Capítulo 196: Forma Final
✡
El muchacho se sentó en el suelo para tomar un pequeño descanso y reflexionar acerca de lo sucedido. Vork resultó un oponente mucho más poderoso de lo que los compañeros habían imaginado. Pero al fin y al cabo, solo había sido uno; un viejo chaparro y encorvado que por poco y tenía que apoyarse en su báculo mágico para poder caminar. No era posible que semejante mequetrefe pudiera derrotar a los cinco miembros del Equipo Ceifador y a su increíble trabajo en Equipo...
Pero entonces Raidel giró su cabeza hacia atrás al presentir que algo andaba mal. Sus temores resultaron ciertos al ver que Fran salía despedido unos metros por los aires y luego impactaba contra el suelo con un horrible crujido que hizo que Raidel se estremeciese.
El muchacho paseó su mirada de un lado a otro. ¿Qué diablos significaba esto? ¿Habían más enemigos? ¿Estaban escondidos? Pero no era así. La respuesta estaba justo frente a él.
—Un buen trabajo en Equipo; lo admito. Pero, para desgracia de ustedes, no soy alguien al que puedan matar —afirmó Vork con su voz serena y tranquila.
Raidel y los demás abrieron mucho los ojos al ver que el mago estaba completamente ileso. Vork se encontraba allí, de pie, como si nada hubiera ocurrido. Su pecho estaba intacto. No tenía ninguna herida visible, y la parte de la túnica que le cubría el pecho no tenía ningún rasguño.
Sin apenas parpadear, Raidel se puso de pie. ¡Por todos los dioses, era como si Fran nunca le hubiera perforado el pecho al mago! ¡Pero lo hizo; todos lo vieron!
Vork ni siquiera se molestó en explicar la situación. Pensó que de todas formas ellos morirían en un abrir y cerrar de ojos, así que no valía la pena malgastar saliva.
Entonces tuvo lugar el acontecimiento más insólito del día: El brazo de Vork se estiró de manera repentina hasta alcanzar los diez metros de longitud. Su puño se hizo tan grande y grueso como un martillo de guerra. El brazo elástico salió disparado contra Sendor, y el gigantesco puño impactó de lleno contra el rostro de éste, arrancándole un alarido de dolor y enviándole directamente al suelo.
El muchacho vio que el tabique nasal de Sendor había quedado torcido y casi aplastado tras el contundente golpazo. Además había perdido seis dientes y parecía que el pómulo izquierdo se le había roto. El mago seguía en el suelo aullando de dolor cuando el brazo elástico volvió a moverse a una velocidad inusitadamente rápida. Esta vez se dirigió hacia Alisa.
Ella intentó esquivarlo, pero el brazo se retorció en un ángulo extraño, antinatural, tal y como lo haría un latigo, por lo que el inmenso puño del tamaño de dos cabezas juntas terminó estrellándose contra su torso, y el cuerpo de Alisa rodó por el suelo tras la estrepitosa colisión.
Raidel no esperó más y se puso en movimiento al predecir quién sería el próximo objetivo de Vork.
El brazo elástico se dirigió hacia Keila, ya que ella era la que estaba más cerca de Alisa.
Keila seguía muy agotada por todos los muros de tierra que había tenido que crear hace unos minutos atrás, de modo que si recibía este ataque, el muchacho sabía que seguramente moriría.
Afortunadamente Raidel actuó primero y, tras un simple salto, fue a caer justo en medio de Keila y el oscilante brazo de Vork.
Entonces Raidel reunió una gran cantidad de Xen en sus brazos y, empuñando la Espada de Rayo en ambas manos, realizó un tajo descendente en dirección al brazo elástico de Vork. El muchacho estaba completamente seguro de que el mago no podría esquivarlo ni bloquearlo a tiempo debido a que su viejo cuerpo se encontraba demasiado lejos, a unos seis metros de distancia.
ESTÁS LEYENDO
✡ Guerra de Dioses y Demonios 2: La Ira del Dios de la Muerte
Fantasy✡ Segundo volumen de la saga "Guerra de Dioses y Demonios". Este libro abarca la continuación de la historia desde el capítulo 101. En esta segunda parte, y tras los trágicos acontecimientos del libro anterior, nuestro protagonista se verá arrastra...