La hija de Alphas

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Capítulo 59: Interrogatorio. Parte II

Einar estaba en su habitación intentando contactar a alguien. 

Este insistía marcando una y otra vez el número de Aren Morgan para comunicarse de forma inmediata con él. Luego de haber sabido que el centro de rehabilitación para niños y niñas con cáncer de Aren Morgan haya sido incendiado, nadie pudo encontrarse personalmente con Aren.

—Aren, contesta —apresuraba Einar impaciente hasta que por fin deja de escuchar el pitido de espera.

—¿Einar? —preguntó Aren al otro lado del celular con una voz ronca y somnolienta —¿Qué pasa?

 —Hermano, ¿está todo bien? Se te escucha borracho, eh —apuntaba caminando de un lado a otro —. Escucha, el Consejo Alpha está en la mansión Bathory y anunciaron una tragedia... Katyuska Jules fue—

—Asesinada, sí. Me lo informó un Omega mío que vio lo presenciado en el Consejo Alpha —terminó por responder Aren —. ¿Catalina cómo está?

—Justamente para eso te llamo, está encerrada en los sótanos de tortura de Baudilio Bathory y están decidiendo si asesinarla cuanto antes, a ella y a su manada o exiliarla de nuestra raza —explicaba Einar —. ¿Qué quieres hacer?

—Enseguida tomo un vuelo hacia allá. Intenta decirle al Consejo Alpha que no decidan nada sobre ella hasta que yo llegue.

—Está bien, haré todo lo posible hasta tu regreso —determinó y corta la llamada.

Continuando con los interrogatorios, los siguientes habían sido: Boris Athens, quien él mismo expresó sentir por Catalina una sincera amistad donde ella muchas veces demostró preocupación por él, apoyo durante sus estadías de guardias y no olvidó mencionar la buena relación que trataba con el resto de los integrantes de la casa. También, admitió que él  la había presentido asustada al momento que ambos vieron a la bestia. Sí, Catalina cometió el error de no hablar antes pero Boris supuso que tenía terror de que la incriminaran de conflictos externos, como ahora. 
El siguiente fue Roland Schneider quien dijo algo parecido a lo que decía Boris; ella no parecía ser una persona despiadada que traicionaría la mano que le ofreció ayuda, y expresó que por mucho que extrañaba a su hermano, no dejaría que sus malos pensamientos le nublen la visión que posee de Catalina. 

Cuando los interrogatorios terminaron, Baudilio Bathory estaba en presencia del Consejo Alpha para determinar el veredicto. 

—El veredicto final, mis fieles servidores, será dictado con la presencia del miembro que falta —enuncia Baudilio —, Aren Morgan. Enseguida Aurora les indicara sus cuartos, por favor, relájense. 

Cada integrante del Consejo Alpha se dejaron llevar a los cuartos de arriba para acomodarse tranquilamente y no alborotar más los movimientos y costumbres de la mansión, puesto que Baudilio Bathory quería mantener, en lo posible, a todos aislados del asunto. A excepción de sus Bethas, ellos ya sabían las identidades del Consejo Alpha ahora mismo. 
Baudilio se deja caer en el asiento, rendido y cansado por cómo se va desarrollando la situación de Catalina: ¿Realmente él aceptaría ese final para ella? ¿Se opondría ante todo el Consejo Alpha para que la asesinaran?. Este mismo toma una botella de su bodega del despacho y empieza a servirse en un vaso de vidrio, mismo que termina de un sorbo. Saboreando ese sabor que quemaba su garganta, ni siquiera mantiene en cuenta el vaso: toma a grandes sorbos sonoros del whisky hasta sentir que su garganta estallaría. No estando satisfecho, toma un vodka (el más fuerte de su colección del despacho) y prosigue a hacer lo mismo hasta escupir y toser. No obstante, no quería acabar y hasta que no lo terminó, no se detuvo.