50. Tenemos Que Hablar

279 21 1
                                    

EMMA BETANCOURT.

—Maldito idiota cara de lagarto aplastado.

Comentó disgustado Black por... No sé cuántas veces lo ha insultado en tan poco tiempo. De lo único que soy consciente es que estoy muy cómoda entre los brazos de Black mientras escucho los latidos de su corazón, están un poco acelerados por las tantas veces que ha insultado al ahora al "idiota con cara de lagarto aplastado". No me importaba que tanto le dijera al animal. Lo único que me importaba es que no saliera un imprevisto o algo que arruinara este momento, hace demasiado tiempo que no me siento cómoda y con tanta paz como ahora.

Tenía sueño, Black estaba sentado en el sillón y yo me encontraba sentada en el cojín que había puesto Black encima de sus piernas para que me sentara y no estuviera incómoda por sentir cierta parte de su anatomía. Black se ha portado tan respetuoso conmigo en menos de un par de horas que casi el año que estuve con el animal. Mis brazos estaban enredados en el cuello de Black mientras que los suyos estaban, uno envolviendo mi cintura y el otro estaba acariciando mi cabello por debajo de la manta con la que nos había tapado.

Lo que me sorprendió de Black fue que antes de tocarme, aunque sea el cabello me pidiera permiso, él no fue quien nos colocó así. Esa fui yo, pensé que Black se negaría o algo así pero no, su única acción fue poner uno de los cojines sobre sus piernas para que me sentara tranquila sobre él.

Me gustaba estar así con Black, me siento muy cómoda y relajada. Mis ojos amenazaban con cerrarse a cada caricia que me proporcionaba Black desde el cuero cabelludo siguiendo el rastro de algún mechón. Black escuchó atentamente la historia sin interrumpir en ningún momento lo cual agradecí. En estas dos semanas nos hemos conocido un poco ya que la mayoría del tiempo estábamos viendo una película, algo que sé de él es que ama las películas de terror mientras que yo me hacia la fuerte para no gritar como una perra loca.

—Es un cobarde, que se cree un hombre, espero y que le esté yendo como la mierda en la puta cárcel.

—¿No vas a parar de ofenderlo? —cuestioné con tranquilidad acomodándome mejor en su cuerpo, colocando mi cabeza su hombro.

—¿Parece que quiera hacerlo? —contraatacó continuando con sus caricias.

—No lo parece, pero si sigues ofendiendo al animal no podré dormir —comenté acomodando mi cabeza en dirección a su cuello para estar aún más cómoda—. Perdón si te incómodo —me disculpé al notar su cuerpo tenso.

—No me incómoda, solo qué... Nadie había estado así antes conmigo —comentó aclarando su garganta.

—Para todo hay una primera vez, Black —murmuré.

Respiré profundamente su esencia, olía a jabón y a suavizante de telas. Su cuerpo parecía amoldarse perfectamente con el mío, mi cuerpo era más pequeño que el suyo, sus manos eran grandes y lo afirmé cuando tomé su mano, la palma de sus manos era más grande que la mía, sus dedos más largos y gruesos que los míos, mi mano se veía como la de una debilucha princesa, creo que sí digo que estos puños han partido caras no me creerían. Los brazos de Black eran grandes y fuertes, se nota que, hacia ejercicio, pero no en exceso como para tener unos músculos voluptuosos. Solo mantenía una buena forma. Me gustaba su cabello, hace poco se lo cortó, afortunadamente fue un poco los laterales y la parte de atrás de la cabeza, no había rebajado la parte de arriba, se veía bien. Muy bien.

Black sería el chico "malo y misterioso" a simple vista o un maldito "moja bragas" al pasar por cualquier lugar. Era alto, guapo, buen cuerpo, cabello radiante, mandíbula marcada pero no en exceso, linda sonrisa, joder podría ser modelo ese mudito idiota.

—Creo que entonces serás una de mis muchas primeras veces, Emma —murmuró.

Algo en mi pecho pareció calentarse y me comenzaba a sentí extraña. ¿Qué se supone que debo responder ante eso?

Un Simple ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora