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Narrador omnisciente:
La boda sin duda alguna fue un éxito, tanto por Angelina y Fred como George y Joyce quienes estaban de lo más felices.

Sin embargo, tenían que volver a la realidad que era trabajar. No era problema para ninguno, pues adoraban su empleo.

Cuando Joyce llegó con una inmensa sonrisa a San Mungo, vio algo extraño. Vio algo que desearía no haber visto nunca no pasar por ello.

-Por qué... no, no, que está pasando?- preguntó alterada siguiendo a los enfermeros que corrían con nerviosismo hacia una habitación que ella sabía muy bien.

-Rápido! Más oxígeno!- pidió la enfermera al lado de Rossie quien tosía muy mal, se estaba muriendo.

-Rossie! Águate por favor.- dijo Joyce ayudando a los médicos a mantenerla con vida.

La señora, la miró y sonrió como pudo.
-Joyce... felicidades por el... compromiso.- dijo para empezar a toser como nunca.

La máquina que controlaba su pulso, en un momento dado cambió de pitidos a uno más prolongado que indicaba el final.

Rossie había muerto.

-Mierda.- dijo Joyce sacándose la mascarilla y saliendo de la sala de urgencias donde la habían trasladado.
-Lo sentimos mucho doctora.- le dijo una enfermera abrazándola.

-Es, está bien, ahora... estará en un lugar mejor.- dijo secándose las lágrimas.

-Me pidió antes de que viniera que le entregara esto.- dijo dándole una llave.

Joyce frunció el ceño para mirar y analizar el objeto con cautela y cuidado. En ese momento no podía pensar con claridad.
-Se encuentra bien?- preguntó la chica que la acompañaba.- Quiere que llamemos a alguien?

Joyce se estaba mareando cada vez más, viéndolo todo borroso.
-George.- dijo antes de empezar a apoyarse en la pared y empezar a escuchar voces lejanas diciendo "ayuden! necesitamos ayuda!"

George atendía a los clientes de la tienda más contento de lo usual. Estaba contento pues cada vez que pensaba que se casaría con la chica de sus sueños, una sonrisa más amplia aparecía en su rostro.

-Como vas Freddie?- le preguntó este a lo que el pelirrojo no pudo contestar pues apareció una luz azul que poco a poco fue tomando la forma de un buitre. El patronus de Connor.

"George, tienes que venir inmediatamente, Joyce se ha desmayado, te necesita ahora."

George dejó caer todos los artículos que tenía en las manos para ir al centro donde se encontraba Joyce.

Cuando vio a Connor en la puerta con cara de preocupación, se acercó a él.
-Donde está?- preguntó a lo que el castaño miró dentro de la habitación.

-George, no ha sido nada grave, solo un bajón de azúcar... pero antes debes saber algo... cuando la han traído, ha empezado a decir cosas... creo que deberías hablar con ella sobre, ya sabes. Victoria y su hermano, no creo que aún lo haya superado.- le dijo a lo que el pelirrojo asintió para entrar y cerrar la puerta.

La chica miró al chico y sonrió débilmente.
-Siento haberte asustado.- dijo sintiéndose culpable.

-No importa, mientras estes bien... eso es lo que me preocupa.- dijo sentándose a su lado.- Hay algo de lo que quieras hablar?- preguntó a lo que ella lo miró.- Joyce...

-Rossie ha muerto.- dijo de repente.

George abrió los ojos para tomarle la mano que temblaba. Con razón estaba tan mal, Rossie había sido una de las mejores compañías que había tenido la chica.
-Antes de morir, nos felicitó... por el compromiso.- dijo ella acariciándole la mejilla.

-Joyce...tranquila si?- dijo pero en cuanto vio cómo la chica miraba tras suyo frunció el ceño.- Te encuentras bien?- dijo mirando donde ella señalaba.

-Es que no lo ves!?- preguntó ella nerviosa y asustada.- George!

La figura humana estaba en la habitación, acercándose a ellos lentamente.
-Que te ocurre?- le preguntó el pelirrojo sin ver nada.- Joyce por favor!

George no entendía que le estaba pasado a la chica pero quería ayudarla como fuera. Pensó en lo que Connor le había comentado y decidió probar.
-Quién es? Victoria?- preguntó a lo que Joyce lo miró y negó.- Quién?

Ella miraba a un punto fijo, como si hubiera cambiado de realidad, no era ella.
-Mi hermano.- respondió.- Es mi hermano.

Joyce miraba a su difundo hermano como si estuviera parado delante de él. Fue cuando se dio cuenta de que todo era su imaginación, se dio cuenta de que en realidad no había nadie amenazándola.

Todo este tiempo había sido ella misma la que no estaba tranquila ni en paz, su mente aún le estaba jugando una mala pasada.

Fue cuando dijo que era suficiente sufrimiento.
-Qué? Joyce eso es imposible, el esta...- empezó a decir el pelirrojo.
-Muerto, lo se. Lo maté yo misma.- dijo la chica.- No me tomes de loca pero creo que estoy teniendo alucinaciones desde hace mucho tiempo.- terminó por decir mientras intentaba levantarse.

-Que haces? No... no, debes descansar.- le dijo el pelirrojo preocupado.
-George estoy bien.- dijo ella ahora tomando la llave que le había dado Rossie.- Me acompañarías a descubrir algo?- dijo a lo que George no dudó en seguirla.

Salieron de San Mungo y se dirigieron hacia la cafetería the attendant.
-Que hacemos aquí?- preguntó el pelirrojo mirando a la chica.

Joyce miró de nuevo la llave para mirar la cerradura del local. Encajaba perfectamente.

Cuando entraron, todo el polvo acumulado podía verse con claridad.

Los chicos se acercaron al mostrador donde había una nota. De Rossie.

Querida persona que lo lea,
Mi tiempo ha llegado al fin. Soy muy mayor y no se cuanto más aguantaré. Es probable que me ingresen en San Mungo con todos esos doctores y enfermeras aburridos y toda la comida sin sabor. Por eso quiero dejar esta carta.
Si estás leyendo esto significa que te has ganado mi corazón y la tienda que yo ya no me podré ocupar.
No os preocupéis por mi, yo estaré junto el amor de mi vida, mirando el negocio desde arriba.
Espero que vaya todo bien y suerte.
Atte. Rossie.

George abrazó a Joyce pues sentía que la chica en algún momento se iba a derrumbar

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George abrazó a Joyce pues sentía que la chica en algún momento se iba a derrumbar.
-Que vamos a hacer? Esto... no.. no me lo esperaba, tendremos que pensar como remodelar el lugar y los trabajadores...- empezó a decir muy nerviosa.

El pelirrojo por otra parte solo sonrió. Trataba de estar serio pero escucharla hablar de sus futuros planes y que el estuviera en ellos..

-Joyce, Joyce... cariño... amor, ven aquí.- dijo acercándola a él y abrazándola.- Lo solucionaremos, juntos. Si?- le preguntó a lo que ella lo miró.
-Juntos.- repitió con una sonrisa más tranquila.

Sin duda Rossie no podía haber elegido mejor, Joyce y George serían la pareja perfecta para la cafetería.

our last look (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora