Reina de la mafia 51

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La videoconferencia la pedí yo para informarles a todos que en cuestión de un mes la futura reina de la mafia estaría entre nosotros.

Todos se pusieron felices, nos felicitaron y dijeron que pronto enviarían sus regalos para la futura reina, Hegel estaba enfurruñado por que había perdido la apuesta pero estaba feliz.

Otto me felicitó junto con Dayana que nos mostró su anillo de compromiso, todos nos burlamos de mi amigo recordando cómo reacciono Dayana cuando atrapo el ramo.

Tally cada vez que tiene oportunidad se pega a mi abultado vientre para escuchar a su sobrina, mi papá me mira orgulloso, terminamos la videoconferencia.

— Creo que ya es hora de que pagues Hegel— Tally le hablo con burla a mi otro hermano que a regañadientes salió de la oficina y volvió unos minutos después con 2 fajos de billetes, me los entregó.

Yo quite las ligas y los puse en la máquina para contarlo, cuando vi que estaba completo lo tome en la mano y sonreí.

— No vuelvas a apostar contra mi si no quieres volver a perder— él me arremedo haciendo gestos exagerados, Valentina se encargo de soltarle un buen golpe en la cabeza que lo hizo callarse.

23 de diciembre.

Me desperté con mucha hambre así que me levante a prepararme algo de desayunar, veo las decoraciones navideñas por toda la casa, aquí en Rusia no celebran navidad hasta el 7 de enero pero yo prefiero celebrarlo el 25 de diciembre como en México.

Al llegar a la cocina abro el refrigerador para ver que hay de comer, veo un delicioso pastel de chocolate, tomo la charola, un cuchillo y un plato, me sirvo una porción bastante grande.

Estaba comiendo muy a gusto cuando siento como unos brazos me abrazan desde atrás, me espanto y dejo caer lo ultimo del pastel, después de eso sentí como si me hubiera meado.

— Cariño se que te sorprendí pero no era como para que te hicieras del baño— me soltó, encendió la luz y vi que no me había hecho del baño.

— Amor no me he meado— él me miro confundido — ¡Se me ha roto la fuente!— grite histérica.

Él corrió me tomo de la mano, le grito a mis hombres que llamaran al médico, me llevo al sótano donde tenemos el hospital, estaba asustada por mi bebé.

El médico llego y estuvimos esperando hasta que dilatara, después empezó el trabajo de parto, Bryce me tomaba dulcemente de la mano y limpiaba mi sudor, también me decía palabras tiernas.

Estuvimos así por horas, hasta que por fin escuchamos el llanto de mi pequeña Melina, Bryce eligió ese nombre ya que según significa dulce como la miel y es que el dice que ella llego a endulzar nuestras vidas y las de todos aquellos que la conozcan.

Su llanto cesó cuando la tuve entre mis brazos, el doctor nos dejo así unos momentos pero después se la llevo a un lado de la habitación para limpiarla y checar como estaba de salud.

Yo me relaje tanto que caí dormida por lo agotada que me había dejado el parto.

Narra Bryce:

Miraba como el doctor hacía el procedimiento de rutina para ver si mi hija estaba bien, mire a Diamonique y me di cuenta de que se quedo dormida, lo se por que su respiración era tranquila y pausada.

Sonreí, me agaché para dejar un beso en sus labios ella en sueños sonrió, el doctor me entrego a mi bebé ya vestida con la ropa que habíamos dejado aquí.

— Hola mi pequeña Melina— ella sonrió y acaricie su mejilla, el doctor se retiró no sin antes felicitarnos, ya le habíamos pagado mucho por adelantado.

Llame a mi suegra Olesha para que me ayudara con la bebé por que yo llevaría a Diamonique a nuestra cama para que descansara mejor, mi suegra no demoró mucho.

Sonrió apenas vio a la bebé en mis brazos, se la entregué para poder cargar a Diamonique, la cargue con cuidado de no despertarla, la lleve a nuestra habitación y la deje acostada en la cama, mi suegra entro a nuestra habitación para mantener cerca a madre e hija.

Mi familia, algo que pensé que jamás tendría pero que Diamonique me ha regalado, no quisiera imaginarme una vida sin ella, sin su mal humor, sin sus pucheros que a veces hace, sin verla hablar entre dientes cuando está trabajando.

Ella es única, es sanguinaria, es cruel pero también es muy amorosa y dulce, puede que no con todos pero si con los que a ella le importan, cuando esta con Otto actúa un tanto infantil pero con esa personalidad me enamoro.

Por mas que la buscara en alguien mas jamás podría encontrar a alguien como ella, nadie igualaría esa forma que tiene de verme a los ojos y derretirme con su deseo y amor.

En los dedos de nadie mas me sentiría tan vivo, ninguna droga podría igualar el extasis que siento cuando ella me acaricia con sus labios, ninguna fruta tiene la dulzura de su boca y ningún perfume igualaría el olor natural de su piel, tan cítrico y tan dulce que hacen una combinación única.

Diamonique se despertó unas horas después alimento a la bebé y dios no sabía que se me podía poner dura al verla alimentar a nuestra hija, cuando acabo de alimentarla llego el resto de la familia, mi papá estaba aquí de vacaciones y disfrutaba pasar tiempo con Annushka algo me decía que ellos dos se traían algo.

Todos adoraron a nuestra hija, todos decían que se parecía a Diamonique y yo estaba totalmente de acuerdo, ambas son hermosas, ambas tienen un gran lugar en mi corazón y ambas las amo.

— Has formado una hermosa familia hijo, estoy muy orgulloso de ti— sonreí.

— Gracias papá espero ser tan buen padre como tu— mi papá me palmeo la espalda.

— Serás mejor además tienes el apoyo de una excelente mujer, una mujer ejemplar a mi parecer— sonreí.

— Tuve mucha suerte, hablando de grandes mujeres ¿que te traes con Annushka?— mire a la mencionada y ella miraba con disimulo a mi papá, pero al ver que la veía desvió la mirada.

— Solo somos buenos amigos— lo mire con una ceja alzada — Por ahora— sonrío y yo también.

— Tendrás mi apoyo eso ni lo dudes— él me abrazo por el hombro.

Reina de la Mafia 👑💣🔪🚬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora