34. Siempre Juntos

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GRAY.

Odiaba recordarlo. Odio a Daniel. Ese hijo de puta que me arruinó la vida. Espero y te pudras en el infierno, Animal.

Las clases por fin habían acabado. Le dije a Dominic que tenía que hacer algo antes de ir con él. Originalmente no me gustaba hacer esto, pero lo necesitaba, solo un poco. Busqué hasta el fondo de mi mochila. Lo había echado aquí hace un par de días, el día que no estaba Dominic en el departamento. Cuando lo encontré lo saqué, sostuve firmemente el pequeño cigarro electrónico. Hubo un tiempo que lamentablemente me encantaba. Una vez probé un cigarro, pero lo odié. Esta belleza de aquí no te deja mal sabor de boca, sé que daña, pero eso no me importa ahora. Llevé a mi boca el pequeño aparato para darle una pequeña calada, el humo que salía de mi boca olía a moras azules. Me gustan las moras azules.

Estaba en un lugar que estaba lejano del estacionamiento principal, yo estaba sentada en el césped con mi espalda apoyada en el tronco de un árbol viendo a la nada mientras seguía con el cigarro. Estaba consciente de que si Dominic me ve con esto a pesar de que no es un cigarro como tal me iba a dar un sermón acerca de los vicios. Por eso lo mantengo oculto, este es el único que me queda, los demás los tiré antes de irme a la casa de mis padres. Solo dejé este ¿por qué? No tengo idea. Pero en estos momentos me alegro de haberlo conservado.

En mi mente pasaba todo lo que hice en la universidad Walker desde el primer día que llegué, era una chica normal. Estaba emocionada por empezar las clases sobre la carrera que había elegido. Me había ido por la rama de la literatura y los idiomas. Toda mi perspectiva cambio mediante los días pasaban. El mismo día que me mudé a la residencial de la facultad conocí a Liliana, era mi compañera de cuarto. Ella me empezó a caer demasiado bien. Nos hicimos inseparables, escuchaba rumores míos como "ella es la chica que tiene en la mira Peterson", "ella será su nueva novia" o cosas por el estilo. Lili me dijo que no les hiciera caso. En la primera fiesta que fui de la facultad fue cuando cambió todo. Recuerdo lo que traía puesto, una playera rosa pastel, un pantalón negro, unos tenis blancos, mi maquillaje era natural, mi cabello estaba atado en una coleta alta como siempre, este se veía más lindo ya que le había puesto un listón alrededor de la liga. Me la estaba pasando bien con Lili y un par de chicos que estaban platicando con nosotras, cuando fui por algo de beber ahí vi por primera vez a Daniel. Se veía tan inocente con esa maldita playera blanca y esos jeans azul marino. Él trató de hablarme, pero lo evité. Lili al verme regresar me dijo que tenía que hablar conmigo después de algo importante. Todo iba bien en esa fiesta hasta que apareció Kira. Ella llegó conmigo y me dio el primer golpe mientras me decía que era una zorra. No sabía porque me dejo eso, pero con el tiempo lo comprendí.

Ella intentó golpearme de nuevo, pero le sostuve la mano con fuerza. Desastre Beta había vuelto y con más fuerza. Le regresé el golpe con mayor fuerza que ella me lo había dado a mí. Fue tan fuerte y duro que me dolieron los nudillos. La nariz de Kira brotó sangre manchando mis tenis blancos de tela. Así fue como comenzó la pelea hasta que camino a la piscina, ella me rasguñó la garganta, hombros, brazos y pecho para que la soltara ya que la estaba ahogando en el fondo de la piscina. Pocas veces la dejé tomar aire para seguir ahogándola. Al final nos separaron, Daniel fue por ella mientras que por mí fue Jacob, un amigo que aprecié mucho antes de que se fuera a España de intercambio. Cuando se calmaron un poco las cosas decidí ir por algo de tomar. Desde ahí pude ver en las escaleras la silueta de Daniel con Kira. Estaban discutiendo, no les tomé importancia y me fui de ahí, pero regresé cuando me dieron ganas de ir al baño, lo mojado de mi ropa, más la bebida no me favorecían en nada. El baño de la planta baja estaba ocupado, tuve que ir al de la segunda planta. Estuvo todo normal hasta que salí y recibí el impacto de algo duro con mi mejilla. Caí al piso, me aturdió un poco el golpe, pero cuando miré hacia arriba divisé a Kira hecha una fiera. No puedo recordar lo que me dijo, pero sabía que tenía que ver con Daniel. Me obligó a levantarme para seguirme golpeando, ya tenía bastante alcohol en mi sistema como para pelear igual como hace un par de horas, pero logré darle un golpe que la hizo caer.

Un Simple ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora