✡ CXCI

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Capítulo 191: Zero vs Ceifador

—¿Q-qué diablos significa esto? —logró balbucear Gador, tras  escupir otra bocanada de sangre oscura y espesa. Intentó levantarse para ejecutar a Alisa a golpes, pero sus temblorosas piernas no le respondían.

Al bajar la mirada hacia la herida que tenía en la espalda, la cual era tan profunda que le llegaba hasta el abdomen, el cuerpo de Gador pareció estremecerse del horror. Resultaba que la espada de hielo, que estaba bien incrustada en su cuerpo, había comenzado a derretirse poco a poco, por lo que ahora ya no había nada que detuviera la hemorragia. Un profuso reguero de sangre empezó a emanar de la herida, manchando de rojo la parte inferior de su cuerpo. Gador usó ambas manos en un desesperado intento por detener, o al menos aminorar, la pérdida de sangre. Sin embargo, era en vano. 

Pasándose una mano por su rubio cabello, Alisa miró a sus alrededores con aquellos ojos de color miel. Observó que todos los presentes habían detenido sus propias batallas y ahora la estaban mirando.

Alisa chasqueó la lengua, irritada. No pensó que todos se darían cuenta tan rápido del cambio de situación… Había esperado matar a una o dos personas más...

A su lado, Gador soltó atronador rugido de rabia.

—¡LO SABÍA! —aulló—. ¡YO SABÍA QUE TÚ…! ¡YO SABÍA QUE TÚ TENÍAS PLANEADO TRAI…!

—Los muertos como tú deben permanecer con la boca cerrada —lo interrumpió ella, mientras alzaba una pierna y le propinaba una fuerte patada frontal en el pecho, lo que hizo que Gador emitiera un sonoro grito de dolor y cayera pesadamente al suelo, a varios metros más atrás.

A continuación Alisa se fijó en el cuerpo de Raidel que yacía tumbado a unos cincuenta metros a la distancia.

—Ya puedes levantarte, mocoso —suspiró ella—. Ahora que todos me han descubierto, ya no tiene sentido que sigas allí tirado como un imbécil.

Raidel no pudo hacer más que ponerse en pie de un salto ante la humillante ofensa que le habían acabado de lanzar.

—¿A quién demonios llamas imbécil? —gruñó el muchacho—. ¿Acaso quieres que vuelva a patear ese gordo y horrible trasero tuyo? ¿Eso es lo que quieres?

Con la cara roja por la furia, Alisa le gritó un insulto, pero Raidel prefirió ignorarla y darse media vuelta para observar sus alrededores.

Todos seguían mirando a Alisa con una expresión de sorpresa y confusión. Evidentemente nadie entendía qué diablos estaba ocurriendo allí.

Raidel tampoco lo entendía.

Hace unos minutos atrás, cuando el golpe de Alisa lo había hecho tropezar con una grieta y caer al suelo, Raidel había creído que era su fin, ya que Alisa se abalanzó rápidamente sobre él y lo golpeó en la cabeza. Sin embargo, la sorpresa fue que ella no utilizó nada de Xen en su golpe. Ni siquiera empleó mucha fuerza. Al notar eso, Raidel se puso furioso. Abrió la boca para gritarle algo, pero ella le puso un dedo en los labios para que se callara. Le susurró que se quedara quieto y se hiciera el muerto. Dijo que tenía un plan. Entonces Alisa se levantó y se marchó. Raidel no sabía a qué diablos venía este brusco cambio de situación, pero de todas maneras confió en ella, puesto que, después de todo, Alisa pudo haberle perforado la cabeza si hubiera hecho uso de todo su poder… pero no lo hizo. Ella lo dejó vivo e ileso.

Mientras lo recordaba, el muchacho volvió a fijarse en ella.

A varios metros a la distancia, Alisa descolgó el pequeño bolso que llevaba en la espalda. Lo abrió y de allí sacó otro bolso, casi del mismo tamaño que el anterior. Acto seguido arrojó el primero al suelo y se colocó el nuevo bolso en la espalda.

✡ Guerra de Dioses y Demonios 2: La Ira del Dios de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora