56.

10 0 0
                                    

Toqué la puerta dos veces.

-Adelante pasa, te estaba esperando-escuché su voz. Pase y al ver nuevamente todo, ese olor tan familiar, me sentí menos nerviosa, me senté frente a ella en ese sillón que conocía tan bien.

-Hola, señorita C-le mostré una sonrisa nerviosa. 

-Hola, Lady. Cuéntame, ¿cómo te ha ido estos meses que no nos hemos visto?

-Han sido muchos la verdad. 

-Eso es cierto, cuando venías en tus últimas sesiones estabas más tranquila, pero ahora noto lo muy nerviosa que estás.

-No estoy tan nerviosa, ¿por qué lo estaría si ya la conozco?

-No lo digo por mí, lo digo por la razón por la que has decidido volver. Porque observa-señala a mi muñeca-Te estás rascando inconscientemente, te estás causando dolor. ¿Hay algo que te inquieta tanto?-arqueó una ceja. 

-Bueno sí, hay una razón. Hace unos meses yo fui abusada-tragué saliva y esas escenas volvieron al mencionarlo, y mis ojos comenzaron a nublarse, las limpié antes de que rodaran por mi mejilla, ella me miró atentamente. 

-Toma un poco de agua, y por favor deja de rascarte ¿sí? No queremos que te causas una herida, puedes contarme, estás en confianza, sabes perfectamente que aquí nadie te juzgará-me hablo apaciblemente.

Volví a tragar saliva y puse mis brazos en los lados del sillón. 

-Como le decía hace unos meses yo fui abusada. No podía salir de mi casa los fines de semana, Alex mi mejor amigo venía siempre haberme intentado que todo volviera a la normalidad, ¿pero como lo lograría? Sí cada vez que salía a la calle, cuando lo intentaba sentía la respiración de mi agresor en mi cuello, sus toques en mi cuerpo...-mi voz se quebró y rompí a llorar, sollocé y sentí mi parte vulnerable salir, mis manos en mi rostro, jadeando de dolor. 

-Y tienes razón Lady, nada volverá a ser igual-dijo serena. Levante mi vista hacia ella, aun con las lágrimas rodando por mis mejillas-La mayoría de las mujeres que pasaron lo mismo que tú, se aíslan, quieren permanecer lejos de todos, temen aún más de las personas. 

-¿Y cómo puedo superar esto? Quiero vivir mi vida, quiero dejar ese maldito temor. 

-Lady, eres una mujer muy fuerte. Sé por todo lo que has tenido que pasar, desde la muerte de tus padres, hasta esta agresión sexual. Y...

-Alex, me salvó. Si no el sujeto si me hubiera violado. Odio ver mi cuerpo, y sigo batallando con eso al verme en el espejo, porque cada vez que lo miró solo puedo sentir sus manos y su cuerpo encima de mí-pronuncié entre dientes con amargura y rencor-Pienso y pienso, y siento que si hubiera podido haber evitado ir a esa fiesta, tal vez nada de esto hubiera sucedido. Tal vez ahora...

-¿El que te hizo esto era alguien en quien confiabas?

-No, bueno lo consideré un amigo del trabajo, porque se veía confiable y no parecía un ser enfermo ni mucho menos un violador.

-Ahí está el punto, tú no imaginabas que alguien pudiera ser así, nadie piensa que alguien puede ser tal cosa hasta que ve su verdadera cara, tú eres inocente Lady, cuando lo conociste no te fijaste si podría ser así hasta que lo viviste, porque solo te fijaste en lo bueno de esa persona. Y sea como hayan sido las cosas, tú no tienes la culpa. Está claro que quieres buscar el factor de "por qué tú" pero Lady, el problema de lo que te pasó jamás serás tú. 

-Pero si tan solo yo...-la vi poner su libreta a un lado y se acercó a mí se sentó a mi lado, y tomo mi mano. 

-No puedo decirte cuanto tiempo te tomará superar esto, pero sí me alegra que hayas recurrido a un profesional. Te ayudaré, Lady. Daré lo mejor de mí en cada sesión. Y sabes algún día esa herida abierta solo será una cicatriz. 

EFÍMERO  [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora