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Capítulo 33: Dando un paso hacia el costado



Estaba dispuesta a ir a buscar a Baudilio esa precisa noche.

Mientras tanto, Baudilio estaba tomando una ducha en su sauna privado. Dentro de su baño, había un espacio dedicado para un sauna —mas amplio que la bañera—, donde lo climatizó de agua hirviendo y sales aromatizadas. 
Estaba disfrutando de aquella deliciosa agua relajante cuando olfateó el perfume femenino de una mujer.

La necesitaba.

Despidiéndose del agua, coge una bata corporal blanca y encamina hasta ella.
Anastasia lo estaba esperando con una bata de dormir color blanca brillante de seda. Esta se levanta de la cama de Baudilio, estira lentamente el cordón de su bata y la deja caer al suelo, mostrando sus delicadas curvas luciendo una lencería blanca con transparencias y de encaje. Baudilio se acerca a esa mujer y comienzan a besarse. 

Él estaba ansioso de sentir ese cuerpo cerca del suyo con la finalidad de poder sentirse un poco menos vacío. Tenía delante de él a aquella mujer desnuda, sin el más mínimo arrepentimiento o vergüenza alguna. Tenía la dicha de tener esa Betha inteligente y lujuriosa frente a él, tocándolo y acariciándolo. Estaba ahí, frente a él, ofreciéndole un momento sensual que comprometía fervientemente a no defraudarlo, por lo menos en esa noche de pasión y enredos.

Los gemidos eran sonoros. Para su fortuna, estando en la última habitación más alta de la mansión, era imposible ser escuchados. Para su desgracia, no solo eran ellos dos; Catalina estaba apoyando su oreja atentamente a los zumbidos dentro del cuarto. 
La estructura de la mansión de Baudilio Bathory estaba ideada justamente para que las paredes no trasmitieran las conversaciones ajenas. Sin embargo, si escuchas detenidamente puedes sentir susurros, jadeos y lo más importante: vibraciones. Así es como se comunicaban. 

Catalina sale corriendo sintiéndose estúpida. 


CATALINA GRIFFIN

¿Acaso no era obvio esto?

¿Acaso estaba pensando que él podía... fijarse en mí?

Sólo soy una impura descendiente de Arsenio. ¿Cómo iba a pensar que él podría sentir algo? He visto cuando Boris me miró por primera vez. La misma mirada que los estúpidos e idiotas humanos siempre posaron en mí. No ven mas allá de mi trasero o mis piernas.


Esta bajó las escaleras con velocidad, enfurecida y con sus ojos cristalinos.


No puedo quitarme de la mente la voz de Anastasia haciendo... "eso" con Baudilio. Me siento una pobre diabla teniendo la imagen de Baudilio como un memorable hombre serio, recto y estricto. Al carajo con todo eso. ¡Se acuesta con una Betha que él mismo crio! ¿Qué hay de memorable en eso?


Se sienta en un escalón de la escalera.

Unos Omegas se acercaron a preguntarle si ella estaba bien pero los rechazó, les dijo que la dejaran sola. Estos obedecieron. Catalina terminó por derramar una lagrima de furia e impotencia. Tenía en su mente un ideal de Baudilio que se negaba a estar con alguna Betha de la mansión.


¿Acaso quién sigue? ¿Janeth?

Que repugnancia me da. Comprendo que tenga sus deseos de hombre, pero, ¿Anastasia? ¿En serio? Ella me lo había dicho e intenté ignorarla. Es una serpiente venenosa con forma de bruja.

La hija de AlphasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora