61. ¿Qué Somos?

292 17 4
                                    

—Deberías de ponerte los tenis, no tarda en venir Vetter por ti —insistió Black por tercera vez.

Yo solo bufé en respuesta antes de acomodarme mejor en la cama hundiendo mi cara en la almohada. No quería levantarme y menos ponerme los tenis, escuché una risita por parte de Black antes de que sintiera como se hundió el colchón a mi lado, casi sonrío contra la almohada cuando los dedos de Black se escabulleron por la mata de mi cabello y dio un pequeño masaje en mi cuero cabelludo.

—¿Acaso no te emociona volver a ver a tu familia? —preguntó.

Claro que quería ver a mi familia no por nada he estado esperando con ansias que se acabara el mes de noviembre para que empezara el de diciembre para irme, pero todo ha cambiado al pasar de los días. Muy pocas veces pasamos a solas Black y yo, la mayoría del tiempo hemos estado acompañados. Obviamente no me disgusta, para nada, al contrario, me siento muy bien cuando estamos todos juntos y nos divertimos, pero siento que no hemos tenido el suficiente tiempo Black y yo para estar en una relación que ya no es una "amistad". Hace tres días que comenzaron las vacaciones de invierno y de esos tres días hemos salido solo uno y solo pocas horas ya que empecé a hacer mi maleta, ya que hoy, Dominic y yo volvemos a Diamond para celebrar las festividades decembrinas con nuestras familias, apenas ayer en la noche vine a pasar la noche con Black de ultima ahora ya que según él salía ayer en la mañana para ir a ver su familia, pero se pospuso ya que al señorito se le olvidó hacer su maleta.

—Claro que me emociona.

Murmuré contra la almohada, solté un suspiro antes de girarme para quedar boca arriba con la cabeza girada hacia Black que estaba viéndome con atención. Con cuidado llevé mi mano hacia su mejilla y acaricié con mi pulgar la zona debajo de sus ojos que estaba de un tono purpura, casi llegando a un tono más obscuro, casi llegando a negro.

—No haz dormido bien, ¿cierto?

Aunque creo que ya sabía la respuesta decidí preguntar, me preocupaba que Black no estuviera durmiendo bien desde hace como una semana y tal vez un par de días más. Black solo me regaló una pequeña sonrisa y llevó su mano izquierda hacia mi mejilla dónde dio una pequeña caricia.

—Eso no importa, preciosa. Estoy bien.

Aseguro, pero aquella respuesta no me ha convencido, aparté mi mano de su mejilla para girarme para quedar frente a frente con él, Black no dejaba de tener esa pequeña sonrisa en sus labios cuando acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja que se había deslizado hacia el frente por el movimiento.

—Pensé que no mentías —le recordé haciendo una pequeña mueca—. ¿Qué pasa? ¿Por qué no haz dormido bien?

Cuestioné llevando mi mano hacia su cabello negro que peiné hacia un lado, Black no se ha colocado nada en el cabello y mucho menos se ha peinado, por lo cual ahora su cabello rebelde se esparce por su frente llegando casi a su ceja poblada y en perfecta forma natural que me causa envidia. Ya quisiera yo tener esa ceja tan hermosa y perfecta.

Black dejó de acariciar mi mejilla y apartó su brazo de mí para luego dejarse caer de espaldas a la cama soltando un suspiro.

—Estoy bien, preciosa. No me pasa nada —insistió.

Mis labios se apretaron cuando habló sin verme a los ojos, y siempre me ve a los ojos cuando habla. Quería saber que le pasaba, pero tampoco quería presionarlo para que me lo dijera, aunque tengo mis sospechas del porqué se encuentra en estas condiciones.

—¿Te puedo preguntar algo? —hablé en un murmullo.

—¿Acaso eso no es lo que estás haciendo?

Un Simple ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora