón —dije soltando un suspiro.
—Nosotros haremos todo lo que podamos, no estás solo en esto. Debo decirte que tu prima está como loca buscando un buen abogado. La condenada de verdad te quiere... —contó Steven.
—Mi prima, y yo que quería devolverla por donde vino —recordé nostálgico.
—Y otra que está que trepa las paredes es... Beth.
—¿Beth?
—Sí —Steven asintió—. Le dijeron que habías golpeado a Matt, que él estaba en el hospital y tú que estabas preso, y lo primero que hizo fue preguntar por ti.
—Condenada... —musité.

Era por ella que yo estaba aquí adentro, pero juro que no estaba arrepentido. Y juro que todas las cosas que le dije a Matt, fueron cosas que me salieron del alma. Cosas que deseo, cosas que imagino. Elizabeth Wells está metida en mi cabeza de una forma que no puedo describir.