✡ CXCIX

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Capítulo 199: Bephasgol

Tambaleante, con el rostro inexpresivo y los ojos bien abiertos como si estuviera hipnotizado, Raidel empezó a caminar lentamente hacia ella. Una parte de su mente estaba confundida. Él había visto el cadáver de la princesa con sus propios ojos (algo que había ocurrido hace aproximadamente un año atrás). Pero ahora ella estaba allí, de pie, frente a él, con su cálida sonrisa en los labios.

Misha no parecía estar muerta en lo absoluto. Seguía tan hermosa y radiante como el muchacho la recordaba...

Raidel había decidido vengar a la princesa porque ella había sido su único rayo de luz en este mundo tan pútrido y corrompido; este mundo lleno de despreciables monstruos y terribles amenazas que acechan prácticamente en cada esquina. Cuando ella murió, Raidel quedó inmerso en una completa oscuridad, teniendo que verse en la obligación de luchar contra los monstruos que se interponían en su camino en una negrura absoluta, sin que sus ojos fueran capaces de ver nada de lo que tenía lugar a su alrededor. Pasó tanto tiempo en esa condición que su mente ya había empezado a degradarse. Él había empezado a convertirse en otro despreciable monstruo más del montón sin siquiera darse cuenta de ello. Pero el hecho de que la princesa en realidad estuviera viva era como si el rayo de luz volviera a iluminar el cielo; un rayo excepcionalmente brillante que no solo servía para devolverle la mirada y el raciocinio a Raidel, sino también para espantar a todos los monstruos que merodeaban cerca, ya que éstos estaban tan acostumbrados a vivir en la completa oscuridad que no podían soportar la existencia de ninguna clase de luz, ni mucho menos una luz tan hermosa y resplandeciente como lo era la princesa.

Verla allí, frente a él, era algo irreal, como una fantasía, como una utopía, como un sueño...

¿Este sería un sueño? ¿Estaría soñando?

A Raidel no le importaba en lo absoluto. Si este era un sueño, él no quería despertar jamás.

Y así, poco a poco, fue acercándose a ella, sin apartar la mirada, sin parpadear... cuando de pronto escuchó una voz que le pareció tan recóndita y lejana como si procediera de otro mundo.

—¡No! ¡Raidel! ¡Aléjate de ella! ¡Aléjate de ella!

Pero él ignoró aquella voz por completo. Ahora que la princesa había aparecido frente a él, Raidel no volvería a apartarse de ella jamás. ¡Jamás!

Un paso. Dos pasos. Tres pasos. Cada vez estaba más cerca de ella...

Pero Keila fue corriendo hacia él. Lo agarró de los hombros y lo lanzó al suelo con un simple movimiento de manos. La cabeza de Raidel impactó fuertemente contra la hierba, la cual apenas fue lo suficientemente densa como para amortiguar el impacto. Aún así ésta no evitó que Raidel emitiera un ligero gruñido de dolor. Acto seguido el muchacho alzó la cabeza y miró de un lado a otro con una expresión de confusión total, como si repentinamente hubiera despertado de una hipnosis.

Keila lo siguió sujetando del hombro por si acaso. Observó a Raidel con sus oscuros ojos y exclamó fuertemente para que él pudiera escucharlo bien:

—¡Esa criatura que está frente a nosotros no es la princesa que conociste! ¡Es un demonio! ¡Un demonio! ¡No te dejes engañar!

Raidel se estremeció de pies a cabeza. ¿Un demonio? ¡No, eso no podía ser verdad! Por fin se había encontrado con ella... ¿y ahora resultaba que no era ella? ¡Raidel no podía aceptar eso!

El muchacho giró la cabeza y observó que la princesa Misha estaba mirando a Keila con los ojos entrecerrados como si estuviera ofendida de que le hubieran llamado "demonio".

✡ Guerra de Dioses y Demonios 2: La Ira del Dios de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora