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⚠️( si eres sensible o no te gustan las partes eróticas puedes saltarte el capítulo, gracias!)⚠️

Narrador omnisciente:
Cuando Connor salió por la puerta, Joyce soltó una pequeña carcajada mientras se levantaba de su asiento y se dirigía hacia George con paso decidido.

Si antes el pelirrojo estaba nervioso ahora estaba más que eso, que intentaba hacer la chica? Tragó hondo y se ajustó la corbata mientras se acomodaba en su asiento, Merlín, si que estaba nervioso.

-Relájate Weasley, solo revisaré la herida.- dijo sentándose a su lado con otra silla.- Te pongo nerviosa?- preguntó con una sonrisa encantadora por la que en ese momento moría por probar.

George quién sonreía del nerviosismo suspiró lo más tranquilo que pudo.
-Ni te imaginas cuanto.- dijo en un susurro haciendo que a Joyce se le erizara la piel.

La chica se levantó sin decir nada y se dirigió hacia la puerta ante la atenta mirada del chico sobre ella.

Joyce miraba la puerta, en concreto el pomo, podía ser arriesgado... sin embargo cerró sus ojos para llevar su mano a la cerradura y cerrar la puerta con llave.

Quiso darse la vuelta pero rápidamente notó como George se encontraba detrás de ella, respirándole en el cuello, poniéndola más nerviosa.

-Weasley...- dijo ella pero el pelirrojo la giró quedando cara a cara.

-No es así como me llamo princesa...- dijo pasando su mano por la mejilla de ella, acariciándola suavemente.- Vamos, dime, como me llamo?- le preguntó mirándola en todo momento.

-George.- dijo ella y fue suficiente para él como para unir sus labios, para que se encontraran con más y más fuerza donde sus lenguas se entrelazaron y se alimentaron del deseo y la desesperación de todo lo acumulado durante años.

-No...sabes, cuanto he esperado por esto.- consiguió pronunciar George rodeando con su mano la espalda de la chica, bajándola haciendo que ella se estremeciera.

-Bueno.- dijo ella separando los labios de golpe.- Me tienes aquí y ahora.- acabó por decir con una sonrisa traviesa y juguetona, volviendo a George más loco por ella de lo que ya estaba.

El pelirrojo se mordió el labio inferior al ver a la chica pronunciar "muffliato" y dejar su varita encima de la estantería que había allí.

Joyce se volvió a mirarlo y bajó su mirada al cinturón del chico, bajó su mano intentado desabrocharlo, y George, al ver que no lograba descifrar el mecanismo de la hebilla, se deshizo él mismo del impedimento, aliviando así la presión que crecía bajo sus pantalones.

La chica con la misma sonrisa, lo acompañó hacia su silla, que era la más cómoda de todas. Con su mano lo empujó suavemente para que se sentara a lo que este le hizo caso sumiso.

-No te veía tan dominante... me gusta.- dijo admirando como ella se sentaba y provocaba que apretara los dientes pues la chica parecía no tener piedad con él. Lo estaba matando.

-Te duele?- preguntó Joyce con tono inocente acomodándose en él pareciendo cada vez más atractiva ante sus ojos.

George agarró su cintura y tiró de ella, acercándola de nuevo a un apasionado beso, mientras desabrochaba su blusa blanca con facilidad.

Joyce, jadeando con la más amplia sonrisa que el pelirrojo jamás hubiera visto en ella e inclinando su cabeza hacia atrás haciendo que George la mirara con más deseo aún, la hacía parecer una diosa para él.

-Mierda.- soltó este respirando más pesadamente pues no sabía lo mucho que tendría que aguantar.- Joyce...

-Disfruta si? Relájate y déjate llevar...- le dijo en un susurro mientras le desbrochaba la camisa poco a poco y le dejaba suaves besos en el cuello.- Estamos solos...- terminó en un susurro.

Oh Joyce, que le estabas haciendo al pelirrojo? Quién diría que fueras inocente?

-Te necesito.- dijo de repente él.- Por favor, Joyce, te necesito...- le suplicó a lo que ella se separó un poco para desesperadamente bajarse su ropa interior y volver a juntar sus labios mientras como podía, el pelirrojo se bajaba los pantalones dejando ver su erección.

Ella se posicionó poco a poco sobre él, soltando un suave gemido, hasta que al fin, ambos se convirtieron en uno.

Joyce se movía, subiendo y bajando con la ayuda de George, que con gusto pasaba sus manos al rededor de su cintura para impulsarla más rápido contra él.

-Joder.- gruñía él, no de dolor, o al menos sólo en parte. Era tanto para George tenerla ahí, escucharla y poder tocarla que simplemente no habían palabras para expresarse en sí salvo que estaba en la gloria.

Ella era su gloría y también su perdición.

-George.- decía ella haciendo que este atrapara sus labios de nuevo sin embargo los gemidos de la chica dieron paso a intensos temblores de placer, los gruñidos de George se convirtieron en rugidos de león, y cuando sus cuerpos al fin alcanzaron el clímax, la chica cayó derrotada sobre él, apenas capaz de moverse.

Ambos se miraron una última vez, Joyce aún presa de las convulsiones que agitaban sus pechos ante el pelirrojo, quien no dudó en aprovechar la situación para atraparla de nuevo sudorosos y jadeantes, pues no quería dejarla ir.

Ambos permanecieron abrazados, besándose con las pocas energías que les quedaban mientras Joyce recuperaba el control de su cuerpo y George se subía los pantalones, hasta que ella fue capaz de colocarse su ropa por si misma y pudieron volver a su compostura inicial.

Sin embargo nada sería igual. Que acababan de hacer?

Minutos después, habiendo vuelto la respiración de Joyce a la normalidad, George, con una pícara sonrisa, deslizó su mano por el rostro de la chica que rápidamente lo apartó.

-Y eso?- preguntó él aún con la sonrisa en su rostro algo confundido.- Es que no has tenido suficiente?- preguntó mirándola, más bien admirándola pues para él era como tener la perfección delante suyo.

Por que si algo tenía que saber ella, era que al pelirrojo no le gustaba ser el pasivo... pero entonces, por que se había dejado prácticamente controlar por ella?

-Te crees muy gracioso no es así?- dijo ella buscando algo ahora algo preocupada.- Oh, no... mi varita, no está.- dijo mirando la estantería.

-Puedes usar la mía.- sugirió él ganándose una mala mirada de ella haciendo que este riera.- La que acabas de usar no tonta, me refiero a esta.- dijo extendiéndole una varita con una sonrisa divertida.

Joyce miró la varita que George tenía en la mano y se dio cuenta de que era la suya, genial. Al intentar tomarla este levantó el brazo mientras levantaba una ceja.

-Weasley, me la das?- preguntó lo más amable posible acercándose a él a lo que el pelirrojo hizo como si se lo pensara.

-Si... aceptas ir a una cita conmigo, no se, tal vez a cenar... me lo pienso, ah si, y si me llamas por mi nombre como hace un momento... aún mejor.- dijo con una sonrisa orgullosa pues ella se había sonrojado.

-George... me encantaría ir a esa cita contigo.- dijo entonces le tomó de la corbata para acercarlo a su altura.- Y no hacía falta sobornarme.- dijo muy cerca de sus labios para tomar su varita y alejarlo.

-Me sorprende que seas tan tímida y dominante a la vez.- admitió el chico mientras miraba como ella abría la puerta con una sonrisa.- Me vas a volver loco.

-Y por eso, señor Weasley, deberá pedir visita...para otro día.- respondió ella con tono divertido.

-Vaya, si que parece estar mal la herida, no?- dijo Connor de brazos cruzados fuera del despacho haciendo que estos se sobresaltaran.- Por que has cerrado con llave? Llevo esperando fuera unos cinco minutos.- preguntó mirando a la chica.

-Con llave?- preguntó ella haciéndose la inocente.- A lo mejor no sabes abrir puertas...- dijo encogiéndose de hombros.

George se dirigió hacia la puerta y antes de irse, miró a la chica para pronunciarle "mañana, a las nueve en la cafetería the attendant" a lo que Joyce solo le guiñó el ojo.

Cunado el pelirrojo llegó a su apartamento se pasó las manos por el pelo, dándose cuenta de lo que acababa de suceder en ese despacho.

Oh Merlín...

our last look (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora