✡ CLIX

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Capítulo 159: La Competencia Anual de los Premios Mayores

Siguiendo la estrategia de Keila, Raidel logró hacer varias grietas en el muñeco superresistente de Sendor. Sin embargo, llevado por la emoción de haberle provocado una herida visible, el muchacho bajó la guardia por un segundo. Y eso fue suficiente para que el muñeco se lanzara sobre él y le propinara un potente gancho de izquierda que impactó de lleno en su mentón.

Raidel cayó al suelo con un sonoro golpetazo. Y aunque la hierba amortiguó su impacto, él no pudo evitar soltar un gruñido en cuanto tocó el suelo.

Luego se sentó y tomó un respiro. Fue entonces cuando recién se dio cuenta de lo exhausto que se encontraba. ¿Cuánto tiempo había pasado entrenando ya? ¿Cinco horas? ¿Ocho? ¿Más?

—Bueno, creo que eso es todo por hoy —dijo Sendor, poniéndose lentamente de pie. Había estado varias horas sentado en la misma posición, controlando aquellos odiosos muñecos.

—¿De qué hablas, anciano? —dijo Alisa, quien no parecía encontrarse muy agotada como los demás… o al menos eso era lo que quería aparentar ante sus compañeros—. ¿Eso es todo? ¿Ya se acabó?

—No te quejes. Ve a entrenar el Xen o alguna otra cosa —dijo el mago, sacudiéndose las ropas del polvo.

—Hey —dijo el muchacho, acercándose a él—. Tengo una duda.Tus muñecos son endemoniadamente poderosos. Y además puedes controlar a varios al mismo tiempo… ¿Entonces por qué no los usas en las misiones reales? Serían de gran ayuda…

—En efecto serían de gran ayuda, pero lamentablemente no es posible hacer tal cosa —dijo Sendor—. A estos muñecos los puedo controlar tan bien debido a que estamos en la base del White Darkness. Aquí dentro hay un millar de complejos y extraordinarios hechizos para aumentar el poder en batalla de estos muñecos... Afuera las cosas son muy diferentes. Apenas podría manejar a uno y su poder de pelea se reduciría a menos de la cuarta parte —dijo encogiéndose de hombros—. Por ello mismo es que se llaman muñecos de entrenamiento. Solo sirven para entrenar.

Raidel abrió la boca para decir algo, pero en aquel momento las puertas del salón se abrieron y por allí entró Fran, quien se veía más apresurado de lo habitual.

—Tengo buenas noticias —dijo, mientras se acercaba a ellos con largos y rápidos pasos. Los compañeros pudieron ver que su expresivo rostro estaba iluminado por la emoción.

—¿Otra vez? —gruñó Raidel—. ¿Ahora de qué se trata?

—Acabé de hablar con Vork…

Todos se mostraron sumamente interesados, ya que sabían que Vork era el líder del Batallón 42.

—Debido a que nosotros hemos culminado las últimas misiones con rotundo éxito y sin ninguna baja, él ha decidido que nuestro Equipo será uno de los elegidos para participar en la competición anual de los premios mayores…

—¿Qué rayos…? —dijo el muchacho sin entender una palabra—. Habla claro, ¿quieres?

Los ojos de Fran seguían tan iluminados por la emoción que parecían farolas.

—Competiremos contra cuatro equipos más del Batallón 42 —explicó el líder—. ¡Quién gane se llevará el premio mayor!

Sendor, quién ya estaba al tanto de las competiciones anuales, se refregó las manos con auténtico frenesí. Ahora parecía incluso más entusiasmado que el propio Fran.

—¿Cuál… cuál es el premio? —tartamudeó el mago.

—Un Arma Maldita —dijo Fran con gravedad—. Ese es el premio.

✡ Guerra de Dioses y Demonios 2: La Ira del Dios de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora