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Narrador omnisciente:
-George, tenemos que hablar.- dijo Fred entrando a la habitación de ellos.- Se puede saber que haces?

George en ese instante solo miraba la ventana como si fuera un gato mirando la luna.
-Que quieres ahora?- preguntó este en un suspiro.

Fred iba a sacarle el tema de Joyce pero decidió esperar. Ya hacía tiempo que no hacían de las suyas así que sonrió y se acercó a él.
-Por qué no le hacemos una broma a Flich? Nos estamos separando Georgie, no quiero perder a mi gemelo favorito...- dijo abrazándolo.

-Freddie, eres un dramático lo sabías? Pero esta bien, solo porque no tengo nada que hacer.- dijo riendo.
-Así se habla!- le empezó a decir Fred.

Ambos pelirrojos salieron con cautela de la sala común de Gryffindor para dirigirse a la parte oeste del castillo donde estaba el cuarto del conserje.
-Y que tienes planeado?- preguntó con curiosidad el gemelo menor.

Fred sonrió para sacar una caja.
-Como no te he visto durante días...- empezó a decir a lo que George rodó los ojos.- He creado algo, quieres probarlo?

-Que es? Sabes que siempre trabajamos de la misma manera, tú creas, y yo superviso. Recuerda lo que le hiciste a ese niño con las bombas ácidas...- le recordó a lo que Fred rió.

-Créeme que esto es mucho mejor, mira.- dijo tirando la caja al suelo.

Inmediatamente Fred se escondió detrás de una columna a lo que George lo miró confuso.
-Que haces?- preguntó para mirar la cajita que ahora tenía piernas.

-Te he dicho que te escondas?- preguntó Fred a lo que George negó.- Ah...bueno...pues escóndete antes de que la caja te vea.

Fue demasiado lento para el pelirrojo pues la cajita de convirtió en un mazo y le golpeó en el pie a George quien ahora estaba en el suelo maldeciéndose.
-Fred! Pero de que vas!?- decía el pelirrojo mientras intentaba sanar el dolor.

La cajita parecía no tener suficiente así que le golpeó de nuevo en la mano más fuerte.

Fue cuando Fred tomó la caja.
-Te gusta? Crees que la gente los compre?- preguntó agachándose para quedar a la altura de su hermano.

-Qué? No! No vamos a venderles esa cosa mortal a los niños!- dijo George mientras intentaba levantarse.
-Eso tiene mala pinta...deberías ir con madame Pomfrey.- le sugirió Fred mirando su mano a lo que George negó.

-Da igual, de todos modos he pasado por cosas peores.- dijo restándole importancia.

Cuando intentó caminar un fuerte dolor pasó por su pie. Soltó un quejido que fue notado por su hermano que levantó la ceja.
-Vamos, te acompaño.- dijo ayudándolo a caminar.

Joyce en ese momento se encontraba en enfermería, Victoria roncaba demasiado y no tenía otro sitio mejor al que asistir.

Veía a madame Pomfrey como su madre pues siempre le explicaba sus casos con pacientes y todo lo que había aprendido en sus años trabajando como enfermera.

Sus historias favoritas sin duda eran cuando Sirius Black o James Potter junto con Remus Lupin entraban en enfermería con la excusa de saltarse clase o por causas de hacer bromas... bromas al igual que unos que ella conocía muy bien.

-Madame Pomfrey?- dijo la voz de Fred desde lejos.- Puede venir por favor?

La señora rodó los ojos y suspiró de cansancio, realmente era agotador atender a todos los niños que pasaban por ahí. Miró a la chica que estaba sentada en la silla escribiendo sus cosas y sonrió.

-Cielo, podrías ayudarme? Estoy muy cansada y estoy segura de que puedes ayudar al paciente que se encuentra fuera.- le dijo a lo que la chica asintió algo confusa.

Fred quien esperaba a Madame Pomfrey miró a George.
-Georgie...- empezó a decir con tono inocente.
-Que quieres ahora?- preguntó este.

-Es que...- dijo cruzando sus piernas.- Necesito ir al servicio.- dijo con una sonrisa.- Te importa si...- George lo lo dejó continuar.

-Fred, si quieres hacer pis vete al baño y punto.- le respondió con algo de cansancio su gemelo a lo que Fred lo abrazó deseándole buenas noches para irse casi corriendo.

Ahora se encontraba el pelirrojo con el pie y la mano dolorida. Sin duda iba a matar a Fred cuando estuviera mejor.

-Bien, que tenemos aquí...- dijo una voz suave entrando a la sala de urgencias donde se encontraba él.

George empezó a sonreír inconscientemente. Sabía perfectamente que era ella.

-Tú?- preguntó Joyce cruzada de brazos.- Si vienes a arreglarte el cerebro lo siento pero no hacemos milagros...- dijo para irse.

-Así es como tratas a los pacientes?- preguntó riendo el chico.- Vaya...sin duda me he llevado una gran decepción, tendré que avisarle a Madame Pomfrey...

-No hace falta.- le interrumpió la chica parándolo y acercándose a él.- Que te ha ocurrido?

George la observó detenidamente y tuvo que mirar a otro sitio, diablos, la chica si que le ponía nervioso.
-Me han golpeado, en el pie, y en la mano.- dijo algo avergonzado.

-El pie, y la mano...- dijo marchándose para ir a buscar alguna poción.

El pelirrojo se sentó en una se las camillas mientras la esperaba, estaba nervioso y solo deseaba que Fred no apareciera en ese instante.

Cuando Joyce apareció con una poción para curarle se acercó a él y le extendió el vaso.
-Bebe esto, te sentirás mejor.- le dijo a lo que George lo tomó.

-Gracias.- dijo cuando terminó.- Pero...la mano aún duele.- preguntó algo extrañado.

-Lo sé, al parecer más gente ha venido con el mismo problema hoy y no quedan más...- dijo la chica sin mirarlo.- Por eso te la vendaré.

Y como había previsto George, Fred había hecho de las suyas, ya había probado las cajitas con más gente. Que idiota...

Joyce estaba concentrada en su trabajo y George? George estaba en el mismo paraíso, podría verla todo el tiempo...

-Aunque debo decir que eres bastante débil para hacerte daño tan seguido...- mencionó la chica mientras vendaba la mano del pelirrojo.

George frunció el ceño.
-A que te refieres?- preguntó mirándola sin poder evitar una pequeña sonrisa.

-A que...viendo tus condiciones, podría ganarte en una pelea fácilmente.- respondió con simpleza la chica.

El pelirrojo soltó una carcajada mientras se levantaba de la camilla, colocándose delante de ella a poca distancia.

Joyce tuvo que mirar hacia arriba para ver la cara del pelirrojo y no su amigo ya que estaba sentada en una silla.

George levantó la ceja y con una sonrisa le tomó de la barbilla a la chica provocando que esta se sonrojara.
-Repítelo otra vez amor, no te he escuchado.-
dijo a lo que Joyce tragó hondo.

Al ver que no decía nada, George la soltó y se miró la mano vendada. Sonrió al ver aún la cara de la chica rojiza por las mejillas.
-Debo decir que ha sido un excelente servicio.- dijo finalmente para irse.

Joyce tuvo calmar su respiración durante unos minutos asimilando todo lo ocurrido. Que acababa de pasar? Enserio se había quedado en blanco?

George por otro lado, entró en su cuarto con una inmensa sonrisa.
-Veo que estás bien.- le dijo Fred desde su cama.

-Perfectamente.- respondió este estirándose de la misma manera aún con la sonrisa boba en su rostro.

Y vaya si estaba bien...

our last look (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora