63. Te Lo Juro Por Nostros

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—¡Emma, baja ahora!

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—¡Emma, baja ahora!

Yo solo rodeé los ojos ante el grito insistente de Abdiel. Estaba más nervioso que mi mamá, solo es navidad, no es como si se fuera a casar alguien de la familia. Solté el aire que estaba en mis pulmones relajándome. Una sonrisa se formó en mis labios unos segundos después al verme al espejo. Me veía bien. Eran aproximadamente las once de la mañana del veinticuatro de diciembre. Estos días he estado muy feliz. Demasiado feliz, a decir verdad. Bueno pensándolo bien solo he estado un poco triste ya que cierto chico de cabello castaño tiró mi celular a la piscina de su casa por accidente y ya no funcionó, pero eso no es lo importante, lo material se remplaza. Ni siquiera quería ese celular, porque quien me lo dio fue un idiota controlador que siempre me mantenía vigilada por el mismo celular sin darme cuenta. Lo único que me pesa es que perdí todas mis fotos y mis contactos, solo eso me pesa.

Me eché una última mirada a mi atuendo completo que era conformado por una playera negra de manga larga, una falda a cuadros un tanto ajustada y unas botas negras largas que me había comprado mi madre cuando volví. Con la canción de Loved You First de One Direction en mi cabeza que comencé a tararear salí de mi habitación y me dirigí hacia la planta baja de mi casa donde se encontraría mi hermano con achaques de señora. Siendo sincera me he percatado de que no suelo necesitar tanto el celular, solo para cuando hablo con mis pocos amigos, mis hermanos, mis padres.... Y Black.

Mis labios se apretaron cuando pensé en él, no debía de sonreír y mucho menos reírme sola al recordar como Dominic se escandalizó cuando me vio sentada en las piernas de Black cuando nos estábamos besando en su carro en el estacionamiento vacío del centro comercial. Casi me saca por el cabello cuando nos vio por el parabrisas del carro, Dominic nada más fue hacia el asiento del piloto, abrió la puerta, me tomó por la muñeca y me obligó a bajarme del carro. Ya estando a su lado apuntó acusatoriamente a Black que solo lo miró con una ceja ligeramente arqueada y limpió con su pulgar el labio inferior como si hubiera algún rastro de algo que evidentemente no había. Eso hizo que Dominic pegara un grito ahogado y dijera:

—Solo es una bebé, idiota. No le deberías de enseñar cosas impuras.

Pero lo que no sabe Dominic, es que yo fui quien le besó primero y quien se colocó así. Black solo tenía una de sus manos en mi cintura y con la otra acunó mi mejilla, él no hizo nada malo. Al contrario, hizo las cosas muy bien, por fin confirmé mi teoría de que sabía dominar el francés. Y lo dominaba, muy bien. Era un poco tosco, pero de alguna extraña razón me gustaba que así fuera.

Bajé con cuidado las escaleras, con una mano me sujetaba del pasamanos y con la otra sostenía un par de mechones que se venían hacia el frente de mi cara. Estaba tan concentrada en no partirme la cara en las escaleras que al alzar la vista y seguir mi camino no me había percatado del hombre que estaba dándome la espalda. Ese no era mi hermano.

Me quedé estática un par de segundos tratando de interpretar aquella espalda, se me hacía desconocida y conocida a la vez. Mi hermano por fin pareció percatarse de mi presencia y me sonrió de inmediato, ni siquiera pude devolverle la sonrisa al estar tan intrigada por aquella espalda que no tardó en moverse.

Un Simple ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora