✡ CLVII

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Capítulo 157: Misión

Una densa y oscura sombra de desasosiego e intranquilidad se había apoderado de los compañeros en los días siguientes a la misión.

Pese a que Fran estaba vivo, la parte izquierda de su rostro había quedado casi deshecha. Los compañeros no sabían si él iba a ser capaz de volver al campo de batalla...

La preocupación había ensombrecido la sala común del Equipo Ceifador hasta límites nunca antes vistos.

Pero, pese a todo, Raidel y Alisa seguían disputándose el protagonismo acerca de quién había matado a Sir Collow. En el informe que entregaron al White Darkness, Sendor había puesto que los dos lo habían matado, pero ni Raidel ni Alisa estaban de acuerdo.

Keila se encontraba sentada en el suelo cubierto de hierba, observando el azulado cielo artificial con expresión pensativa y hasta melancólica cuando Sendor se sentó al lado de ella.

—Descuida, él es fuerte —dijo el mago simplemente tras unos segundos de silencio.

Keila giró su mirada para observarlo.

Sendor se permitió esbozar una pequeña sonrisa.

—Yo lo conozco mejor que tú —dijo—. He estado en al menos diez misiones con él y creeme cuando te digo que él no se dejaría vencer por una mierda como esta —aseguró—. Fran volverá.

Keila se limitó a asentir con la cabeza y luego siguió observando el despejado cielo.

—¿Sabes por qué los altos cargos nombraron a Fran como el líder del Equipo? —continuó diciendo Sendor—. Eso es porque él jamás se rinde. Jamás acepta una derrota... Si no fuera por él, yo habría muerto en mi primera misión en el White Darkness...

Se hizo el silencio por unos segundos hasta que Keila dijo con una voz débil pero llena de confianza:

—Tienes razón... Él volverá con nosotros.

Los días transcurrían uno tras otro. Los miembros del equipo no podían hacer más que entrenar y tener fe en que Fran estuviera bien.

Ellos habían ido al Centro Médico de la base en varias ocasiones, pero los doctores se negaban a revelarles el más mínimo detalle sobre su condición. Ni siquiera les decían si Fran estaba vivo o muerto... y eso naturalmente los desanimaba en extremo, pero no podían hacer nada más por él que rezar y esperar su pronta recuperación.

Y fue en un día especialmente caluroso en el que todos los miembros del Equipo estaban entrenando en la sala común cuando la puerta se abrió y un individuo alto y de unos veinticinco años entró por allí y caminó unos cuantos pasos antes de detenerse.

Todos se quedaron con la boca abierta cuando lo vieron.

Al observar a su equipo reunido, Fran alzó los brazos a cada lado de su cuerpo como si quisiera abrazarlos a todos.

Los compañeros vieron que Fran estaba rebosante de energía y emoción. Además se encontraba casi ileso, a excepción de unos gruesos vendajes que le cubrían la parte lastimada del rostro.

—¡Fran! —gritó Sendor con gran emoción y fue corriendo hasta su amigo.

Raidel, Keila y Alisa lo siguieron, con los rostros igualmente iluminados.

—Les agradezco por salvarme la vida —dijo Fran, dos horas más tarde.

✡ Guerra de Dioses y Demonios 2: La Ira del Dios de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora