22.

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Ya habían pasado algunas semanas. Yo iba corriendo, subiendo las gradas. Me había quedado dormida, y justo a primera hora me tocaba en el aula de computación. Estaba agitada, no había tenido ni siquiera de peinarme. 

Toque la puerta.

-Oh señorita Deadman, se le ha hecho tarde-hablo el profesor, acaso no era obvio que había llegado tarde para que lo dijera, me miró de arriba a abajo-Eres un hazmerreír, Deadman. Espero que hacerte pasar no sea un problema, adelante pasa. No tengo todo el tiempo. 

-Gracias-contesté solo por cortesía, porque este profesor no era de mis favoritos. Y sabía que yo tampoco era su persona favorita.

Vi a lo lejos un puesto libre y fui hacia allí. 

Deje mi mochila en el piso, al lado de mi asiento. Y entre al buscador. Vi hacia mi derecha para ver que hacían y vi a una chica en Word, haciendo un texto con más tres mil palabras. Mis ojos se agrandaron por lo sorprendida que estaba y más porque la clase terminaba en media hora. 

Estaba asustada. Sabía que si le preguntaba al profesor no me lo diría así que opte por preguntarle a la chica de al lado.

-Hola eh me dirías...

Me dio una mirada de pocos amigos. 

-Deja de hablarme-contestó antes que pudiera terminar y solté un suspiro de fastidio. Maldición.

-Bizzz...Bizzz-escuché detrás de mí, volteé y vi a Patme, ella me dio una señal que me acercara a ella. Fui y me senté junto a ella-Se puede hacer de dos también, estamos escribiendo sobre la segunda guerra mundial, llevo dos mil palabras solamente, y el mínimo es cuatro mil palabras. Así que si me ayudas con la mitad, la nota será para las dos.

-Está bien-acerqué el teclado a mí y comencé a escribir, no solo era lectora de novelas románticas y de misterio, mi lectura también se desplazaba por otras categorías. Así que comencé rápido y quedando solo quince minutos, logre terminarlo. 

Cumplía con el inicio, desarrollo y conclusión. Así que estaba segura de que nos iría bien.

Luego de dos clases más, salimos a receso y bajábamos las escaleras juntas. Íbamos conversando y vimos a Ava, Nolan y Drake juntos, venían de la dirección contraria a nosotras, sonriendo. 

-Sí, por eso preferí venirme de Alemania. Los extrañaba tontuelos-le revoloteó la cabeza a Nolan. El rodeo los ojos cuando le hizo eso. 

-Deja mi cabello en paz-le quito su mano de su cabeza. Entonces chocamos miradas- Hola, Lady-miro mis zapatos-Gran elección de calzados-sonrió burlándose, entonces miro mis zapatillas y me quedé paralizada, estaba tan dormitada que me puse un calzado blanco y uno verde. 

Maldición que vergüenza. 

-No puedo ser más tonta-toque mi frente.

-Exacto-afirmó y lo fulminé con la mirada. 

-Este día no podía ser peor- contesté y el volteo a ver a Drake.

-Dame tu zapatilla- él lo miró confundido, mientras tomaba su juguito de caja-Solo dámelo-ordeno él se quitó su zapatilla, y se la paso a Nolan, el chico torpe se quitó su zapatilla y le dio a Drake. El chico de ojos azules, resignado se las puso-Ya no eres la única tonta, tonta.

Le di una sonrisa de lado.

-No puedes ser más torpe, torpe-sonreí.

-Si al diablo, cambiemos de calzado. Patme hagámoslo-soltó las palabras Ava, de lo más normal.

EFÍMERO  [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora