1. Inexplicable llamado

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"El cataclismo que el héroe detuvo después de diez mil años al fin se produjo.

Sacerdotisa y princesa de mítica belleza: el caballero elegido dio su vida por ella.

Ante tal prueba de amor, el poder de la princesa despierta en su interior y, en la fortaleza, al cataclismo apresa.

Mas la tez del caballero no se marchita. Reposa en el Santuario de la Vida y, tras un largo letargo, resucita.

Debe afrontar incontables pruebas, para recuperar sus fuerzas... Cumplir su destino.

¡Hasta volver a ser un héroe! El que frenará el cataclismo y arrancará a la princesa de sus manos.

El héroe y la princesa, hombro con hombro, devolverán la luz de Hyrule, jugándoselo todo."

...

Abre los ojos...

- ¿Qué clase de voz es esta? La escucho tan lejana...

Abre los ojos...

- ¿Por qué me estás llamando? Ven, acércate... necesito verte...

Abre los ojos...

- No puedo ver tu rostro, pero si unas verdes pupilas que se fusionan con mi mirada, las que deseo alcanzar con la punta de mis dedos...

Despierta, Link...

Y abro mis ojos ante el pronunciamiento de esa última palabra, mientras el aliento de vida retorna a mí. No siento en mi cuerpo más que una energía cálida y acogedora, que poco a poco me llena completo.

¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Por qué me encuentro en este estado? No puedo moverme, pero puedo sentir como una extraña humedad que me rodea se desvanece, mientras el cristal que me cubre se apertura y permite que el oxígeno entre a mis pulmones. Ni siquiera sé cómo es que reconozco estas sensaciones, solo las vivo.

Aún palpo la desconocida calidez invadiendo mi cuerpo, y poco a poco me siento impulsado por moverme; primero mis dedos, luego mis brazos y mis piernas, para finalmente sentarme y girarme para salir de la especie de cama que me ha acogido por quién sabe cuánto tiempo.

Inmediatamente me pongo de pie, caigo de rodillas al suelo, sintiendo como las piernas me duelen y tiemblan por no poder soportar mi peso. No puedo creer que me cueste hacer algo tan básico. ¿Tan mal me encuentro?

- No temas, Link. Solo reencuéntrate con tu cuerpo, reconócelo una vez más...

Otra vez esa voz hablándome y mencionando ese nombre tan extraño. ¿Link? ¿Acaso así me llamo? No entiendo por qué, pero ser llamado así me llena de confianza, provocando que las fuerzas se adentren a mí.

- Necesito... quiero levantarme.

Poco a poco me pongo de pie y puedo mantenerme firme, por lo que intento dar mis primeros pasos, y con cada uno el dolor aumenta, pero a medida que avanzo y me acostumbro este disminuye hasta desvanecerse. Puedo saltar, puedo correr por el lugar en el que me encuentro encerrado, recuperando así por completo mi movilidad.

- Sabía que podrías, Link.

Link... Link... ese nombre se me hace familiar cada vez más... y con aquella voz, simplemente me estremece.

Me asombro al ver como una estructura, algo parecido a un pedestal, comienza a emanar un brillo azul. Me acerco a ella y de la misma asciende un extraño objeto rectangular.

Recuerdos de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora