Capítulo 33

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Inglaterra, viaje a Escocia

Ayer me sentía morir cuando Iona me informó sobre su viaje a Escocia, querían darle unos días a su hermano con mi hermana. Anoche no pude tenerla entre mis brazos, compartió habitación con Emmy. En todo caso, estoy con ella, me puedo dar el gusto de mirarla, perderme en esos ojos azules. Me ha gustado tanto que casi siempre ha usado algunas de las joyas que le he regalado. ¡Qué pase pronto los meses que faltan para acabar el luto doble y extendido!

Vamos en caravana cinco carruajes, el de la duquesa viuda que comparte con Lady Emmy y mi mujer, el de la duquesa de Atholl que en esta ocasión va acompañada por la segunda duquesa viuda más joven. En el tercer carruaje van cuatro doncellas, en el cuarto van soldados y en el quinto carruaje que es el mío van otros tres militares. Declan y yo estamos acostumbrados a cabalgar sobre nuestro semental.

Emprendimos el viaje esta mañana muy temprano, tenemos dos horas de camino, más los cuatro del día de ayer. Hoy será extenuante el recorrido. Declan se adelantó y habló algo con el cochero que lideraba la caravana y este mermó la velocidad, eso hizo que los otros lo hicieran, luego a galope llegó hasta el cuarto carruaje y le pidió que liderara. Luego que los carruajes estuvieran en la posición que él deseaba comprendí su temor.

—¿Temes que nos hagan una emboscada?

—Si hay algún infiltrado y pasó la información que solo mujeres viajarían se sorprenderán que van cinco carruajes y no tres como deben suponer. Solo te pido que te conviertas en el Capitán Hamilton que debe proteger a cinco damas, entre esas a tu mujer —lo miré, sabía que ayer me había dejado en evidencia, pero no podía mandar a Iona sola.

—Por el bien de ella no lo comentes.

—Jamás amigo. Te lo tenías guardado.

—La muerte de su padre y de Cedric fueron lo que nos callaron, además.

—Lo sé amigo. La amenaza que tenemos todos. Si saben cuál es tu debilidad entrarán como caballo de troya. ¿Piensas decirle a Iain?

—No. Por ahora que se enfoque a saber cómo actuar y manejar su vida con el torbellino de mi hermana. Mira lo cuidadoso que es y olvidó la seguridad de su madre y hermanas.

—Tu hermana lo tiene loco.

—Lo está sacando a la vida Declan.

No sé en qué momento la tranquilidad se vio interrumpida con los disparos que llegaron abruptamente. Una estampida de unos veinte hombres en caballos venía sobre nosotros. los militares salieron de sus carruajes mientras yo corría a escoltar a Bethany y a Elena. Declan se fue directo con sus hombres. Los gritos de las mujeres no se hicieron esperar.

—¡Bajen! —con mi caballo las escoltaba hasta el carruaje donde estaba la duquesa Madison. Ver la preocupación en la mirada de mi mujer, me hizo amarla más si eso es posible—. ¡No salgan de aquí! —antes de terminar de hablar Emmy había salido por la ventana y estaba sobre el techo del carruaje acostada y con su arco. ¿Viajó con eso?, al ver la puntería que tenía, es digna hija del general Ross. Los militares que estaban en el último carruaje habían soltado los caballos y corrían a galope a apoyar a su general. Llegué hasta el carruaje donde estaban las doncellas hice lo mismo y les pedí que se pasaran al carruaje más cerca de la de las damas. A los cocheros les entregué armas.

—Milord yo no sé disparar —dijo uno que no lo había visto antes, parece que tiene el escudo en la solapa del ducado de Atholl.

—¡Entonces vas a morir! O disparas o les cargas las armas a los que sí pueden disparar —a los cocheros los dejé en la primera línea de defensa, debía apoyar a Declan—. ¡Emmy! —la rubia me miró—. Quedas al mando y por favor si necesitas ayuda, manda dos flechas cerca de donde estoy.

Apariencias - ¡Mírame...! No podrías amarme (libro 1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora