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Capítulo 18: Un casi beso interrumpido



NARRA BORIS


Ella creo que notó que estaba bajo una ligera capa de sudor grasoso en mi rostro. Me recosté sobre la pared para dejarme caer sobre el suelo con ambas piernas extendidas. Catalina imitó mi movimiento sentándose a mi lado, abrazando sus rodillas.
Necesitaba conversar con alguien. No podía contar con nadie de esta mansión. 


—¿Qué ocurre? —su pregunta evitó que mirara a un punto fijo y perderme en el. —¿Viniste a mí porqué necesitabas desahogarte? 

—Sí, en realidad tuve una pesadilla y bueno, necesitaba despejarme un poco, supongo. 

—¿Y... está todo bien? —sabía que su pregunta iba más allá de un simple ¿está todo bien?

—No había tenido esta pesadilla desde... hace unos meses atras (...) —hice una breve pausa: —Y tenía que volverme a suceder. Justo esta noche tenia que volver a suceder.

—¿Cómo es tu pesadilla? —interrogó mirándome. 

—En esa pesadilla me veo a mi, quizá con un poco más de barba y más apuesto —reí y noté una ligera curva en sus labios. Continué: —, Clarissa se acerca a mí y es cuando el brillo de mis ojos se apaga, dejando un oscuro verde que indica que ese ya no soy yo. Mi voz incluso es distinta en mi sueño. Y sólo me veo a mí... atacándola. 

—Es tu lobo interior, Boris —afirmó Catalina a lo que la miré, sorprendido. 

—¿Cómo...? 

—Conocí una persona que luchó con su lobo interior y la hizo cometer atrocidades —contaba —. Incluso mi madre ha luchado con su lobo interno el cual, la dominaba. ¿Qué pasa entre tú y Clarissa?

—Lo nuestro es imposible —negué ladeando mi cabeza.

—¿Sólo por que tu pesadilla te atormenta? —me cuestionó aun mirándome. 

—¿No lo sabes? —ella simplemente me observó confusa —El Clan Athens siempre dominó ante el Clan donde pertenece Clarissa, el Clan Aneth. Siempre pensé que sería una locura convivir con una mujer Aneth. El señor Baudilio... lo sabe. El creó el laberinto exclusivamente para mí. 

—¿Temes... hacerle daño?

—No es sólo eso, es... —apoyé mi cabeza hacia atrás, contra la pared —... mi lobo intenta poseerla. Cuando eramos adolescentes, estaba todo bien. El tiempo fue pasando y mi lobo se manifestó atormentándome. Por eso temo incluso transformarme. Si lo hago, yo—

—Ey, tranquilo —Catalina me tomó de la mano. 

—Ojalá pudiera romper esa maldición que me acorrala. 


Ella me acercó a su cuerpo y me abrazó. 

Era un abrazo cálido y reconfortante, asi que le correspondí. Quizá, cabe la posibilidad de que ella también lo necesitara. No sé bien el porqué confié así en Catalina pero no presiento un aura negativa a su alrededor, es más, sólo siento que es una chica como cada uno de nosotros. Simplemente eso. En realidad, nunca pensé que fuera mala. Si Baudilio Bathory le dio la entrada a una descendiente de Arsenio es más que suficiente para confiar. 

Tomé una breve distancia y la miré acariciando su mejilla. 


—Gracias —susurré sinceramente. 

La hija de AlphasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora