✡ CLVIII

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Capítulo 158: La Tripulación del Infierno

Todos notaron el brusco estremecimiento de Raidel.

—E-ese nombre... —balbuceó el muchacho, bajando la mirada para mirarse las temblorosas manos—. ¡Ese maldito nombre!

—¿Qué? —dijo Fran con una ceja enarcada por la sorpresa—. ¿De qué cuernos estás hablando?

Raidel se giró hacia él. La mirada de su rostro era de... ¿desesperación?

—¡Lo sabía! ¡Lo sabía! —gruñó el muchacho—. ¡Sabía que mis sueños no eran simples sueños! ¡Te lo dije!

—¿S-sueños? —murmuró Fran sin entender nada. Pero luego recordó lo que le había contado Raidel en una ocasión acerca de unos extraños "sueños", los cuales, según él, parecían demasiado reales para ser simples sueños.

—¡El demonio que a veces me habla en los sueños es completamente real! —soltó Raidel con el rostro congestionado.

—¿Que un demonio qué...? —dijo Keila con gran sorpresa.

Fran soltó un suspiro.

—Ya hemos tenido esta conversación, ¿recuerdas?

—¡Pero yo sé que es real! —insistió Raidel con terquedad—. Y como prueba que lo que yo digo es cierto, es que jamás he escuchado el nombre de “la Tripulación del Infierno” hasta que tuve aquellos extraños sueños.

El líder se rascó la nariz con un dedo.

—A ver si lo entendí bien. ¿Estás diciendo que la primera vez que escuchaste ese nombre fue en tus sueños y, dado que el nombre de la Tripulación del Infierno existe en realidad, tus extraños sueños no pueden ser simples sueños?

Raidel asintió con la cabeza.

—Bueno, hay una explicación lógica para eso —dijo Fran—. Puede que sí hayas escuchado el nombre de la Tripulación del Infierno antes de tener dichos sueños, pero no lo recuerdes… Sin embargo se quedó grabado en una parte de tu subconsciente y por ello soñaste con aquel nombre.

—No lo creo —dijo Raidel testarudo, sin apenas detenerse a pensarlo. Un terrible presentimiento brotó de su mente y creció implacablemente hasta alcanzar proporciones demenciales—. Pero supongo que solo hay una forma de salir de dudas si queremos comprobar si son simples sueños o no —dijo—. El demonio que me está buscando me instó a unirme a la Tripulación del Infierno. —Miró a Fran fijamente—. Dime, ¿en la Tripulación del Infierno hay demonios?

—No te engañaré, si los hay —tuvo que admitir Fran con un suspiro.

Raidel entrecerró los ojos. Una manta de sudor frío le recorrió la nuca. Esta era la confirmación de que…

—No te equivoques —dijo Fran de repente—. Que existan demonios dentro de la Tripulación del Infierno no significa que tus sueños hayan sido algo más que simples sueños. —Observó a los demás miembros del equipo y añadió—: Bueno, ya no hay más que decir. Aquí terminamos. Pueden retirarse.

Y sin más que agregar, Fran se dio media vuelta y se marchó por la puerta.

—No te lo tomes a mal, Raidel, pero yo también estoy de acuerdo con Fran —dijo Keila después de que el muchacho le contara toda la historia.

Ambos seguían sentados en una esquina del salón del equipo. Todos los demás miembros se habían marchado a descansar. Conforme avanzaba la noche, el viento soplaba más y más fuerte.

✡ Guerra de Dioses y Demonios 2: La Ira del Dios de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora