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Capitulo 45: Deseos apasionados 



Catalina sólo asintió con su cabeza. 

Ligeramente, sacudió sus brazos con sus propias manos. Aren, sentando aun sobre la cama y sin saber cómo comenzar, sólo tomó la opción de confesar su verdad. Ella se limitó a escuchar y el único ruido era el de su lamento ahogado y esas lágrimas traicioneras que dejaba caer sobre su mejilla.


NARRA CATALINA GRIFFIN

Estaba mirando un punto fijo al momento que lo escuchaba.

Aren me contó que había venido hasta esta mansión para conocerme. Quería saber quien era realmente y cómo había hecho para convencer a Baudilio Bathory al darme entrada en sus tierras. No le expliqué lo que había sucedido. 


—La verdad es que en realidad pensaba conocer a una chica arisca, rebelde y salvaje —hablaba Aren —. Baudilio no estaba muy convencido de que viniera, por eso nuestras identificaciones falsas. Eso no iba a durar mucho, claro está. 

—¿Sigues pensando eso de mí? —le pregunté dejando reposar mi húmeda mejilla entre mis rodillas. 

—No —su respuesta fue una relajación absoluta. —Quiero que sepas que no me acerqué a ti para conocerte sino, para concretar una búsqueda que sólo tú podrías ayudarme. A medida que fui conociéndote, me costó dejar atras cada fragmento de mi pasado donde se involucra con tu manada. Cata, cuando te besé sentí que lo dejé todo atras. Lo bueno y lo malo. Y esta misma noche quise ser un hombre nuevo. 

—¿Y... cómo te sientes ahora? —le cuestioné aun sin mirarlo.

—Fue un ciclo que no lo cerré precisamente esta noche. Venia hace días sintiendo una presión de culpabilidad que no me permitía acercarme del todo a ti —admitía. 


Eso explicaba el motivo de su distancia.

Me consuela que no se debiera a mis actos impulsivos. 

Sin embargo, quisiera saber el real motivo de su búsqueda. 


—¿Qué es lo que buscas con tanto desespero? 

—Es una de las cosas que esta noche deje atras —terminó agregando para arrodillarse frente a mí. Supongo que se dio cuenta de mi labio roto —. ¿Quién te hizo eso?

—Cuando me quité el tacón me lastimé el labio —le mentí —. Va a cicatrizar. No te preocupes.

—¿Estamos bien? —inquirió con su mano en mi mejilla. 

—Sí, sólo que no sabía que trataba con el líder de la asociación Gul'Kah y mi mente imaginó que... todo lo que pasó en este tiempo entre nosotros era —tragué saliva —falso.

—No me acerqué a ti precisamente con esa intención, lo admito —hablaba —. Sin embargo, lograste liberar una parte en mí y siempre estare agradecido por eso. No lo buscaba y no sabía que lo necesitaba tanto... me siento libre.


Aren se acercó a mí y yo también a él. Nos besamos.

Sentí a una serie de confusiones enormes dentro mio. ¿Él estará diciendo la verdad? Sus ojos son tan sinceros, tan nobles se muestran. No como cuando los vi por primera vez, esos ojos demostraban un profundo odio que realmente disminuyó con el paso de estas semanas. Sí. Quiero quedarme con la versión donde lo que viví con Aren es real. No una ilusión. 

La hija de AlphasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora