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No puedo creer que nos estamos acercando al final. 

Los quiero mucho, a cada uno de mis lectores.

Valentina T.



Había pasado unos días desde que discutí con Alex. Le había mandado algunos mensajes de como estaba, pero ninguno de mis mensajes habían sido leídos, me empezaba a preocupar. Salí de mi casa a seguir buscando trabajo, debía buscar un buen trabajo. 

Y justo paso para una editorial. Mi mente se fijó en esa posibilidad. 

Siempre mi sueño fue publicar un libro. 

No sé si sea buena en esto, pero amé y sigo amando la poesía, las letras y todo lo que tengan que ver con ella. 

Ahora, tenía una nueva meta que alcanzar.

-¿Mirando un sueño que aún no se ha cumplido?-dijo el chico elegante de cabello negro que se acercó hacia mí con una sonrisa de oreja a oreja. Llevaba un abrigo grande y largo que le llegaba hasta las rodillas de color no sé como decirlo, el color que parece a la arena de la playa. Unos pantalones negros, no jeans. Un suéter negro de lana y unos zapatos del mismo color.

-Andar de luto no se te ha quitado, elegante, pero sigues igual-sonreí al verlo.

-El toque Nolan, nunca falta en mi estilo-se acomodó un mechón de su cabello para atrás, mientras sonreía de una manera arrogante.

-¿Qué haces por aquí?

-Por aquí hay una librería cerca, vine a comprar libros. 

-¿Aún te gusta leer?

-Los libros nunca pasan de moda para gente como nosotros, solo una persona sin buenos gustos diría que no le gusta leer-me mostró una sonrisa de lado.

-Que aburrido leer.

-¿De verdad te gusta leer?

-Deja de ser tan nerd, vamos a una fiesta mejor.

-¿Estás leyendo? Que aburrido.

Alex siempre había detestado verme leer, pero con Nolan podía contarle sobre eso y él jamás se cansaría de escucharme. Cuando solíamos estar juntos antes de su partida, leíamos juntos libros, jamás nos cansábamos de eso, por eso quizá mi corazón estuvo tan enamorado del suyo, él no me veía rara por leer. Más bien, le encantaba compartir conmigo aquello.

-Estoy buscando la librería con el nombre, "Svalech"

-Es ahí-señale la calle de al frente-Fue donde trabaje.

-Sabes supongo que podría buscar otra librería, su decoro no me gusta-tomo mi mano y sin poder decir nada antes, me llevo donde estaba su auto. 

-¿Conoces un buen sitio para relajarse?

-Hace unas semanas me mudé, y no salía casi nunca de la universidad. Así que no.

-Bueno, yo encontré uno. ¿Vamos?-dijo abriendo la puerta de su auto.

-¿No que toda esta semana excepto el jueves estabas ocupado?

-Lo estaba, pero cancelé una sesión no tan importante. ¿Entonces vienes?

-Claro-sonreí y entré en el auto. 

De buscar trabajo, los resultados no fue un nuevo trabajo sino una salida con un buen amigo.

Mi celular sonó en ese instante, lo desbloqueé.

<<Vi como te fuiste con señor bonito, ahora entiendo por qué eras la única que se juntaba conmigo, siempre me utilizaste. Ahora tienes un mejor partido. 

EFÍMERO  [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora