Un Simple Error

23. Tu Estúpido Karma

Estaba cenando con mis papás y mis hermanos, tuve que darle el anillo a mi mamá para que ella después simulara que era un regalo de su parte hacia a mí para que nadie sospechara.

—¿Qué tal su día? —preguntó mi padre tomando un poco de lechuga de su ensalada.

—Estuvo súper genial, Joel, Dominic, Abdiel y yo fuimos al parque extremo a las afueras de la ciudad y fue... ¡Asombroso! —sonreí al ver como mi pequeño Thiago hablaba con su típico destello en la mirada lleno de felicidad.

—Eso está más que bien Kleiner Teufel y tú Dämonenprinzessin. ¿Qué tal tu día? —preguntó mi padre haciendo que mis hermanos me vieran directamente y mi madre evitará sonreír.

—Oh, cariño, fuimos al centro comercial y ¿recuerdas que te dije que solo faltaba Emma de anillo? —preguntó mi madre tomando la mano de mi padre, todos en mi familia tenían un anillo con el apellido Betancourt, el mío se perdió o más bien me lo robaron ciertas primas.

—Oh, cierto, no lo recordaba —contestó mi papá rascando su nuca.

—No hay problema, has estado muy ocupado con lo de la empresa de Tobías —habló levantándose de la mesa yendo hacia la cocina.

—¿Por qué no fuiste con los chicos, hija? —preguntó mi papá tomando agua de su vaso de cristal.

—No fue porque se iba a cansar muy rápido y quería disfrutar el parque, papá, a veces es cansado cargar a Emma —contestó Abdiel llevando un pedazo de pechuga de pollo a su boca con el tenedor.

Auch, ¿soy un estorbo?, ¿quiso decir que soy un estorbo o mal interpreté?

—No quise decir que eres molesta o algo parecido, Dämonenprinzessin —habló apresurado Abdiel corrigiendo su error—. Solo es que es un parque extremo y te podía pasar algo por cómo eres.

—¿O sea no me quisieron llevar por ser torpe? —pregunté alzando una ceja.

—¡No!... Es peligroso ahí y no me perdonaría si te pasará algo —rascó su nuca.

—Ajá —hablé sin importancia, a veces me trata como una niña de cinco años Abdiel, obviamente no me quejó, pero a veces se le olvida que he crecido y no siempre estará ahí para cuidarme veinticuatro siete, a veces tengo que caerme para aprender, pobre de mis sobrinos si es que tengo, capaz y los viste con hule de burbujas para que no les pase nada.

—Ya volví —habló mi madre apareciendo por la puerta de la cocina con una pequeña caja—. Aquí están los anillos de la niña —agitó la cajita, ¿anillos?

Mi mamá me dio la cajita en las manos y la abrí, en su interior había dos anillos, obviamente estaba el anillo que me dio mi Crush y el otro era el anillo de los Betancourt, un anillo que hicieron hace años para nosotros, Abdiel lo usa en la mano derecha, Thiago lo usa en una cadena, mis padres lo usan en el dedo anular junto con su anillo de bodas y yo lo usaba en el dedo corazón, justo como lo usa mi hermano, siempre que lo hacían enojar sacaba el dedo corazón y relucía el apellido Betancourt, decía que era una forma de ofender con elegancia ya que presume su apellido pero ahora solo lo usa con Joel cuando lo cabrea de más.

—Está súper cool el otro anillo —habló asombrado Thiago viendo los anillos.

—Oye, si es cierto, ¿dónde lo mandaste hacer mamá?, está muy lindo el diseñó —habló Abdiel, mi mamá trago un poco de saliva.

—Ya sabes hijo... Tengo contactos —sonrió mi mamá haciendo un ademán restándole importancia, tomé ambos anillos y me los puse, el anillo de la familia lo quiero, pero el que amo es el que está en el dedo anular de mi mano izquierda, está precioso el color ross gold y el diseño de trenza del anillo, se lució mi Crush, pero no era necesario.