🅟🅓🅤🅒🅒 〖Vol.Ⅰ〗(Completo)

Capítulo 46

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Mejor empecemos
de nuevo...
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        Al oír ese llamado, Ji Ning se quedó paralizado. Parecía estar más aturdido que Bai Qingyan, sin siquiera notar los moretones que Bai Qingyan le había dejado en el brazo. Cuando volvió en sí, sus manos temblaban mientras sostenía el rostro de Bai Qingyan, preguntando ansiosamente:

        —¿Cómo... cómo me llamaste?

        —¡Ji Lang, sálvame Ji Lang! ¡Sálvame! Yo...

        —¡Dilo otra vez! ¿Cómo me llamaste?

        —Ji... ¡mmph!

        Ji Ning presionó con fuerza a Bai Qingyan contra la puerta, besándolo ferozmente. Estaba como loco, respirando agitadamente, como si quisiera fundir a Bai Qingyan en su propia carne y sangre. Bai Qingyan ya estaba al límite de sus fuerzas, ¿cómo podría resistirse? Naturalmente, se entregó por completo. En la mente de Ji Ning no quedaba nada más que ese “Ji Lang” resonando una y otra vez...

        “Ji Lang” era el apodo cariñoso con el que Bai Qingyan lo llamaba en sus momentos más íntimos en el pasado. Pero en todo el tiempo que estuvieron juntos, Ji Ning rara vez tuvo la suerte de escucharlo.

        Hace diez años, cuando eran amantes. Aunque su amor era intenso, Bai Qingyan seguía llamándolo simplemente Ji Ning. Sin importar cuánto lo provocara o persuadiera Ji Ning, no lograba obtener otro apodo cariñoso. Solo durante sus encuentros íntimos, cuando lo complacía hasta el punto del éxtasis, podía escucharlo llamarlo “Ji Lang”. Dado el carácter de Bai Qingyan, que estuviera dispuesto a someterse a él en la cama y llamarlo “Langjun” era, para Ji Ning, la prueba más profunda del amor de Bai Qingyan hacia él.

        En aquellos tiempos, cuando Bai Qingyan lo llamaba así, su voz siempre temblaba ligeramente, mezclada con deseo y placer. ¿Cuándo había sonado tan desesperado como ahora? En este momento, escuchar ese llamado era para Ji Ning más conmovedor que la súplica más lastimera, casi como una rendición.

        Lo más desconcertante era que Ji Ning sabía perfectamente que Bai Qingyan era consciente de lo que esas palabras significaban para él. ¿Acaso sus sentimientos no eran como Ji Ning había pensado, y nunca había tenido el más mínimo afecto por él?

        Bai Qingyan no tenía idea de la tormenta que ese llamado equivocado había desatado en el corazón de Ji Ning. Solo sabía que este hombre lo había presionado contra la puerta, y que esa parte de su cuerpo se apretaba contra él sin control, ¡como si quisiera arremeter nuevamente!

        Bai Qingyan ya estaba completamente agotado. Si tuviera que soportar otra ronda de pasión desenfrenada, ¿no perdería la vida en este lugar? Pero, ¿cómo podría resistirse? Incluso sus gritos de dolor fueron ahogados por los feroces besos de Ji Ning.

        Ji Ning, como si hubiera perdido la razón, embestía con fuerza, con movimientos vigoroso y salvajes. Después de un frenesí de pasión, finalmente se corrió dentro de él. Solo entonces, jadeando, recuperó la consciencia. En ese momento, se dio cuenta de que durante todo ese tiempo, Bai Qingyan no había emitido ni un solo sonido.

        Al bajar la mirada, Ji Ning descubrió que se había desmayado.

        Sus cuerpos aún estaban unidos, empapados en fluidos. Pero Ji Ning no prestó atención a eso. Solo abrazó con fuerza al hombre de rostro pálido en sus brazos, casi fundiéndolo en su carne y sangre. Su rostro, sin embargo, mostraba un dolor desgarrador.

        —Bai Qingyan... ya no hay ningún Yuyao... ya no tienes a dónde ir... Ya no hay nada por lo que puedas abandonarme... Quédate a mi lado, solo nosotros dos... No me dejes de nuevo... ¿Podemos empezar de nuevo?

        Murmuraba al oído de Bai Qingyan, aunque no sabía si le hablaba a la persona inconsciente en sus brazos o a sí mismo.

        Bai Qingyan, cubierto de heridas, no respondió ni una palabra. En la habitación solo se podían escuchar sollozos reprimidos, uno tras otro, como si salieran del corazón de alguien, cargados de un dolor antiguo y desgarrador.