✡ CXXXII

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Capítulo 132: Niel

Las llamas danzaban y crepitaban por todo su cuerpo. Los otros tres reclutas se alejaron un poco de su compañero al sentir el intenso calor que emanaban sus llamas, las cuales eran de un color amarillo anaranjado. A continuación Raidel desplegó su guadaña portátil y la agitó en el aire como si estuviera cortando un enemigo invisible. Sus aliados y adversarios observaron su demostración, algo sorprendidos de la fuerza y velocidad de sus movimientos.

Sin embargo, los Golems no eran criaturas que se sorprendieran ni tampoco albergaban ninguna clase de temor, de modo que ellos fueron los que empezaron a movilizarse primero.

Los monstruos de piedra no esperaron a que sus enemigos llegaran hasta ellos, sino que comenzaron a desplazarse a ritmo lento. Estas criaturas eran tan pesadas que con cada paso que daban el suelo resonaba bajo sus pies.

Dem giró su cabeza, en busca de Rodol. ¡Una de sus flechas explosivas serviría para aniquilar a estas bestias!

No obstante, el arquero y los tres que lo acompañaban estaban demasiado ocupados luchando contra un enorme grupo de soldados y magos que habían ido a su posición, en la cima occidental de la muralla. Eran un centenar de guerreros y una docena de magos.

Dem se volvió. Tendrían que luchar contra esas bestias ellos solos, lo que iba a resultar especialmente difícil porque él sabía de primera mano que los Golems eran extremadamente poderosos y resistentes. Además, estaa criaturas medían cinco metros de altura, un poco más que los Golems de tamaño promedio.

El antiguo General adquirió una postura de pelea, con las piernas separadas y el tridente sobre su hombro derecho, como si planeara arrojarlo contra sus enemigos.

—¡No se confien! —exclamó Dem en dirección a sus tres compañeros—. ¡Aunque esas cosas sean lentas, sus ataques son tan poderosos como los de un dragón adulto! Además, la dureza de la roca con la que están hechos es comparable con el metal más resist...

Sin embargo, antes de que pudiera acabar de decir aquella frase, Raidel prendió su inmensa guadaña en llamas y se lanzó contra uno de los Golems en un ataque tan rápido como el de una serpiente.

El monstruo arrojó un golpe al verlo acercarse, pero el ataque de Raidel llegó primero. En un poderoso movimiento ascendente, la guadaña cortó el brazo izquierdo del Golem a la altura del hombro. La extremidad cayó al suelo en un fuerte chasquido.

Dem y Tana se mostraron sorprendidos al ver la rapidez del ataque de Raidel y, sobre todo, la contundencia de éste... Era sorprendente que le haya arrancado el brazo de un simple golpe...

No obstante, en cuanto Raidel ya se disponía a acabar con su rival, una especie de rayo de color amarillo salió del báculo de uno de los magos cercanos y fue a impactar contra el muchacho, quien cayó al suelo entre gruñidos de dolor, sintiendo como su piel se electrocutaba.

El Golem del brazo cortado alzó una pierna para pisotear a Raidel, pero, antes de que pudiera hacer nada, Dem lanzó su tridente contra la bestia, el cual se hundió en el pecho de éste y lo hizo perder el equilibrio. Las tres puntas afiladas del tridente asomaron por la espalda del monstruo.

Raidel aprovechó la distracción para ponerse de pie y arremeter contra el enemigo. La inmensa guadaña volvió a relampaguear en el aire y de un solo tajo cortó la pierna derecha del Golem, quien no pudo mantenerse de pie y cayó inevitablemente al suelo.

Pero esto no se terminó ahí. Dado que la criatura no era capaz de sentir dolor ni miedo, no titubeó, de modo que con su gigantesca mano agarró uno de los tobillos de Raidel para mandarlo a volar por los aires, pero el muchacho fue nuevamente más rápido y, soltando un rugido de guerra, lo decapitó con su negra guadaña.

✡ Guerra de Dioses y Demonios 2: La Ira del Dios de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora