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Narrador omnisciente:
-Genial George, habíamos dicho que las estrellas rojas van a la derecha, no a la izquierda donde deberían ir las azules... por que has puesto las verdes en vez de las amarillas?- preguntaba Fred mientras cambiaba de lugar los productos.

George rodó los ojos para empezar a anotar cosas en su libreta. Ese día no había podido ir a su cafetería favorita pues se había levantado algo tarde y aún seguía dormido.

Fred lo vio bostezar por décima vez al día y bufó algo molesto.
-Sabes, por que no te tomas el día libre? Te ves cansado...- le dijo a lo que el pelirrojo menor negó con la cabeza.- Bueno, al menos podrías ir a buscar algo de comer? Así te despejarás algo...

George miró a Fred y asintió dándole la razón, en realidad estaba de lo más cansado pues se había pasado toda la noche con dolor de cabeza.

-Bien, volveré en un rato.- dijo para salir de la tienda y empezar a caminar algo cansado hacia su cafetería favorita.

Cuando llegó, se sorprendió al verla cerrada... que raro se dijo a sí mismo. Que rabia, y él que quería su cortado...

Se giró y miró la cafetería de la chica misteriosa. Miró a ambos lados para empezar a caminar hacia allá.

Cuando entró, ya había gente sentada o de pie pidiendo su pedido. Él sin pensarlo se colocó el último de la fila que no eran más de tres personas.

A George le dio tiempo de analizar el lugar detalladamente y también de mirar el sitio que siempre lo ocupaba la misma chica cada mañana, solo que ahora no había nadie allí.

-Siguiente... hola, bienvenido a Rimsky-Korsakoffee House, que pedirá?- le preguntó el chico rubio. El mismo que veía siempre hablar con la chica.

-Eh, si... un cortado y un... cappuccino por favor.- pidió el pelirrojo a lo que el chico abrió los ojos sorprendido.- Pasa algo...?- preguntó George con algo de icomodidad.

-Que? Oh, no, solo que eres la segunda persona a la que he atendido que he escuchado pedir un cappuccino, no suele ser muy habitual.- dijo restándole importancia con una sonrisa.- Perdón si te he hecho sentir incómodo.

George sonrió. Era normal, pues Fred era raro, sin embargo tenía curiosidad.
-El segundo?- preguntó algo intrigado a lo que el rubio asintió mientras iba a las máquinas a preparar el café.

-Si, mi amiga siempre se pide cappuccino cuando viene por las mañanas... es un poco rara lo sabías?- dijo restándole importancia.- Y aquí están, que los disfrutes.- dijo para pasar al siguiente cliente.

George salió del lugar con una pequeña sonrisa. Se sentía como un detective a encontrar más información de la chica misteriosa.

Caminaba hacia Sortilegios Weasley pensando en lo mucho que había cambiado su vida... como era posible que ya estuviera trabajando? Cuándo había pasado?

Al llegar, vio a Fred algo estresado así que le entregó el café sin embargo este se le quedó mirando algo raro, extraño.
-Qué?- preguntó este algo incomodo.

-Que que? Que ha pasado ahí fuera? Desde cuando sonríes?- preguntó bebiendo un sorbo y lo único que pasó por la mente del pelirrojo fue raro.

Raro como la misteriosa chica del café por las mañanas.

Sin darse cuenta, sonrió haciendo que Fred casi escupiera todo encima de su gemelo.

-Bien, puede que haya descubierto algo sobre una chica.- dijo haciendo que el corazón de Fred se encogiera, que pasaba con Joyce?

-Interesante...- dijo Fred para que continuara explicando.

-Verás, cada mañana, voy a la cafetería the attendant y cada mañana veo a la misma chica en la otra cafetería del frente...- empezó a decir algo emocionado.- La cuestión es que hoy he ido de nuevo y la cafetería estaba cerrada por eso he tenido que ir a Rimsky-Korsakoffee House...

Fred levantó la ceja mientras le daba otro sorbo a su café.
-Y la has visto?- preguntó a lo que George negó.- Ah, interesante...

-No, lo que ha pasado es que he pedido un cortado y tu cappuccino como siempre... pero lo que no creerás es que el chico que atendía es el mismo que siempre está hablando con la chica misteriosa por las mañanas.- siguió diciendo orgulloso.

Fred en ese momento no escuchaba nada de lo que le estaba explicando su hermano, solo pensaba en que si George estaba tan emocionado de saber la identidad de la nueva chica misteriosa... significaba que había superado a Joyce finalmente... vaya...

-Y mañana irás a esa cafetería para encontrarte "casualmente" con ella?- preguntó Fred con una sonrisa a lo que George asintió algo avergonzado.- Eso es fantástico Georgie! Estoy contento por ti.

-Pero y si se ríe de mi? No lo sé Fred... y si se burla de mi?- empezó a decir ahora preocupado el pelirrojo haciendo que Fred rodara los ojos.

-George, Georgie, recuerdas que eres el más atractivo de los dos?- le preguntó Fred intentándolo convencer.

-No mientas Freddie, agradezco que quieras hacerme sentir mejor, pero quién querría salir con alguien a quién le falta una oreja?- preguntó a lo que su gemelo lo miró algo triste, nada de lo que decía era verdad y realmente se estaba preocupado por tonterías.

-George...oh.- dijo mirándolo preocupado.

-Que pasa ahora?- preguntó este tocándose la herida y sintiendo el mayor de los dolores posibles.- Mierda Fred, me duele mucho...

-Y no solo eso... te está sangrando, tenemos que ir a urgencias ya, se ve muy mal...has tomado los medicamentos que te dio mamá?- preguntó Fred preparándose para ir a San Mungo a lo que George negó algo avergonzado.

Fred abrió los ojos a la par, y se cruzó de brazos.
-Santo Merlín George! Que no eres un niño para que te esté recordando que te tienes que tomar la medicina cuando te corresponda! Ya verás cuando se lo diga a mamá...- empezó a decir sin embargo George negó.

-No, no, vayamos a San Mungo y todo lo que tu quieras pero no se lo digas a mamá...- dijo a lo que Fred rodó los ojos para tomas la red de polvos flu para aparecer en el centro.

Georgie, Georgie, no sabes lo que te espera...

our last look (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora