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Capitulo 32: Dando un paso hacia delante



Esa misma tarde, Catalina y Boris se habían propuesto ayudar a Janeth con su estado de ánimo: comieron dulces a montones, pusieron las películas favoritas de Janeth y entrenaron juntos (la actividad favorita de la Betha: maltratar a Boris). 
Janeth les agradeció a ambos por su atención y por intentar que su ánimo se recompusiera. Luego de terminar de cenar, Aren Morgan le propuso de continuar con su lectura a Catalina ya que en la tarde, estuvo ocupada con Janeth. Terminó aceptando.

Juntos dieron una vuelta por el nocturno jardín bajo la luz de la luna llena. Aquella noche la luna irradiaba luminosidad con firmeza, era radiante y preciosa. 

Aren se sentó sobre el césped y Catalina frente a él. Cerca de ellos había un faro. 


—¿Quieres ir a un lugar donde haya más iluminación? —propuso Aren.

—Oh, no, no, está bien —interpeló Catalina —. Estaba pensando un poco en Janeth y la Ceremonia de Unión de Roland. Dicen que mañana llega la integrante del Clan Oldman. ¿Ironico, no? Es del mismo Clan de Janeth.

—¿Por qué te importa cambiar el destino de ese Betha? —preguntó el Alpha —¿No crees que si el señor Baudilio aceptó esa decisión tendrá una razón? 

—Janeth está enamorada de Roland, no se lo digas a nadie —afirmó Catalina —. El punto es que, quisiera saber si Roland siente lo mismo por ella. ¿Te imaginas que sí sienta algo por Janeth? ¿Qué pasará entonces? ¿Estará con una mujer por el resto de su vida sin quererla?

—¿Y si con el tiempo se enamora de su compañera? —replanteó el hombre cerrando su libro. —Una vez que ellos concreten su Ceremonia de Unión, ella será su mate.

—¡Ya sé! —clamó cerrando su libro con fuerza —¿Y si le pregunto a Roland qué siente por Janeth? Tal vez, si el sintiera lo mismo por ella, el señor Baudilio no estaría haciendo un acto erróneo. Ya vuelvo.


Se levantó rápidamente y a la distancia se visualizaba la imagen de Einar, quien se cruzó al mismo tiempo con Catalina al momento que éste se acercaba a su compañero.


—¿Cómo va todo con la ratoncita? —da una risilla y se siente junto a él —Estas últimas semanas los vi muy juntos. 

—Es una pobre sin educación. No sabe leer del todo bien, estoy en eso —explicaba. 

—¿Y no te parece atractiva? —preguntó Einar a lo que Aren, sólo negó. 

—Jamás estaría con una mujer tan impura como ella. Me considero un hombre estricto, incapaz de manchar mi legado, mi descendencia y mi apellido —admitió —. Ni con ella, ni con ninguna de las Bethas de esta casa. No soy como tú. 

—Oh, vamos, Clarissa me está volviendo loco —expresó Einar —. Justo vengo a una mansión que alberga a una Aneth, la debilidad de todo Athens. No sé cómo Boris aun no se le ha tirado, es todo un polluelo sin salir del cascaron. 

—¿No consideraste que Boris está luchando con su lobo interior? —concluyó Aren —He visto como la mira. La desea. Y su lobo también. 


Aren se levanta y encamina hasta su cuarto. 

Caminando a su paso lento, ordenó que le llevaran una taza de café hasta su cuarto. Mientras subía las escaleras, pensaba en las palabras que él mismo había dicho para referirse a Catalina. ¿Realmente pensaba en eso?
Cuando entró a su cuarto, estaba todo perfectamente ordenado: una cama amplia de dos plazas, un acolchado amarronado de piel, un cuadro decorando el respaldo de la cama, pisos lustrados y brillantes. Se recuesta sobre la cama, quedando boca arriba, y piensa:

La hija de AlphasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora