Habla Joana
Llegamos a España y al día siguiente recogimos a Maia. Cada dos días escribía un mensaje a Ingrid preguntándole cómo estaba Alexia. No quería hacerme pesada.. así que me dijo:
I- Joana no tienes de qué preocuparte, no le pasará nada a Alexia y te prometo que si pasa algo serás la primera en saberlo vale? :)
J- muchas gracias a Ingrid... por favor cuídala mucho
I- eso haré :)Empecé a relajarme, tenía mucha tensión acumulada de todos esos días y cuando comencé a poder descansar me vino el bajón de todo. Estaba hecha polvo, como si me hubieran dado una paliza.
C- quieres que te haga una infusión?
J-..pfff no sé.. estoy en la mierda y no sé por qué...
C- has aguantado demasiada presión todos estos días y ahora que te has relajado tu cuerpo la está soltando, necesitas descansar y ya verás que en un par de días estás como nueva :)
J-.. gracias por comprender todo lo que ha pasado de una forma tan madura Cris...
C- venga, voy a hacerte la infusión :) ahora vengoSe fue paras cocina y me preparó la infusión. Por la tarde se encargó de hacer los deberes con Maia y tenerla entretenida para que no me molestara. Quería que descansara y realmente lo necesitaba mucho...
Al cabo de tres días me recuperé del todo. Cris tenía razón. Solo necesitaba descansar. Un día compré una pelota de baloncesto (para niños) y después del colegio me llevé a Maia a una cancha de baloncesto que había en el parque cerca del colegio a jugar. Nos pasamos la tarde allí. La cogía en brazos y la acercaba a la canasta para que pudiera encestar. Se lo pasaba genial y yo con ella, estaba feliz de poder retomar el tiempo con mi familia, compartir momentos con mi hija y mi mujer.
Cogimos el hábito de que 3 veces a la semana después del colegio Maia y yo íbamos a jugar a baloncesto. A mi hija le encantaba y Cris aprovechaba para hacer la cena y cosas de casa. Cuando llegábamos ya era un poco tarde, nos bañábamos y hacíamos los deberes hasta la hora de cenar. Todo iba genial.