✡ CXXII

606 85 3
                                    

Capítulo 122: Raidel vs Alirden

El tiempo había pasado más rápido de lo que a Raidel le hubiera gustado.

El temido día finalmente había llegado.

El muchacho no tenía ninguna clase de esperanza de poder derrotar al Ermitaño. Y aquellos sentimientos no eran para nada habituales en él, ya que normalmente se mostraba confiado y hasta arrogante. Pero ahora estaba... apagado.

A las primeras horas del día, Raidel salió de la cabaña y se dirigió al patio nevado. Allí fue donde pasó un par de horas meditando mientras esperaba la llegada del viejo. Los copos de nieve caían de manera torrencial aquella mañana, pero el pelirrojo no se movió de su lugar.

Keila se sentó a su lado y no dijo nada por un buen rato hasta que en un momento dado no pudo guardarlo por más tiempo y murmuró en tono consolador:

—No te preocupes... Ya encontraremos a alguien más que pueda proporcionarte la información...

Raidel no sabía de qué forma tomarse aquellas palabras, ya que no eran precisamente inspiradoras... Ni siquiera Keila creía posible que el muchacho fuese a derrotarlo. Pero no la culpó. En esta situación nadie en su sano juicio habría apostado por lo contrario.

Ambos tuvieron que esperarlo por algunas horas hasta que el Ermitaño apareció cerca del mediodía, quien salió de su cabaña con tanta tranquilidad como si ya tuviera la pelea ganada.

El viejo se desperezó y bostezó ruidosamente mientras se acercaba a ambos compañeros.

—¿Listo para la masacre? —preguntó el viejo con su molesta sonrisa de siempre.

Raidel abrió los ojos y se puso de pie.

—¿Sabes?, he estado pensando este asunto detenidamente y llegué a la conclusión de que no es justo. Esto no es para nada justo.

—¿Qué cosa? —dijo el viejo sin perder la sonrisa del rostro.

—Tú eres la persona más poderosa del continente —dijo el muchacho con el ceño fruncido—. Tienes innumerables años de experiencia... En cambio, ¿quién soy yo? Solo un novato...

El viejo se tomó dos segundos para reflexionar sus palabras y luego soltó una estruendosa carcajada.

—¿El más fuerte del continente? —dijo entre risas—. ¿Quién cojones te dijo eso?

Keila miró hacia otro lado.

Raidel estaba visiblemente confuso así que el viejo añadió:

—Pese a que nuestro continente es el más pequeño de todos, su inmensidad es muy grande. Roca Blanca alberga un gran número de reinos...

—¿Y eso significa qué...?

—Yo diría que estoy entre los cincuenta más fuertes del continente —reveló él—. Así que si tienes algo de suerte, podrías vencerme. —Estas últimas palabras fueron emitidas en tono burlón. 

Raidel escupió al suelo. Iba a necesitar más que "suerte" para poder vencerlo.

—¿Ya estás preparado? —dijo el viejo, recubriendo la piel de su cuerpo con un grueso manto de hielo.

Raidel pensó que tal vez fuera su imaginación, pero percibió que el Rem de su rival despedía un frío mucho más intenso que el de la nieve a su alrededor. Sin embargo no le prestó mucha atención. Al fin y al cabo no podía permitirse tener miedo... no ahora que había llegado hasta este punto.

✡ Guerra de Dioses y Demonios 2: La Ira del Dios de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora