Capítulo 52: El final de Catalina se acerca
Anastasia condujo hasta su habitación.
De su armario sacó unas velas aromáticas rojas para colocarlas sobre la mesa de luz, esparció su perfume sobre la cama y almohadas y tendió sobre la misma un conjunto de lencería a juego con las velas.
Antes de ducharse, también llevó una bata de seda negra para lucirla.Estaba preparando el ambiente.
Catalina, por otra parte, no sabía cómo ir a ver a Baudilio. ¿Con qué cara iría a visitarlo? Fue hace bastante tiempo que visitó su cuarto, en realidad, cuando estaba herida. ¿Y ahora? Nuevamente, se habían besado. Catalina removió todas sus prendas pero nada le convencía. ¿Entonces...? De casualidad, se encontró con una de sus primeras batas, misma bata que usaba para dormir o deambular por la noche. La inspeccionó y recordó que le quedaba un poco chica a su talle pero, ¿qué más daba? Era la única prenda exótica para lucir. No obstante, aunque era una decisión atrevida tenía dudas. Sentía que... no era ella del todo. Tomo una ropa interior rosada con un mini moño decorativo y a lunares blancos. Que irónico... pensar que Catalina detestaba el rosa y ahora iría a ver a un hombre luciendo ROSA.
Cuando se colocó la bata, dejó revuelto su cabello —la cola de caballo le hacía doler la cabeza— y una vez que le leyó un cuento a Nina, recogió cada uno de sus investigaciones y encaminó a su destino: Baudilio Bathory.No estaba muy alejada de su cuarto. Sólo subió las escaleras y antes de golpear a su puerta, trago grueso.
Experimentaba sus primeras emociones al entablar una relacion con un hombre. No, no ese tipo de relación amorosa. No hablamos de eso. Sino, acercarse a ese hombre. Catalina no se daba cuenta que suspiraba por él hasta ese momento, donde se vio a ella misma parada y estática en la entrada de su habitación. Se mordió apenas el labio inferior, dudando si lo que estaba haciendo, estaba bien. Las carpetas que traía entre sus temblorosas manos le dieron un motivo de estar ahí.Golpeó.
A los segundos, Baudilio le abrió la puerta.
—Buenas noches, Catalina.
—H—hola —musitó nerviosa apretando sus carpetas y archivos.
Ella se adentró y él cerró la puerta.
Catalina tomó asiento en la cama, sentándose de piernas cruzadas sobre la cálida y acolchada frazada aterciopelada. Soltó las carpetas y jugó con su cabello de manera nerviosa, el silencio, de cierto modo, la torturaba.
Baudilio la observó y dio una media sonrisa, recordó a Calisto cuando jugaba tímida con sus finos cabellos castaños. Se acercó y tomó una de las carpetas junto a las anotaciones de Catalina.
—¿Estuviste practicando escritura? —preguntó Baudilio leyendo con atención.
—Sí, el señor Aren Morgan me estuvo ayudando —aseveró la muchacha.
—Aren, eh...
NARRA BAUDILIO BATHORY
Cuando mencionó a Aren, mi sangre hervía por dentro.
Sí. En este último tiempo entre ambos hubo un acercamiento que se me escapó de las manos. En un principio, nunca quise que Aren interviniera y mucho menos con Catalina por el simple hecho de que él siempre odió profundamente su linaje. Lo comprendo. Yo me encargaba de avalar sus matanzas. Si dejé vivir a Catalina fue por su similar parentesco con Calisto y una marca que nunca vi. Y cuando Aren me lo confirmó, pensé en sus acercamientos con más... profundidad.
Al principio, pensaba que él tenía en mente algún plan macabro que justificar con la sangre de Catalina. No obstante, sus ojos me dicen que... él se estaba encariñando de su presencia. Yo también soy culpable. Cuando quise alejarme de Catalina, él se acercaba a ella en mi ausencia y eso me hace recordar que todo fue mi culpa. Es culpa mía haber encontrado a esta mujer en la cama de Aren... si hubiese sido más cuidadoso y me hubiera animado a besarla mucho antes, quizá estuviera en mi cama.
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La hija de Alphas
WerewolfCatalina es una hija de dos poderosos Alphas puros en su totalidad. Ella se aleja de su manada para vivir el mundo que la rodea, descubrir cada misterio que se oculta y llenar sus curiosidades a pleno. Aventurera, valiente y poderosa, emprende su ma...