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Narrador omnisciente:
George estaba en la cafetería donde había quedado con Joyce, de los nervios a decir verdad.

Cuando vio a la chica abrazar al chico rubio antes de empezar a acercarse se cruzó de brazos.

No sabía cómo sentirse, es decir... ella estaba preciosa, reluciente como siempre y realmente el vestido que había elegido le favorecía mucho.

Simplemente una diosa ante él.

-George.- dijo ella también nerviosa por que si, puede que ella estuviera espectacular pero el pelirrojo no se quedaba atrás. Se veía tan atractivo a los ojos de la chica...

-Estás preciosa.- admitió George extendiéndole la mano.- Vamos, no querrás llegar tarde, o si?
-Pensaba que...- empezó a decir ella ahora algo confusa.

-Que nos quedaríamos aquí? Déjame decirte que no, he reservado mesa en uno de los lugares más bonitos para mi... personalmente.- dijo con una sonrisa haciendo que ella sonriera más.

Cuando la chica vio donde se encontraban abrió los ojos y se paró por completo.
-George... dime que no has reservado mesa en La Tour d'Argent.- dijo con brillos en los ojos.

-Te gusta?- preguntó el mirándola de reojo.
-No... George es perfecto.- dijo abrazándolo a lo que el pelirrojo respiró aliviado y correspondiéndole.

Ambos se sentaron y empezaron a mirar el menú, y vaya... había algo que no acababa de cuadrar en la cabeza de la chica.
-George, sabes que no tienes que llevarme a sitios lujosos no?- preguntó mirándolo a lo que él sonrió.

-Pero quiero, Joyce, yo lo he estado pensando desde hace mucho y...- empezó a decir sin embargo pasó un camarero por el lado.

-Bienvenidos a La Tour d'Argent tienen claro que van a pedir?- dijo sonriente.

El pelirrojo rodó los ojos al ver que se lo decía a Joyce y no a los dos, sin embargo pasó algo.

-Mmm, creo que pediré el número 3 y tu Georgie?- dijo la chica colocando su mano encima de la mano del pelirrojo entrelazándola entre sí mientras lo miraba con una sonrisa.

-Yo pediré el menú 2.- dijo él sonriente sin mirar al camarero que se fue algo molesto.

-No tienes por que ponerte celoso, Weasley.- dijo ella quitando su mano una vez volvían a estar solos.

George levantó la ceja.
-Y tú no tienes que dejar de darme la mano, se que te mueres por mi, no hace falta que sigas disimulando.- dijo guiñándole el ojo esperando molestarla.

-Ni en tus mejores sueños pelirrojo.- dijo ella apartando la mirada pues se había sonrojado.

George se sonrojó por cómo le había llamado la chica pero aún así, quería seguir con la conversación.
-Sigues negando que te gusto?- preguntó mirándola a los ojos.

Joyce casi se atraganta con su propia saliva así que dio un sorbo a su copa y trató de permanecer lo más calmada posible. Como diría Bruno, natural.

-Antes preferiría besar a un sapo.- respondió manteniendo el contacto visual. George abrió la boca para responder sin embargo ella se anticipó.- Ni se te ocurra traer a uno.

-Claro, para eso me tienes a mi.- dijo sonriendo.- Pero Joyce... sobre eso, yo tenía que preguntarte algo...

-Si?- dijo ella algo intrigada a lo que George iba a hablar pero el mismo camarero apareció con los platos.

-Que disfruten de la comida.- dijo para guiñarle el ojo a Joyce e irse.

La chica sin embargo miraba al pelirrojo que suspiró de cansancio para empezar a comer en silencio. Otra vez, se había acobardado.

Por lo demás, la cena transcurrió perfectamente para ellos, nada era incómodo pues no habían sacado el tema de... su despacho.
-Ahora vuelvo. Necesito ir al lavabo.- dijo ella para levantarse.

Cuando la chica entró, alguien la siguió para entrar también, y cerrar la puerta de golpe con ella encerrándola. Tocó la puerta y Joyce solo pudo pronunciar un "ocupado".

Cuando salió, la figura anónima más bien dicho Connor le tomó de la muñeca.
-Que? Déjame!- decía ella muy asustada.- Que haces aquí!?

-Joyce, déjame explicártelo!- dijo él intentando calmarla pero ella fue más rápida y le dio en su entre pierna, pudiendo abrir la puerta y salir sana y salva.- Espera!

No, no, y no. No era posible.

Connor la estaba acosando? Era muy probable. Cuando la chica visualizó a George se tranquilizó aún más sin embargo cuando el pelirrojo la vio se preocupó.

-Va todo bien?- preguntó algo confuso.- He pagado así que si quieres...
-Si, mejórennos vamos, está haciendo frío.- dijo ella con una sonrisa nerviosa.

Ambos salieron y rápidamente Joyce miró al pelirrojo.
-George, que me querías decir ? Antes... en la cena.- dijo parándolo completamente.

El pelirrojo tragó hondo. La miró y se veía nerviosa, incomoda, además... se comportaba raro, así que seguramente no se lo había pasado bien, seguramente a ella no le gustaba...

Sería mejor ahorrarse la humillación por que, como alguien como Joyce saldría con alguien como él?

-Si...esto, espero que te haya gustado la cena.- dijo algo decepcionado bajando la mirada.

Fue cuando sintió la fría mano de la chica en su mejilla.
-Por qué pensarías que no me ha gustado?- dijo mirándolo.- Gracias por invitarme.

El pelirrojo la miró y pensó que... a lo mejor eran paranoias suyas así que se animó un poco.
-Bien, ahora, quieres... que te acompañe a tu casa?- preguntó algo vergonzoso.

Joyce asintió.
-Claro.- respondió ella entrelazando su mano con la de el, guiándolo a su apartamento.

El camino de vuelta fue de lo más silencioso pero sin duda ambos lo disfrutaron. No se necesitaba decir ninguna palabra para demostrarse que querían estar juntos.

Cuando finalmente llegaron, George se sorprendió al ver que realmente, la chica no vivía tan lejos de la tienda donde trabajaba.
-Vives aquí?- preguntó mirando a ambos lados.

-Quieres que te lo enseñe?- le preguntó ella sonriendo en todo momento.
-Me... encantaría.- respondió ahora algo nervioso.

Al solo entrar y cerrar la puerta, la chica paró al pelirrojo para mirarlo fijamente. Este pasó su mano por la mejilla de esta y suavemente, la acercó hasta juntar sus labios finalmente.

Ambos querían con fuerzas que ese beso, que ese momento no terminase.

Y así sin separarse acabaron en el cierto de la chica, donde rápidamente el pelirrojo la llevó a estirarse.

Joyce cerró sus ojos al sentir como George dejaba besos por todo su cuello pero rápidamente los abrió a la par cuando este se separó de golpe.

-Que... haces?- preguntó algo frustrada a lo que el pelirrojo sonrió mientras se quitaba su chaqueta ante ella.

-Puede que el otro día me dejara... pero quiero que sepas en realidad, quién manda aquí, princesa... soy yo.- dijo para volver a lanzarse a ella y atraparla en otro beso.

Oh, Joyce... no tenias ni idea de lo que te esperaba.

our last look (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora