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Narrador omnisciente:
Joyce se encontraba es su cama, leyendo pues no podía dormir bien.

Desde que empezó a trabaja en San Mungo, Connor no había pardo de "supervisarla" ni seguirla a todos lados, era como una pesadilla.

Además de que habían más amenazas con que no pertenecía ahí, el chico pensaba que la estaba ayudando aunque en realidad no era así.

Desde esa semana, la chica volvió a tener pesadillas sobre lo que pasó cuando era pequeña, las mismas que ha había tenido durante años.

La chica vio su reloj y decidió levantarse pues tenía que trabajar. Su turno empezaba por la mañana, exactamente a las 8 así que debía apresurarse.

Se vistió y decidió no molestar a nadie, ya desayunaría en alguna cafetería que le diera de camino por que si, pensó que tenía tanto tiempo que fue caminando.

Por qué siendo sinceros, quién sale a las seis de la mañana?
-Por Merlín George! Son las seis se la mañana, quieres dejar de molestar!?- le dijo Fred desde su cuarto medio dormido.

El pelirrojo rodó los ojos y se puso los zapatos.
-Bien, pero no te pongas triste si no hay tortitas por la mañana para desayunar.- dijo para salir de casa.

Últimamente George no solía dormir bien, había algo que lo incomodaba bastante sin embargo no conseguía descifrar que era.

Estuvo unos minutos pensando donde podría desayunar hasta que se decidió por la cafetería the attendant y sentarse a tomar algo tranquilamente.

Claro, tranquilamente pues no había mucha gente, solo un señor mayor comiendo un pastel de limón.
-Que va a desear?- preguntó la señora que atendía el lugar.

George lo pensó unos segundos antes de decidirse por cruasán dé tomate y queso y un cortado.

Mientras preparaban su pedido, el pelirrojo tuvo tiempo de pararse a pensar. Tuvo tiempo a mirar por la ventana y ver la cafetería Rimsky-Korsakoffee House donde solo había una persona dentro.

Lo único que alcanzó a ver fue que era una chica pues tenía el pelo recogido en una coleta de lo más desordenada.

-Aquí está. Que disfrute de la comida.- dijo el camarero para entregarle el pedido.
-Gracias.- respondió Joyce mientras miraba con deseo su cappuccino y su Brownie Sundae.

-Puedo preguntar algo?- preguntó el chico a lo que ella asintió algo confundida.- Llevas viniendo desde hace una semana... y aún no se tu nombre.- dijo con una sonrisa.

-Joyce.- dijo ella.- Y si... no he teniendo muy buena semana...
-Joyce, encantado, soy Bruno.- respondió este con una sonrisa encantadora.

Cuando George terminó, ya eran las siete pasadas, así que decidió ir a Sortilegios Weasley para prepararse para ese día.

Como era Navidad, habían más clientes comprando regalos para familiares y niños con dinero que les habían regalado dispuestos a gastarlos en sus artículos.

Y por mucho que el pelirrojo adorara su trabajo, era agotador.

Antes de salir, se fijó de nuevo en la cafetería del frente y lo único que pudo visualizar fue la espalda de la chica de antes hablando con lo que parecía ser el camarero.

Le restó importancia y se dirigió hacia Sortilegios Weasley con el mismo cansancio con el que se había despertado.
-Otro día más... allá vamos.- se dijo así mismo mientras colocaba sus manos en sus bolsillos para empezar a caminar.

-Bueno, ha sido un gusto hablar contigo Joyce, nos vemos mañana?- preguntó el rubio recogiendo el plato de la chica.

-Seguramente me veas, o a lo mejor no... quién sabe?- respondió con una sonrisa para salir de allí.- Que tengas un buen día Bruno.

Joyce miró su reloj y se dio cuenta de que no le quedaba tanto tiempo si quería ir caminando al trabajo así que empezó a darse prisa y caminar.

Tardó exactamente diez minutos en llegar y como aún le faltaba tiempo extra decidió esperar en el despacho donde solían descansar todos los trabajadores.

Se sentó en la silla y empezó a preparar el día, empezando por las citas seguidos de las urgencias... medicamentos, etc... cuando notó una mano encima de su hombro.

Rápidamente se levantó de su asiento para mirar a Connor con un café en la mano.
-Tranquila Baker, solo quería darte los buenos días.- le dijo este con una sonrisa mientras le daba un sorbo a la taza.

-Sabes que necesito mi espacio personal, y sabes que me incomoda.- le espetó la chica algo alterada.- No me toques, por favor.

Connor levantó los brazos en forma de rendición.
-Bien, bien, lo siento si?- dijo con una sonrisa un tanto burlona.

Joyce no soportaba estar a solas con el así que le sonrió de manera sarcástica para recoger sus palparles e irse de allí dejando al castaño solo en el despacho.

Por otro lado, George colocaba los productos en cantidad para tenerlos preparados, le daba unos últimos ajustes a la máquina registradora y limpiaba el polvo del escaparate.

Tenía mucho tiempo así que por qué no distraerse con algo que hacer?

De repente la puerta sonó haciendo sobresaltar al chico y rodar los ojos.

-Alicia, está cerrado.- le dijo sin mirarla a lo que ella le importó un bledo pues se siguió acercando al pelirrojo.

-Georgie, me preguntaba... ya que pasaba casualmente por aquí y te he visto si querrías ir a tomar algo conmigo, hace tiempo que no hablamos y me has estado ignorando....- dijo con voz de soñadora a lo que George la miró.

-Si... he estado ocupado estos días.- dijo volviendo al trabajo.

Alicia se cruzó de brazos en ese momento.
-Sabes? Fred es un poco molesto y grosero.- dijo a lo que George la miró algo molesto.- Que os pasa a los dos?

-Y que quieres decir con eso? A lo mejor... lo estabas molestando, vamos Alicia sabes cómo es, ahora si no te importa...- empezó a decir George pero una voz lo interrumpió.

-Como no te vayas tendré que llamar al departamento de seguridad mágica.- dijo Fred.- Recuerda que estás en una tienda cerrada, y no eres bienvenida.

George miró a su gemelo y decidió no decir nada, Fred a veces solía ser algo...cruel.
-Como sea, ya hablaremos George.- dijo la chica para irse dando un portazo.

-Y como rompas las puerta la pagas!- le gritó el mismo haciendo que George sonriera.- Qué? No la soporto.- admitió rodando los ojos.

-Por qué? No te ha hecho nada.- dijo el pelirrojo menor a lo que Fred soltó una risa sarcástica.

-Si que lo ha hecho. Le dijo el otro día a Angelina que estaba coqueteando con una chica en la tienda, quién se cree que es?- dijo mientras ayudaba a su hermano a limpiar.- Acaso se cree que arruinara  i relación? Ni pensarlo.

-Así que tú y Angelina...felicidades hermano.- dijo contento George yendo al piso de arriba.

Fred en ese momento no sacó el tema de Joyce, aunque para el lo tenía demasiado claro y era que la chica siempre sería la indicada para su hermano.

George y Joyce tenían que volver a estar juntos.

our last look (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora