EFÍMERO [2]

35.

Algunas personas se van y otras vienen, unas te lastiman y otras te enseñan lo bonito de la vida. Algunos permanecen durante toda tu vida, otros solo poco tiempo. 

Amarás y te romperán, aprenderás de tus errores. 

Algunos te dejan lecciones otras un quiebre en tu corazón. 

¿Y qué pasa si es la misma persona?

De alguna manera alguien nos dañará en la vida sea intencional como no, lo cual te dejará tan absorta en ti y no querrás volver a salir de tu burbuja.

¿Por qué?

Porque ya no quieres volver a pasar por lo mismo, no quieres sufrir por alguien, prefieres aislarte, pasas oportunidades porque tu miedo es más grande, temes perder, temes que te vuelvan a romper el corazón, te vuelves una persona distinta a lo que fuiste. 

Y justamente era eso que no quería que me pasará a mí. Él me hizo brillar, ser feliz, pero él muy bien sabía que si quería ser feliz de verdad, debía serlo por mi cuenta y no por alguien más.

Solo había pasado algunos días de su partida, en donde le había enviado muchos mensajes, pero todos sin responder.

<<Nolan, contesta.

Solté un suspiro, no prestaba atención a las clases, estaba totalmente quebrada porque lo extrañaba. Miraba donde alguna vez se sentó y una melancolía sentía en mi pecho. 

-Hola, Daidi.

Tal vez nada iba a ser igual otra vez. Su voz, su sonrisa aún los recordaba como si hubiera sido ayer, pero no podría cruzar la pista para verlo, ni mucho menos viajar a unas horas dentro del país, él se encontraba lejos, y más sin saber como estaba, todo se volvía en mi contra.

Me sentía vacía, como si no sintiera nada por las cosas. 

-Siempre fuiste tú.

Las lágrimas volvieron a querer salir, pero había muchas personas a mi alrededor, mi pecho se apretó y mi garganta me comenzaba arder por acumular todo. 

Salí corriendo de ahí, y aumenté mi paso cuando estuve por llegar al baño vi a Drake fumar su cigarro. Estaba sin sus gafas, él siempre andaba bien vestido, resaltaba alegría y seguridad por donde fuera que vaya, pero esta vez estaba diferente. 

Tenía unas ojeras enormes. Llevaba un buzo, una camiseta gris, zapatillas con barro, su cabello despeinado. Su nariz estaba roja. 

Entonces levantó su vista y chocamos miradas.

-No eres la única que lo está pasando fatal, Lady-pronunció con rudeza, era su amigo y obviamente le dolía no volver a verlo-Jamás estuvimos por mucho tiempo separados, pero la vida te da golpes cuando menos te lo esperas. 

Me acerqué a él sin contestarle.

Tome su cigarro y lo tiré al suelo, lo aplasté.

-Así no solucionarás nada. Sin duda para ambos su partida dolerá y quien sabe por cuanto tiempo. Pero de amiga a amigo, ven aquí-dije abriendo mis brazos, él enseguida se acercó a mí y me abrazó, pude sentir lo afligido y vulnerable que estaba.

-Supongo que ya nada será igual.

-Lo sé-contesté con aflicción y un dolor fuerte en mi pecho.

-Su tía me pidió que fueras luego de la escuela a su casa, se mudará pronto. Y quiere darte algo.

-¿Qué cosa?

-Algo que te dejó, Nolan-al volver a escuchar su nombre el corazón se me quebró más. Y comencé a llorar justo ahí.