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Capítulo 49: Viajando al pasado para cobrar un beso



La noche había caído.

Como la mansión ya sostenía demasiados inconvenientes a tratar, cada invitado volvía a sus correspondidas tierras. A excepción de los doce Alphas, claro está. Aún faltaba debatir sobre cómo proseguirá el asunto de Roland, Janeth y Catalina. 
Debido a esto mismo, Baudilio ordenó estrictamente mantener el Gran Comedor organizado para su cena con los ancianos y esta vez, los Bethas deberán comer en la sala. Así fue. Los ancianos degustaron de su vino y alimentos cuando comenzó el debate.


—¿Cómo continuaremos respecto a Janeth Oldman y Roland Schneider? —conversó uno de los Alphas de aspecto maduro. —Ha caído la noche y ni siquiera un avistamiento de ambos. Quisiera destacar que he notado una ausencia de la señorita Catalina de Griffin esta mañana. ¿Ella siempre suele escapar así?

—¿Disculpe? —inquirió Baudilio Bathory.

—Iba a cuestionarme eso mismo. La señorita Catalina ha desaparecido por la mañana —habló Jules, líder del Clan Katyuska —. ¿Acaso, señor Baudilio, no le resulta sospechoso? ¿No cree que esté conectada con su desaparición? 

—Con todo mi respeto hacia ustedes, dudo que Catalina haya cometido un acto infame perjudicando a Roland y Janeth —aclaró Aren —, ellos se tenían un aprecio y francamente, si busca un tratado de paz no consideraría realizar una falta de respeto.

—¿Entonces dejaremos que ella continúe en esta mansión? —soltó Miss Amarinne.

—Sí —determinó Baudilio —, como estaba previsto desde nuestra primer reunión. Considerando los hechos, no podemos incriminar a la señorita Catalina a menos que haya pruebas que demuestran que en realidad, ella ha estado involucrada. Hasta entonces, queda absoluta. Además, Catalina ha firmado un tratado y recuerden que nada puede desvalorizarlo. 

—¿Y qué pasará con Janeth y Roland? —preguntó Miss Amarinne Oldman. 

—Solamente estarán involucrados mis Omegas para su búsqueda —afirmó Baudilio —. Cubriré la zona del bosque y si no hay rastros de ellos, los esparciré por este maldito país si es necesario. No sucederá lo mismo que ha pasado con Ronda Miller y Mattew Priamos. 


En la habitación de Anastasia Katyuska 

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En la habitación de Anastasia Katyuska 


NARRA ANASTASIA KATYUSKA


Estoy complacida y agradecida con Jules. 

Me dio la clave que necesitaba. Me dio el incentivo que necesitaba para tramar mi plan. Es como si esa mujer hubiera hecho un viaje a mi cabeza y me dio mis últimas respuestas. Estaba escribiendo un archivo para enumerar mi plan y guardándolo en una carpeta para que nadie husmeara.
Jules me dio un sobre donde dentro hay dos notas escritas. Leí una:

La hija de AlphasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora