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Capítulo 07: Los porotos podridos



NARRA CATALINA GRIFFIN


Estaba revolviendo entre la maraña de ropas qué sería lo indicado para caminar ahora en unos minutos con Boris. Además, ¿estará bien?, ¿mal? O... 
Las prendas que me dio la abuela Anastasia son un poco chicas a mi talla, su nieta debe de ser una adolescente que mide menos de uno sesenta. Simplemente voy a optar por esta remera gris y esta calza pescadora. 

En cuanto termine de vestirme y recoger mi cabello en una coleta, abrí la puerta.

Ninguna novedad. 

Cerré la puerta tras de mí y me puse a pensar en Baudilio. Toqué enseguida mi herida y tragué saliva. ¿Qué debería sacrificar para obtener un dictado de paz y que mi manada pueda, por primera vez en sus vidas, ser feliz? ¿Qué debo arriesgar? Está bien. Nunca pensé que estar aquí fuera fácil, no pensé que iban a recibirme con los brazos abiertos, pero... tampoco quiero quedarme más de lo que mantengo en mente. Es cuestión de hablar con Baudilio pero, ¿cómo accedo a él para hablar puntualmente?

Salí y me topé con Boris de sorpresa.


—¡Ey! —me toma de los hombros —¿Lista para caminar un poco? Claro, eso si tu... —señala sutilmente la herida —... ya sabes.

—Está todo bien —asiento —, ¿se puede saber por qué tanta cordialidad? 

—Así lo ordenó nuestro señor —inquirió y ahora, dirigió su mirada a mis pies: —¿Irás con los pies al aire libre? 


No tenía zapatillas.


—P—pues sí, me gusta estar en patas.

—¿Patas? —Boris echó a reir —Patas son para animales.

—¿Y acaso no lo somos? —pregunté de brazos cruzados. 

—Tiene su lógica —aceptó rendido, aun riendo —, ¿vamos al jardín? 


Asentí. 


NARRADOR OMNISCIENTE


Roland —uno de los gemelos de la casa— estaba preparando unos cables enredados y conectándolos a un enchufe, mientras que su otro hermano gemelo, Thomas, conectaba una cámara. Una Omega adolescente estaba pasando un plomero a ciertas zonas que no estaban del todo polvorientas, pero quería estar realizando bien su trabajo. Thomas conectó la cámara hasta que esta prendió y comenzó a grabar.


—La cámara está en vivo, hermano —aseguró Thomas con el pulgar arriba —. ¿El volumen está okay?

—Está perfecto —afirmó asintiendo exageradamente. 


Los gemelos de la casa producían —además de desastres— vídeos para YouTube concretando ya más de veinte millones de seguidores que se divertían siguiendo sus locuras, bromas y blogs. Ellos mantenían igualmente ubicación e identidad en secreto poniéndose en anónimos para no comprometer la mansión de Baudilio, por eso mismo, siempre filmaban sus cosas sin demostrar mucho del entorno. 
Eran más bien conocidos como los Gemelos McKenzie

La hija de AlphasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora