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Nolan Hoss:

Hace tres años... 

-¿Te gusta tu nueva habitación?-dice el hombre a mi lado que dice llamarse mi padre. 

-No lo sé. Supongo que está bien-miró mi habitación, solo quiero descansar, fue un viaje largo y mi cabeza me está doliendo. 

-De acuerdo. Te daré tu espacio para que te acomodes. Mary traerá algunas cosas para que podamos cenar. 

-Okey-digo cortante, poniendo mi maleta dentro de mi habitación. Él se va, y yo suspiro y me siento en mi cama. 

Te extraño, Daidi. 

-Hola, torpe.

Creo que nadie volverá a llamarme como tú. 

Tomo mi celular, pero no prende. Conecto mi cargador. Y escucho pasos venir, me paró y es Mary.

-Hola, Nolan-me muestra una sonrisa. Veo como juega con sus manos-La cené está servida. 

-Gracias por avisarme. Ahora bajo-ella asiente y se va. Yo me rascó la nuca, me está estresando estar en un lugar poco cómodo para mí y no hablo de la casa sino de las personas. 

-¡Hanna, como pudiste ser tan tonta! ¡Otra mala nota! ¡Me decepcionas!-grita enojado mi padre, eso me molesta y me paró inmediatamente, bajo las escaleras y veo a una niña de cabello rubio, pero desordenado, la cual está con sus brazos apegados a su cuerpo mientras tiembla y llora al mismo tiempo, veo la cara de mi padre con su examen en su mano y abriendo mucho la boca, los gritos hacen temblar a la pobre e indefensa niña. Él sigue gritando y ella sigue llorando, no soporto la escena más que voy hacía ella.

-¿Qué rayos te sucede? ¡Para de gritar!-digo con el mismo tono de voz que él usó, con una mano puesta en el hombro de la niña y lo miró con el ceño fruncido, mi tono de voz hace que me mire sin saber qué hacer, se muerde los labios, está nervioso. Mi altura le intimida, ya no soy más un niño y no permitiré que dañe a otra persona y menos a una niña, la cual ahora es mi hermana.

-Hanna se sacó malas notas. Si sigue así, reprobará el año. Nunca hace nada bien, es una inútil-dice mirándola con desprecio.

-Vaya, ¿para esto tienes hijos? Para denigrarlos, cuando no sabes manejar una situación-lo mire con enojo aún-¿Cómo puedes ser tan cruel? Tú no has cambiado. 

-No me hables así, soy tu padre-me mira directamente, yo no quito mi mirada de él. 

-Dejas de serlo cuando me abandonaste por estar con tu otra familia. Cuando le fuiste infiel a mi mamá. Dejaste de ser mi padre hace mucho tiempo-la niña seguí temblando y dejo de sollozar tan fuerte. El señor miró hacia Mary, buscando su mirada para hallar una salida.

-¿Ya está la cena, Mary?

-Sí, cariño-contestó tímidamente. 

-Sentémonos. 

-Yo acompañaré a Hanna al baño. Ahora volvemos-dije, y él no se atrevió a negarse. Ella me llevó al baño, abrí el grifo y acaricie su carita suavemente. La miré-¿Siempre te hace eso?

-Te refieres a que grita como loco y hace que me dé una crisis. 

¡Vete! ¡Vete! ¡Vete! (voz de Lady)

-Sí. 

-Sí, me denigra cada vez que tiene oportunidad, mamá nunca me defiende. Hay ocasiones en donde no tiene sentido que me grite, pero lo hace igual. ¿Por qué te comportas así conmigo? Si soy parte de la familia que te dañó.

EFÍMERO  [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora