EFÍMERO [2]

14.

Las palabras crueles son mi debilidad. En el sentido en que cuando quiero estar bien, o estoy tranquila aparecen sin avisar con el propósito de hacerme sentir vacía, de herirme de hundirme incapaz de poder llegar a la superficie y poder salir de ahí, me atrapa me sumerge. Tal vez los momentos difíciles que pase me hicieron así. 

Aunque sé que eso no debería ser excusa para tratar a las personas de tal forma, no creo que pueda cambiar. Porque siento que si ellos se acercan a mí, me herirán así tal vez por eso los trato de alejar a mi manera, una manera nada linda por cierto. 

- - - 

Entre a mi habitación, no había nadie en casa. Me quite los zapatos, tire mi mochila a mi cama y me dirigí a mi mesita de noche, saque la libreta de mi madre, ella amaba escribir versos. Tome la libreta con delicadeza, cuidaba con dulzura esas hojas porque no solamente le pertenecían sino que por medio de palabras dejo su huella, su historia, sus sentimientos, sus momentos. 

No escribió mucho. Yo había escrito unos breves versos, pero nada se comparaba con su talento. 

Sin duda alguna, cuando me sentía así los leía porque sentía como si sus palabras me sanaran, como si por medio de esto la sintiera cerca, junto a mí. 

-Te extraño, extraño a papá. Fuiste fuerte en todo el tiempo, desde que nací. Ojalá fuera como tú, papá no pudo ser muy fuerte él murió por ti, no podía estar más en este mundo si no estabas en el, él te consideraba su heroína siempre decía que tú lo salvaste...-mis ojos se humedecieron, pase las yemas de mis dedos por mis ojeras así detuve que las lágrimas salieran, me estaba cansando de no poder superarlos, que de alguna u otra forma mi dolor volviera y saliera a flote. 

Me estaba cansando...

Tome mi celular y busque el número del torpe, nuestros mensajes estaban ahí, entre al chat. 

<<Lo siento, no debí...

Borre.

<<Nolan, yo solo necesitaba estar sola...

Borre.

<<No debías preguntarme, no hagas eso a la próxima ¿okey?

Borre.

Apague mi celular, y lo deje en mi pecho. Me fui a la cocina a prepararme algo caliente, eso siempre era un método para aliviar mis tensiones y mi dolor de cabeza. 

- - -

Llegue a la escuela, entre al aula. No soportaba el ruido que había ahí, esperaba que llegara Nolan para disculparme, pero cuando llego no se sentó a mi lado y eso me hizo sentir peor. No entendía por qué hizo eso, tal vez si se molestó.

-¡Silencio!-hablo con fuerte voz la profesora-Ahora hablaremos sobre los datos que es probable que no saben de la segunda guerra mundial...

Le di una mirada rápida de donde estaba y le sonrió  alguien más. Baje mi cabeza, no quería seguir viendo. Él parecía estar más feliz sin mí. Tal vez ese intento de ser su amiga era porque sentía lástima por mí. Todos estaban mejor sin mí, yo era una persona complicada de tratar, podía ser muy emocional como muy jodida contigo. Apenas yo podía entenderme, ¿por qué la ilusión de que alguien más lo hiciera?

Parecía que todo está mejor, antes de conocerlo. Siempre fue así, siempre tuvo que ser así. 

-Para el jueves, jóvenes. Ni un día después o descuento puntos-finalizó dejándonos un trabajo. 

Yo me paré y cuando puse mi mochila en el hombro. Levanté mi vista y Nolan se acercó a aquella chica alta, de linda sonrisa. Pase por ellos y el ni cuenta se dio de mí y no lo culpaba el no tenía la culpaba de mi difícil carácter. 

Mientras caminaba por los pasillos, con mi semblante decaído. Vi a Drake a lo lejos, venía con una reluciente sonrisa, su caminada trasmitía seguridad. Llevaba sus lentes negros, una camiseta gris, unos pantalones negros y unas zapatillas del mismo color, yo me oculté en un aula, hasta que lo vi pasar. Salí mirándolo de espaldas, vi como se dirigía al aula de donde yo había salido, en eso Nolan junto a la chica salen muy felices, Drake la saluda y comienzan a conversar. 

Salgo del aula y avanzó a la biblioteca. 

Me dirijo a mi mesa y veo a Patme sentada fumando su cigarrillo, tranquilamente. 

Apenas me siento miro directamente a Patme.

-Patme-ella me mira-Tú sabes quien esa chica que estuvo en nuestra aula, una chica alta, ojos cafés, cabello castaño claro, bonita figura y llevaba un vestido rojo con unos tenis negros.

-Que buena descripción.¿La que le sonreía cada cinco minutos a Nolan?

-Sí, pero ¿cómo sabes eso?

-Se sentó a mi lado, y era imposible no ver la escena. Como odio el amor, es tan creppy-hizo una mueca de repugnancia- ¿Qué pasa con ella?

-¿Sabes quien es exactamente?

-¿Acaso estás celosa, Deadman?-me miró con picardía, soltó el humo en mi cara y tosí. 

-No, solo era curiosidad. Es que ayer discutí con Nolan, e iba a disculparme porque lo trate mal cuando...

-Viste la escenita y te sentiste peor-termino por mí. Al parecer ella y Nolan tenían un don por saber lo que diría.

-Sí. ¿Cómo sabías lo que sentí? No dijiste que odiabas el amor.

-Oh por supuesto que lo odio, pero no significa que no lo haya sentido, por más que quiero que esta cosa-apunto al lado izquierdo de su pecho-No sienta, lo hace. En fin, según lo que sé, su nombre es Ava Wilson, es nueva y eso es suficiente. Si requieres de mis dones de FBI, solo me dices y con este aparato-me enseño su celular-Lo sabemos todo.

-No crees que exageraste un poco. Simplemente quería saber... no olvidalo. Es la vida de Nolan no la mía.

-Como quieras, pero ya sabes si te da curiosidad, me avisas- me guiño. Rodee los ojos y preferí no hacerle caso. No quería salir de aquí, la biblioteca, los libros eran mi protección. Tenía nervios no sé por qué realmente-Al parecer el que Nolan no te haya hablado te afecto, estás en la biblioteca y no estás leyendo ¿quién eres Lady Deadman?

-Simplemente no me gusta dejar los cabos sueltos sin resolver. 

-Ajá. Entonces ve, habla con él-arqueo una ceja. Apenas dijo eso mi celular vibro.

Un nuevo mensaje, lo abrí.

<<¿Dónde estás?