¿Dónde estamos, papá?
No entiendo nada de lo que está pasando, lo único que sé es que mamá acaba de morir y ahora tengo una hermanita. No pude despedirme de ella, pues tuvo prisa por irse al cielo, pero aun así no estoy enojado con ella. Solo me duele que no la veré más, a pesar de que mi papá me dijo que ella ahora vive en nuestros corazones.
Dejamos nuestro hogar en la aldea Hatelia, el abuelo se quiso quedar, todo pasó demasiado rápido. Ahora hemos llegado a la casa más grande que he visto en mi vida.
- Estamos en castillo de Hyrule, hijo. – dijo mi padre, con mi hermanita en los brazos. – Aquí vamos a vivir Abril, tú y yo.
- ¿Abril? – pregunté sorprendido.
- Ese es el nombre que tu mamá y yo escogimos para tu hermanita. –respondió, forzándose a sonreír. – ¿Te gusta?
- ¡Sí, es muy bonito! Como ella. – respondí emocionado.
- Por muchos años he servido a las personas que viven en este castillo, a la familia Real de Hyrule. – contó mi padre. – Hace tiempo me ofrecieron el cargo de General del Ejército Real, con la condición de venirnos a vivir aquí. Me tomó tiempo decidirme, pero con este dolor tan... quiero decir, ahora que tu mamá se fue al cielo, es lo mejor.
- Yo no quiero estar aquí... – expresé con lágrimas en los ojos. – Quiero ir con el abuelo.
- Él vendrá a visitarnos, te lo aseguro. – dijo mi padre. – ¿No has dicho siempre que quieres ser tan fuerte como yo?
- Sí, pero...
- Aquí aprenderás todo lo que sé y sabrás lo que significa proteger a los demás. – afirmó mi padre. – Pero sobre todo a una querida amiga.
- ¿Una amiga? – pregunté indignado. – ¿Una niña?
- Así es.
- ¡Ay, no! – me quejé molesto. – ¡Las niñas me caen mal! ¡Son gritonas y berrinchudas!
Mi padre se ríe ante mi comentario, cosa que me hace sentir molesto.
- ¿Cómo puedes decir eso? – preguntó riéndose. – Abril también es una niña.
- Ella aún es una bebé y yo me encargaré que no sea molestosa. – afirmé convencido. – Ella será como yo.
- ¿Sí? – rio mi padre. – Vamos a ver si piensas lo mismo al conocer a tu nueva amiga. Además, vas a prepararte para protegerla por siempre cuando seas más grande.
Giro mi rostro con molestia, pues no me gusta que me quieran obligar a ser amigo y a cuidar de una niña caprichosa. ¿Por qué me quiere castigar así? Hace tiempo que no hago travesuras.
La carroza se detiene en la entrada del castillo, y cuando nos bajamos unas personas nos esperan. Como he visto en algunos cuentos, pensé que iba a haber demasiada gente alrededor, pero solo se encuentran un hombre y una mujer sonriéndonos con calidez.
- Bienvenidos. – dijo el hombre, vestido con elegantes ropajes. – Me alegra que estén en su nuevo hogar.
El hombre y la mujer abrazan a mi padre, y es ahí que percibo tristeza en los rostros de ellos, quizás porque saben que él está sufriendo.
- Gracias por este recibimiento para mi familia y para mí, sobre todo en este duro momento. – dijo mi padre, conmovido. – Les presento a mis amados hijos.
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Recuerdos de cristal
FanficUna vez despierto de su letargo, Link ansía descubrir el origen de la voz que le otorgó su olvidada identidad, haciendo caso omiso a todas las advertencias. Sin recuerdos y estrategias decide adentrarse al castillo, dispuesto a salvar a la luz que l...