Capítulo 20

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Inglaterra, Montrose house

Bajé del carruaje, Thomas informó que mi tío Hemish llegó el mismo día en que mi hermano fue encontrado muerto por mi cuñada en su habitación. Desde entonces ha actuado como amo y señor de la propiedad, no ha desterrado a mi madre, hermana, cuñada y sobrina por mantener una imagen ante la sociedad, ¡para colmo!, ayer llegó su familia a instalarse, esposa y dos holgazanes que no saben hacer nada. ¡Situación que no voy a permitir! Es el patrimonio de mi familia, aunque ellos sean una rama familiar; con las mujeres que más amo no se van a meter. Mi madre y hermana son sagradas, ahora es mi responsabilidad también velar por el bienestar de mi cuñada y mi sobrina. Fue una súplica de mi hermano, la cual cumpliré hasta el día de mi muerte.

Cada uno de mis amigos bajaron de un carruaje, en el puerto nos habíamos cambiado de ropa Declan, Ryan y yo. Ahora tengo el aval del Rey, ellos no podrán hacer nada. Es hora de hacer alarde de todo lo que hemos aprendido a lo largo de estos veintiocho años de vida, mis amigos llegaron a mi lado.

—Hace dieciocho años juramos ser amigos fieles y decirnos las cosas —comenzó a hablar Ryan—. Pequeño Midas, a ti te debo el resplandor económico de mi ducado. El cual ahora pongo a tu disposición para enfrentar lo que se avecina.

—Sobra que yo hable erudito, sabes que la milicia también la tienes a tu entera disposición —habló el general, yo seguía mirando la imponente mansión Montrose, una de las muchas que están amparados bajo el título del ducado, ahora me pertenece, el legado de mi padre y hermano el cuál no pudo disfrutar. Sentí una opresión en el pecho... no pienses en eso, cuando estés solo.

—El marquesado de Headfort también te entrega su fidelidad para ayudarte a derrocar la escoria que los acecha, además pequeño gigante, tengo una deuda de gratitud contigo —se tocó la pierna de palo con el bastón, al menos puede mantenerse en pie y caminar.

—Yo te debo mi vida amigo y Bristol estará siempre a tu lado. De igual forma frenando lo que ellos planean protegemos también al Rey. Así cazamos a dos aves con un solo disparo.

—Las paredes mientras no hagamos una depuración tienen oídos, lo que tengamos que hablar confidencial lo haremos en el burdel de Madame.

—¿La idea principal es que nos vean bajo perfil y mantener una imagen de libertinos? —preguntó Declan.

—Exactamente, ninguno de ustedes está casado, podemos convertirnos en las calaveras de la sociedad.

—No participaré de enlodar mi imagen en la de libertino. Apoyo en todo y puedo hablar en el burdel, pero no me involucren con compañía femenina —todos miramos a Thomas Hamilton, nos sostuvo la mirada—. No diré quién es la elegida, espero respeten mi decisión.

—Tú de verdad estás enamorado, ahora que volviste a ver a tu enamorada, ¿te da lo que en el burdel puedes tener?

—No ofendas a mi futura esposa —dijo entre dientes y Declan alzó las manos.

—Ten cuidado Hamilton —intervino Brian—. El amor no existe —dijo eso y caminó en dirección a la entrada de la mansión.

—¡No todas son malas hermano!, solo tu ex era la casquivana —el marqués no se detuvo, nos miramos.

—Declan, olvídate de Lady Jade —habló Thomas—. El conde la casó hace varios meses atrás —el rostro del general fue de total asombro—. De tanto que molestaste a tu hermano, creo que estaba contemplando la idea. Cuando nos enteramos empeoró su frialdad.

—Entonces mi hermano aún tiene salvación.

—¡Ella está casada!

—Llegará otra, y por cierto ¿con quién la casó el conde?

Apariencias - ¡Mírame...! No podrías amarme (libro 1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora