Catalina es una hija de dos poderosos Alphas puros en su totalidad. Ella se aleja de su manada para vivir el mundo que la rodea, descubrir cada misterio que se oculta y llenar sus curiosidades a pleno. Aventurera, valiente y poderosa, emprende su ma...
El silencio era incómodo. Nadie se animaba —ni siquiera se les ocurría— acotar una palabra. Baudilio meditaba sus futuras demandas en contra de cada uno de los involucrados que, en su defensa, no imaginarían jamás que Baudilio regresara tan pronto de su junta con el Consejo Alpha. Y lo que menos pensaban era que vendría acompañado de dos personas desconocidas para los presentes.
—Escuchen bien —habló Baudilio —: Boris y Anastasia vengan inmediatamente a mi despacho. En cuanto termine, quiero que ingresen ustedes —señala a Janeth, Thomas y Roland —y mientras que tú —dirige su mirada a Catalina —te vas a quitar ese lamentable disfraz y te das una ducha. Tendremos una seria charla.
Anastasia bufa y junto a Boris encaminan hasta el despacho de Baudilio.
—Aurora, ¿puede servirle una taza de cafe a los muchachos? —ordenó y esta misma asintió.
Aurora los guio hasta una sala para que pudieran tomar un café mas cómodos y gustosos, no sin antes darle una última mirada a Catalina de Griffin. Catalina subió rápidamente sus escaleras hasta llegar a su cuarto donde se dejó caer en el suelo.
NARRA CATALINA GRIFFIN
¿Justo ahora tenia que venir? Estoy más que segura que no sólo va a regañarme, sino que me va a encerrar en un sótano oscuro, lleno de suciedad y arañas peludas. Hablando de suciedad, suciedad es lo que debo tener. Caminé hasta el baño y al verme en el espejo me espanté. Tenía el rostro repleto de manchones desordenados de tierra, mi cabello estaba enmarañado y enredado también, lleno de tierra y agua, como si unas aves hicieran su nido ahí. Enseguida prendí el agua de ducha y al quitarme el traje de Janeth, me metí en ella. Suspiré de lo exquisita que se sentía el agua hirviendo sobre mi piel. Había tomado tanta agua helada de lluvia que no habría nada más lindo que esto. Ni toda el agua mas caliente puede sacarme de la cabeza qué pensará hacer Baudilio conmigo, con Janeth o Boris. Siento que no fue una buena decisión involucrarme.
Cuando terminé tomé una de mis toallas y me sequé. Cuando abrí la puerta alguien me estaba esperando. Di un brinco en mi lugar.
—¿Qué haces aquí? —pregunté y el sujeto me miró con una sonrisa de galán. Ahora que lo recuerdo, él estaba acompañando a Baudilio debajo.
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—Solo quería ver mas de cerca a la descendiente de Arsenio que habita en la mansión del señor Baudilio.
