Finge ser mi enamorada // Christopher Vélez y tú. [TERMINADA]

Capítulo cuarenta y tres.

Christopher:

- ¿Aló?

- Hola _________.

- Christopher...

- Richard me dijo que estuviste llamándome.

- Si... Tengo que hablar contigo, Sebastián no deja de molestarme... No te lo diría si esto no te incluiría a ti pero si lo hace.

- ¿Qué te ha dicho? ¿Te hizo algo?

- Me manda mensajes diciendo que tenemos poco tiempo y cosas así, hace una hora volvió a escribirme... No sé cómo consiguió mi número.

- ¿Quiere que vuelva a Miami?

- Sí, no sé cuál es su plan exactamente... No sé si solo quiere asustarnos o de verdad presentará... Esas fotos en los medios de comunicación.

- Por ahora no puedo ir pero... __________, no te dejaré sola... Llámame para contarme todo lo que pasa, ¿Sí? Necesito saberlo.

- Esta bien... Pero, ¿Qué le diré si me insiste con que vuelvas?

- Dile que ya pronto lo haré, solo dile eso.

- Esta bien, gracias por escucharme...

- Tengo que irme, cuidate mucho... Estamos en contacto.

No podía continuar con esa conversación, no quería llegar al momento en el que me cuenta lo del beso.

T/N:

Han pasado tres días desde que volvimos a hablar, me llama a diario pero nuestras llamadas no pasan los diez minutos solo me llama para saber cómo estoy.

En estos tres días he evitado a Sebastián, hay veces en las que lo veo acercarse y me pongo a hablar con la primera persona que se cruce en mi camino para alejarlo... Espero las cosas sigan así. Cuando me llama o me escribe evitó responder pero todo eso se lo cuento a Christopher... Lo extraño mucho.

- ¿En que tanto piensas, _________?

Hoy me encontraba haciendo un trabajo con cuatro compañeros de la facultad.

- En el tema... Pienso en cómo introducirlo.

- Quiero otro pedazo de torta... - dice una de mis compañeras.

- ¿Quién más quiere repetir? - pregunta mi compañero.

- Pidan ustedes... Yo iré al baño. - Me levanto.

- ¿Qué le pasa?

- Últimamente no se siente bien... - ellos susurran.

Voy al baño para lavar mi rostro, estoy tan cansada de todo esto, al salir escucho una voz.

- ¿Seguirás ignorando me? - era Sebastián.

Yo quise caminar para alejarme pero él me lo impidió.

- Deja los juegos de una vez. - Me aprieta la cintura.

- Me estás lastimando. - digo.

- Vamos a salir de aquí y tú vas a salir tranquila como si hubiéramos entrado juntos.

- No quiero...

- Lo harás, camina...

Mis compañeros no logran vernos salir.

- ¿A dónde me llevas? - le pregunto al salir.

- Tú solo camina.

- ¡Auxilioooo! - grito desesperadamente haciendo que él lleve su mano a mi boca para impedir que siga.