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Capítulo 05: Boris. ¿Bueno, malo o un conquistador?



Catalina estaba mirándose en un amplio espejo que estaba, anteriormente, cubierto por una sábana blanca. El espejo era enorme, tan grande como para que una persona pudiese verse de cabeza a pies. Tenia aspecto antiguo.
Ella estaba luciendo un vestido de mangas largas que cubrían sus brazos, completamente negro pero, en la parte de abajo, caía en unos volados floreados color blanco y rojo.


CATALINA GRIFFIN

Nunca en mi vida lucí un vestido. 

Se siente extraño. Toda mi vida fui por ahi vestida de "guerrera justiciera de película". Eso quiere decir que es todo lo opuesto a lo que llevo puesto ahora mismo. ¿Realmente esta ropa proviene de una nieta de la abuela? Es muy delicada. 


En lo que terminaba de acomodar su cabello, sintió las vibraciones de un golpeteo en la puerta.


Es momento de lucir bien perra.


En cuanto abre la puerta, se encuentra con aquella anciana, la cual queda deslumbrada ante la belleza de la joven mujer luciendo ese vestido tan elegante. Catalina da una reverencia tomando su vestido y una sonrisa como si fuera una niña animada. 


—Se ve realmente muy preciosa —susurra Aurora extendiendo su mano. —Va a deslumbrar a todos los hombres. Incluso y apuesto al señor Baudilio.

—¿A—al señor Baudilio? —musita tartamudeando Catalina mientras intentan bajar a paso lento la escalera.

—Tengo ciento cinco años de edad —confesó —y nunca he visto al señor con una mujer a su lado. Según una leyenda, cuenta que él aun no conoce a su mate.


Ambas comienzan a bajar y llegando al gran comedor principal, Catalina empieza a experimentar una mezcla de sensaciones; su estómago ahora mismo era un revuelto de nervios, inseguridades y ansiedad. Al principio, se sentía segura de querer hacerle frente al palabrerío de aquella Betha nombrada Anastasia, pero no estaba ella sola. Se debería enfrentar a la mirada de quien por la mañana había culpado a su linaje de matanzas, con desconocidos y con Baudilio Bathory, el hombre que con una mirada, hacia que ella supiera qué se siente ser intimidada. 

Realizan los últimos pasos y cerró sus ojos en un pestañeo, al abrirlos, se encontró con la mirada de todos menos la de un hombre: Baudilio.


—Señor Baudilio, —anuncia su llegada Aurora elevando la voz y sosteniendo aun a Catalina —la invitada aceptó cenar en reunión a ustedes.


Baudilio nuevamente enfoca su gélida mirada en los ojos celestinos de Catalina. Su expresión reflexiva sin revelar algún sentimiento la hacían confundir.
Sin embargo, no todos allí en la mesa disimulaban lo que querían decirle con la mirada; llamas ardientes salían de los ojos verdes de Clarissa y Anastasia. Janeth, manteniendo un semblante más sereno al espectáculo que dio por la mañana, tomó un sorbo de agua y dio una pequeña sonrisa disimulada cuando vio a Catalina utilizando uno de sus vestidos, que como disculpas, le entregó ropas a Aurora para que se las enviase de forma anónima. Boris, una vez más, la comía con su mirada fascinado de las extremidades perfectas de la mujer que caminaba bajando las escaleras. No obstante, Catalina no se percató de aquellas miradas porque ella únicamente queria buscar un mínimo significado a la fría expresión de Baudilio.

La hija de AlphasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora