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¿Cómo debería ir vestida? ¿Cómo debo actuar? 

No he salido en un buen tiempo a la calle, por lógicas razones y sinceramente creo que perdí una parte de la socialización.

¡Qué dramática!

La voz de mi mente suelta, y me siento más tonta, mientras me veo en el espejo de la tienda donde me encuentro un largo vestido negro con un escote el cual cubre con un bordado de tela encima el cual va hasta mi cuello pareciendo un collar.

-No sé si este será el indicado.

-Si te sientes segura de ti misma, es el indicado. 

-¿Hablamos del vestido?

-Por supuesto-me contesta la señora que lleva una cinta de medir en su mano, para ajustar cualquier detalle del vestido a mi figura. 

Por un momento pensé en Nolan.

-Pero que me dice de alguien que ya sé probo cinco vestidos y no encuentra el indicado. 

-Como en el amor, querida. No te vayas por el que te resulta bonito, sino el que te hace sentir cómoda y segura de ti misma.

-Bueno entonces me puede pasar ese, señalo a color crema, con diseños de flores, al probarlo y verme en el espejo, parecía una reina salida de una película. 

Me veía hermosa...

-¡Te queda divino!-exclamó en admiración, la señora dueña de la tienda.

-¿Verdad? Este es. 

Ella lo empacó y dobló en una caja de regalo. Pague y me dirigí a mi departamento. Al llegar me quité los zapatos y me saqué el sostén, que liberación se sentía. Me desprendí de mi ropa y me una ducha extendida, masajeando con mis manos mi cuero cabelludo, y luego con una esponja mi cuerpo, aplicando una crema esencial para mi cuerpo. Al finalizar salí y escuché sonar el timbre. 

Rayos. No llevaba ropa puesta. 

Me acerqué por el círculo que tenía mi puerta y vi nadie más que Alex. 

-Alex, espérame. Dame cinco minutos. 

Corrí a ponerme una bata, ya que solo estaba con mi toalla. 

-Hola, Alex. Adelante pasa-dije abriendo la puerta y el paso sonriente.

-¿A qué no te esperas lo que tengo que decirte? 

-Dime, soy toda oídos.

Me senté a su lado, en mi sofá. 

-Estaba ya sabes...estaba en un bar por ahí, y en eso veo a una chica hermosa, era alta, tenía el cabello largo negro, era trigueña y unos enormes ojos verdes.

-Sigue, ¿qué pasó?

-Pues no iba a desaprovechar está oportunidad, y me acerqué a hablarle y es como si no sé sonará loco, pero es como que si hicimos chispa al vernos porque al conversar hubo química, conexión. Estaba embobado, creo que, creo que...

-Te enamoraste, querido amigo-sonreí al escucharlo-¿Y cuál es su nombre? ¿Quién es la desafortunada?

-¡Hey!-me dio una mirada de pocos amigos. Y yo solo reí.

-Sabes que bromeo, así que dime, ¿cuál es su nombre?

-Se llama Patme. 

-¿Qué?-contesté atónita, mis ojos se abrieron y mi boca se abrió. 

-¿Qué pasa? ¿Sucede algo? 

-¿Te dio su número o algo? ¿Tienes una foto de ella?-dije moviendo su muñeca para que me enseñara.

EFÍMERO  [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora