11. Navidad II

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Ahora estaba en mi cuarto sonriendo de oreja a oreja a pesar de que me dolía un poco la mano y tenía los nudillos rojos.

—¡Auch, te cuidado Domma! —me quejé.

—Solo está un poco inflamado, no te lo rompiste nada afortunadamente en un par de minutos se te pasará —dijo Joel.

—Se me olvidaba que eres paramédico —dije sonriendo ligeramente.

—Soy tu paramédico de confianza, nena —me guiñó un ojo.

—Sí, sí, ¿pero sabes en que problema te metiste Emma? —preguntó mi hermano Abdi.

—No me arrepiento de nada —me encogí de hombros.

—¡Carajo! —maldijo Abdiel en voz alta y nosotros tres lo miramos sorprendidos, nunca maldecía en voz tan alta—. ¡Se nota que eres mi hermana! —dijo orgulloso señalándome para darme un beso en la frente.

—¿Estás orgulloso de que golpeé en la nariz a Victoria? —pregunté confundida.

—Yo no lo podía hacer —se señaló así mismo sentándose en la cama.

—A ella la debería de revisar, pero ni loco lo haré, capaz y me viola —dijo asustado Joel.

—La verdad si se merecía ese puñetazo —dijo Domma.

—Pero fue un golpe limpio, deberías de aprender boxeo —sugirió mi hermano Abdi con una sonrisa.

—No me gusta tanto la violencia, solo le pegué en la cara por lo que dijo de mamá —tan solo recordarlo me hacían hervir la sangre y quiero volver a pegarle en la cara a alguna de esas dos.

Estaba empezando una discusión con Victoria y Lucia no lo tan alto para que no nos pillaran los adultos, estaban colmando mi paciencia.

Soy mayor que tú así que no me puedes hablar así, estúpida me dijo Lucía.

A mí me vale si eres o no eres mayor que yo, estás en mi casa, yo le hablo como quiera a quien quiera.

No seas envidiosa primita, solo queremos conocer a tus amigos dijo burlona para después ver a Joel y a Dominic mordiéndose el labio, mi mano ya estaba hecho un puño que quería aterrizar sobre su cara.

¿Conocer o cogértelospregunté directa, las dos chicas que tenía enfrente se quedaron boquiabiertas, jamás había sido tan cruda de palabras, hasta hoy.

Puede que ambas sonrió la sínica de Lucía.

Lárguense de mi casa ahora o las echo a golpes dije entre dientes.

Quiero que me saques niñita dijo Victoria.

Es igual que su madre, no es capaz de decir o hacer las cosas por sí sola, es como ella se oculta detrás de sus estúpidos hijos que no sabemos si en realidad son de mi tío habló Lucia.

Claro, de seguro es igual de puta que su madre dijo Victoria sonriendo.

Eso fue suficiente para que mi puño golpeara directamente la nariz de Victoria haciéndola caer de espalda hacia el piso, ahora yo era la que sonreía mientras veía como empezaba a brotar sangre de su nariz.

Repítelo la reté viéndola a los ojos mientras que ella tenía su mano en la nariz tratando de frenar la hemorragia. ¡Repítelo! le grité, ella solo empezó a arrastrarse hacia atrás, Lucia se interpuso en mi camino evitando llegar hacía con su hermana, mi mirada se alzó y sonreí al ver como tragaba en seco.

Un Simple ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora